El presidente y consejero delegado de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, percibió una remuneración de 4,58 millones de euros en el primer semestre del año por el desempeño de sus funciones, lo que representa un 1,8% menos que en el mismo periodo de 2017, según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Además, en el primer semestre de 2018, se entregaron a Galán un total de 510.596 acciones de la compañía, correspondientes a la segunda liquidación del bono estratégico 2014-2016, cuyo grado de cumplimiento fue evaluado por la Comisión de Retribuciones en un 93,20%. A los actuales precios de mercado, el valor de este paquete de títulos de la energética asciende a unos 3,38 millones de euros.
De la remuneración percibida por Galán, 1,12 millones de euros correspondieron a retribución fija por el desempeño de sus funciones ejecutivas en el primer semestre y 284.000 euros por su cargo como presidente del consejo de administración de Iberdrola.
Además, el presidente de Iberdrola recibió el variable correspondiente al desempeño en el ejercicio 2017, que ascendió a 3,08 millones de euros, y 87.000 euros en concepto de primas de asistencia y retribuciones en especie.
Para el ejercicio 2018, el consejo de administración de Iberdrola acordó mantener la retribución fija anual (2.250.000 euros), así como el límite de la remuneración variable (3.250.000 euros) del presidente y consejero delegado del grupo. Estas cantidades llevan congeladas desde 2008, en línea con la política de prudencia y mejora de la eficiencia que se ha marcado la compañía.
Por su parte, la retribución del consejo de administración de la energética a junio de 2018 fue de un total de 8,1 millones de euros, un 12% más que los 7,2 millones de euros percibidos por todo el órgano rector de la compañía en el primer semestre del año pasado.
Las variaciones con respecto a 2017 están se deben al nombramiento del consejero-director general de los negocios, Francisco Martínez-Córcoles, el 31 de marzo de 2017.
Beneficios en la eléctrica
Iberdrola obtuvo un beneficio neto de 1.410,5 millones de euros en el primer semestre, un 7,1% menos que un año antes, por la ausencia de extraordinarios, si bien su beneficio ordinario aumentó un 27%, hasta los 1.367,7 millones, por el negocio internacional y la normalización operativa en sus mercados de referencia.
La diferencia entre el beneficio neto y el ordinario se debe a que el año pasado hubo 442 millones de euros de partidas extraordinarias por la fusión Siemens Gamesa y la revisión de los precios de la cartera de contratos de gas en España, a lo que hay que añadir el impacto negativo de la evolución de los tipos de cambio, que ha restado 69 millones al beneficio neto.
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