Garamendi y Lázaro sellan su 'idilio' para plantar cara a las reformas del Gobierno

  • Los dos empresarios se unen para pilotar una nueva CEOE, crítica con los PGE y la reforma fiscal. Reivindican la reforma laboral de Rajoy.
Antonio Garamendi y Juan Pablo Lázaro
Antonio Garamendi y Juan Pablo Lázaro
La Información

Antonio Garamendi y Juan Pablo Lázaro serán el tándem que dirijan la nueva CEOE una vez que Juan Rosell abandone la presidencia. El empresario vasco y el madrileño, que se definen como "amigos", comenzarán a pilotar a finales de este año (las elecciones son el 21 de noviembre) la renovada patronal que, en sus propias palabras, se enfrenta a "un reto en un momento clave para España". No están de acuerdo con los Presupuestos Generales del Estado que va a plantear el Gobierno de Pedro Sánchez ni tampoco con la reforma fiscal ya en marcha, de ahí que los empresarios vaticinen una etapa de enfrentamiento con Moncloa y los ministerios del área económica.

¿Cuáles son los retos de los empresarios en esta nueva etapa política? Las tres recetas urgentes de Lázaro pasan por introducir "medidas que mejoren la productividad y la competitividad", "luchar contra el absentismo" y "adaptar el calendario laboral" para buscar una solución a los puentes que paralizan el país. "Estamos en un momento de cambio", afirma el líder de la patronal madrileña poniendo el foco en que las principales medidas económicas que está planteando el Ejecutivo socialista van en la dirección equivocada, bajo su punto de vista.

En primer lugar, para Lázaro es un error la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 900 euros que ejecutará el Gobierno. Así lo explicó en un desayuno ofrecido el pasado miércoles en el Foro Nueva Economía: "No es verdad que la subida del SMI incremente el consumo. No entendemos, además, cómo el Gobierno se ha saltado la diálogo social, cuando ya había en marcha un AENC "durísima" que planteaba elevar el salario mínimo a 1.000 euros en 2020". Y advirtió: "Para pagar 1.000 euros al mes un empresario tiene que asumir unos costes laborales de 1.500 euros".

Los "amigos" Garamendi y Lázaro deberán hacer frente también a la ofensiva fiscal que está preparando el Gobierno de Sánchez. Para ambos la subida impositiva, que afectará especialmente a las compañías, "es absurda". "No se va a recaudar más", indicó el presidente de CEIM. "La empresa no lo aguanta todo -recordó-; y es que sólo el 40% de las pymes está hoy en beneficios". Los empresarios son contundentes: "Si se suben los costes salariales no se contratará". Todo un aviso a navegantes.

La nueva CEOE y el 'idilio' Garamendi-Lázaro

Dos empresarios con gran sintonía van a pilotar la nueva CEOE. Dicen de ellos en su entorno en "son uña y carne" y que, a pesar de que han recibido comentarios negativos el uno del otro, se conocen desde hace 23 años y van a seguir trabajando juntos, digan lo que digan. Un ejemplo de la estrecha relación que mantienen Garamendi y Lázaro quedó demostrado en el citado encuentro del miércoles en Madrid. Allí el futuro presidente de la patronal desveló algunas anécdotas personales de su próximo número dos.

Por ejemplo que Lázaro es apodado por algunos empresarios como "el extraterrestre" porque pasa más tiempo en el polígono industrial de Coslada (donde tiene sus empresas) que en su casa. "Me voy a la nave", suele decir. Garamendi también contó la 'obsesión' de Lázaro con el Club Financiero Génova, que preside: "Estamos deseando que lo deje porque sólo podemos ir a comer allí", bromeó.

Llama la atención es buen balance que hace la nueva CEOE de los éxitos económicos del Gobierno de Rajoy. Para Lázaro, el anterior Ejecutivo acertó con la reforma laboral, con la rebaja de los impuestos, con la reforma del sistema financiero y con no aceptar las presiones de la 'troika' para el rescate soberano. Solo le pone un 'debe': no retocar la administración.

Respecto a la polémica con el Instituto de Empresa Familiar, que se erigió en su último congreso como los auténticos garantes del tejido empresarial, en CEOE consideran que su papel siempre estará por encima. "La patronal es un lobby y tiene claro su papel", aseguró el propio Lázaro. Entre bambalinas, en la organización que todavía preside Juan Rosell no ha gustado nada que desde la agrupación que preside Francisco Riberas se les haya tildado de que "no son ni siquiera empresarios".

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