Un equipo directivo con mucho acento español para abordar la peor crisis de la historia de la aviación mundial. Luis Gallego toma esta semana las riendas del grupo IAG después de seis años como primer ejecutivo de Iberia y con un panorama más que sombrío. El directivo deberá pilotar una agria salida del Reino Unido de la Unión Europea, tras los últimos movimientos de Boris Johnson en el gobierno británico, y la reconstrucción de un mercado en 'shock' por la pandemia del coronavirus en el que las ayudas públicas a las aerolíneas han ganado mucho protagonismo. Ese rescate será decisivo para cerrar definitivamente la compra de Air Europa, que podría retrasarse por las dificultades para llegar a un acuerdo sobre el precio y otras condiciones.
Este martes representó su 'bautizo de fuego'. Cinco meses y medio después de lo previsto inicialmente, debido a la pandemia, Gallego fue nombrado consejero delegado. Y lo hizo fuera de los focos, pues la junta general sirvió para la despedida de su antecesor, el irlandés Willie Walsh, quien describió el escenario que se encontrará el español: "Es la peor crisis a la que nos hayamos enfrentado jamás, mucho peor que la de 2001 o la de 2008; prevemos que la demanda de pasajeros no se recuperará, como mínimo, hasta 2023 o 2024".
Esa es la tormenta con la que el hasta ahora CEO de Iberia deberá lidiar en el holding. Y para capearla, las ayudas públicas se antojan decisivas. Alitalia, Air France o Lufthansa han recibido casi 20.000 millones de euros de inyecciones de dinero de sus gobiernos. En el caso de España, no ha habido un paquete de ayudas específico y sí un fondo de rescate para empresas estratégicas, entre las que se incluyen las propias operadoras. A este se ha sumado Air Europa, con unos 400 millones de euros, ante los significativos problemas de solvencia por el parón de actividad.
Las ayudas públicas, clave
En caso de aprobarse, esos 400 millones de euros irán a parar al balance de la compañía aún en manos de Globalia, pero en el fondo podría acabar en el perímetro de IAG, si se alcanza un acuerdo definitivo sobre el precio de la transacción. Pero esas diferencias entre España y otras compañías europeas ya las hizo patentes el propio Gallego el pasado mes de junio, cuando aún era el primer ejecutivo de Iberia: "La competencia tras la crisis será aún más difícil; aerolíneas sin un futuro viable antes de esta crisis están siendo rescatadas con ayudas difícilmente justificables poniendo en riesgo el mercado de libre competencia".
Ahora, como máximo responsable de todo el grupo deberá trabajar en las negociaciones con el Gobierno de España para lanzar un plan con el que salir de "la crisis más profunda de la historia", en sus propias palabras. Un programa que incluyera, según aseguró en junio, un 'plan renove' de los aviones y el impulso del llamado "cielo único europeo" y la reducción de las tasas para fomentar la llegada de turistas europeos a España.
"Es la peor crisis a la que nos hayamos enfrentado jamás, mucho peor que la de 2001 o la de 2008"
La parálisis del sector y las ayudas públicas es el escenario de fondo. Pero hay algunos elementos que se antojan importantes para el grupo IAG durante el mandato que ahora arranca para Gallego: el Brexit. Para el grupo dueño de British Airways, la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) ha sido un quebradero de cabeza. Su intención es despejar dudas, pero no lo va a tener fácil. El Gobierno de Boris Johnson ha amenazado con eliminar partes del acuerdo y plantear una salida 'dura'.
"Esperamos que Reino Unido y UE alcancen un acuerdo amplio en materia de transporte aéreo", aseguró este martes el presidente del consejo, Antonio Vázquez, en su discurso ante los accionistas en la junta -en el que confirmó su salida en el primer trimestre del año-. El ejecutivo insistió en que IAG es una "empresa española" que cumple con las reglas del tráfico aéreo de Europa, incluso en un escenario de Brexit 'duro'. "Los reguladores confirmaron que nuestros planes sobre la propiedad y el control cumplen con los reglamentos en caso de un Brexit duro", aseguró.
El amargo trago de los recortes
Con o sin Brexit duro, lo que resulta evidente es que a Luis Gallego le tocará hacer los recortes más duros de los últimos años en el grupo. Su antecesor adelantó las medidas que se han ido tomando para rebajar los costes. Pero el punto más complejo es el laboral. Habrá reducciones importantes de plantilla para "redimensionar" las diferentes aerolíneas del holding y "garantizar que tengan un tamaño adecuado cuando se recupere la demanda", aseguraba Walsh. El propio Gallego aseguró que su objetivo es asegurar que la compañía "se adapta a la 'nueva normalidad' de la industria de la aviación".
Esos recortes laborales tendrán enfrente a los sindicatos. El más duro es Unite, la mayor organización sindical de Reino Unido. Y su mensaje de bienvenida al español marca lo que será el mandato en territorio británico. Pidió que devuelva al holding "a la normalidad" en sus relaciones con la industria ante los "grandes recortes en salarios y condiciones" y los "miles de despidos" que planea acometer en la plantilla de British Airways. Insisten en que seguirán con su campaña para defender a los trabajadores, lo que podría "dañar más al grupo y a sus inversores".
Todos estos retos que tiene por delante el directivo se abordarán con un equipo con mucho acento español. A Iberia vuelve Javier Sánchez Prieto, viejo conocido de Gallego en su paso por Vueling, mientras que en British Airways continuará Alex Cruz. En la presidencia del consejo aterrizará en el primer trimestre del próximo año Javier Ferrán, con un perfil más comercial. Queda por ver si hará cambios entre sus colaboradores en el comité ejecutivo, donde se mantienen los británicos Steve Gunning, como director financiero desde el año 2019, y Julia Simpson, como jefa de gabinete, y el australiano Alistair Hartley como director de estrategia.
Cuando el 9 de enero de 2020 IAG señalaba a Gallego como sucesor de Walsh al frente del holding aéreo hispano-británico, nada hacía presagiar la compañía que el español debía pilotar. En aquellas fechas hablaba de un "momento fascinante" para el grupo. Este martes, el primer día de su mandato, se conjuró para devolverlo a "la nueva normalidad" en la mayor crisis de la historia en el sector.
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