Junta de accionistas

Carlos Gallardo toma el relevo de su padre y asume la presidencia de Almirall

La tercera generación de los propietarios de la farmacéutica coge el mando de la compañía, tras haber sido director general de la firma en Reino Unido e Irlanda. Hasta la fecha, ejercía de vicepresidente del consejo. 

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Carlos Gallardo toma el relevo de su padre y asume la presidencia de Almirall.
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El hasta ahora presidente de Almirall, Jorge Gallardo, ha cedido el mando de la compañía a su hijo Carlos Gallardo Piqué en la junta general de accionistas celebrada este viernes en Barcelona, de forma que la tercera generación de la familia propietaria de esta cotizada alcanza ahora la presidencia. A finales de febrero Jorge Gallardo anunció que dejaba la presidencia de la farmacéutica en manos de su hijo Carlos, que ya era vicepresidente del consejo, y la junta de este viernes ha escenificado ese relevo.

Jorge Gallardo, que tiene 80 años y controla el 59,7% de Almirall junto a su hermano Antonio, era uno de los directivos históricos del sector farmacéutico en España, ya que tomó las riendas del negocio familiar en 1988. En una junta que se ha celebrado de forma telemática, Gallardo se ha emocionado al comunicar su salida de la presidencia y del consejo, pero ha subrayado que era una "decisión planeada" y que la compañía cuenta con "un futuro prometedor" por delante. Ha deseado a su hijo "mucho éxito" en su "nuevo rol" y ha subrayado que Almirall cuenta con un equipo directivo "renovado" -capitaneado por el consejero delegado, Gianfranco Nazzi-, con el "fuerte apoyo de la familia Gallardo", una posición "financiera sólida" y con una importante cartera de productos. Todas estas "fortalezas", ha comentado, hacen que Almirall encare el futuro "con una base firme sobre la cual seguir creciendo".

En una comparecencia telemática ante la prensa, Gallardo se ha mostrado satisfecho por el proceso de transición en la presidencia, que ha tildado de "bastante modélico", y ha dejado claro que se mantendrá "fuera" de la compañía a partir de ahora. Haciendo balance de estas décadas al frente de Almirall, Jorge Gallardo ha comentado que le habría gustado que Almirall tuviera "el doble de ventas y fuera el doble de grande de lo que es ahora" -en 2021 facturó 836,5 millones-, y ha lamentado la falta de una estrategia clara de los sucesivos Gobiernos españoles para el sector farmacéutico.

Carlos Gallardo Piqué es miembro del consejo de Almirall desde 2013 y ha sido director general de Almirall en Reino Unido e Irlanda. Fundador y consejero delegado de CG Health Ventures, que invierte y crea empresas de salud digital, es ingeniero industrial por la UPC y MBA por la Universidad de Stanford. El nuevo presidente ha asegurado que Almirall seguirá apostando por EEUU, porque es el primer mercado dermatológico mundial, y ha dicho que tratará de que la compañía sea "cada vez más fuerte" en ese país. En cuanto a su visión de la compañía, ha afirmado que quiere que Almirall sea líder en dermatología médica, y ha destacado el potencial que ofrecen productos como Klisyri, un tratamiento innovador para la queratosis actínica.

Con todo, ha evitado dar cifras sobre qué niveles de facturación puede alcanzar Almirall a medio plazo. "Tenemos una oportunidad buenísima de crecer con los activos que tenemos", ha añadido, aunque también ha dejado la puerta a adquisiciones que encajen con el negocio de Almirall. El nuevo presidente ha comentado que este año el beneficio bruto de explotación o Ebitda se ralentizará hasta los 190-210 millones principalmente por las mayores inversiones en lanzamientos de nuevos productos, por el gasto el I+D y por los menores márgenes de productos con licencia.

Casi 25 millones en inversión industrial

Por otra parte, los representantes de Almirall han dicho que este año la empresa invertirá unos 25 millones en mejorar su capacidad industrial y han recordado que Seysara, un antibiótico oral para tratar el acné, se fabricará en la planta de Sant Andreu de la Barca (Barcelona). La junta además, ha aprobado las cuentas de 2021, año que se cerró con unas pérdidas de 40,9 millones debido a varios deterioros contables, principalmente el de su fármaco Seysara, lo que contrasta con los 74,3 millones de beneficio obtenidos en 2020. Y ha dado luz verde a un dividendo con cargo a reservas de 0,19 euros por acción en modalidad de dividendo flexible.

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