Las gasolineras automáticas pasan a la ofensiva para ampliar el modelo low-cost

  • La patronal del sector anuncia acciones legales contra las normas que limitan la actividad de más de 500 estaciones de servicio en España
Gráfico gasolineras desatendidas.
Gráfico gasolineras desatendidas.
Gráfico gasolineras desatendidas.
Gráfico gasolineras desatendidas.

La mejor defensa es un buen ataque. Las empresas que explotan gasolineras automáticas, también denominadas "desatendidas" o directamente "fantasmas", han pasado a la ofensiva. Compañías como  Ballenoil, Autonet & Oil o Low Cost Euskadi han emprendido una campaña para extender su modelo, de bajo coste, que según la propia Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), abarata los precios del combustible alrededor de un 2% respecto a las estaciones de servicio atendidas. En la ofensiva, chocan con el Gobierno y con las comunidades autónomas.

La punta de lanza en la pelea por un trozo del pastel de los carburantes -mueve 40.000 millones anuales, más que el sector eléctrico- la ha asumido la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE). La asociación  agrupa a 350 estaciones desatendidas, el 60% del total. AESAE denunció al Gobierno en marzo de 2017 ante la Comisión Europea por la proliferación de normativas regionales contrarias al desarrollo de las gasolineras desatendidas y ha presentado recurso ante el Tribunal Supremo contra el último decreto del Gobierno, que limita a tres minutos y a 75 litros el tiempo máximo de repostaje para camiones, furgonetas y todoterreno grandes.

"Se ha acabado. Vamos a defendernos"

El portavoz de la asociación, Manuel Jiménez, resume así la disposición del colectivo: "Se ha acabado. Vamos a defendernos de los ataques a nuestro modelo de negocio y recurriremos todas las medidas que intenten limitar nuestra capacidad expansiva". Ganada, dicen, la batalla del derecho a mantener instalaciones sin personal -Bruselas advirtió de que esa obligación vulnera las normas comunitarias-, la asociación anuncia recursos contra los límites al repostaje o las anunciadas en el País Vasco para impedir la venta en las estaciones desatendidas con viento superior a 19 kilómetros por hora. AESAE no descarta, según su portavoz, volver a denunciar al Gobierno ante la Comisión Europea.

Pese a todo, los empresarios sienten que desde hace un año han avanzado mucho. Tras las advertencias de Bruselas y con el apoyo de la CNMC, las comunidades autónomas más restrictivas han dado marcha atrás en la aplicación de sus normas (ver gráfico). Las comunidades autónomas que menos trabas ponen a la apertura de nuevas estaciones de servicio automáticas, según los empresarios del sector, son Cataluña, Andalucía y Valencia. En el otro extremo se sitúan Extremadura, Castilla-León y el País Vasco.

Cataluña es la Comunidad Autónoma con más estaciones de servicio automatizadas con unas 190 gasolineras, un 33%. Le sigue Valencia con 81 estaciones, un 14%. Todavía son un porcentaje pequeño. En España hay más de 11.000 estaciones de servicio. De ellas, 560 son automatizadas, un 5% del total. Como parte de la ofensiva legal y de imagen, AESAE esgrime cifras sobre el servicio y las reclamaciones en el sector en 2017: 27 millones de repostajes con 3,5 quejas por millón.

La pelea es dura. Sin poner nombres, el portavoz de los empresarios, Jiménez, asegura que hay intentos de torpederar al sector que rozan la ilegalidad, como la negativa a realizar peritajes por parte de empresas especializadas. Sucede que el negocio todavía es jugoso, especialmente en España, que remonta una crisis en el consumo de combustibles de automoción.

En febrero, el consumo de combustibles aumentó por décimo mes consecutivo, un 3,5% respecto a febrero 2017. Según los datos de Cores, en el acumulado anual los consumos de gasóleos y gasolinas crecieron por encima del 4,5%.

Subida del consumo

No son malos tiempos. Las petroleras sostienen que a corto y medio plazo, la demanda de crudo se mantendrá e incluso puede ir al alza si hay crecimiento de la economía mundial, del comercio y del turismo. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) revisó al alza sus previsiones de demanda de crudo para 2018 en el último trimestre de 2017 -luego las rebajó ligeramente-.

A largo plazo es otro cantar. En el sector petrolero corren informes reservados que explican el cambio de estrategia, todavía discreto, que protagonizan compañías como Repsol o Cepsa en España, cada vez más interesadas en el sector renovable.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe World Energy Outlook 2017 marcó el pico de consumo en la Unión Europea (UE) en algún momento entre 2016 y 2025 con espectaculares descensos en el consumo -medido en toneladas equivalentes de petróleo- más allá de esa fecha. De 516 millones de toneladas equivalentes de petróleo consumidas en 2015 a 433 millones en 2025 en el escenario base. Una caída del 18% que llega al 42% en 2040.

Para España, el pico de consumo llegará, según estudios encargados por una de las grandes compañías en 2023. A partir de ese año, pronostican un fuerte declive de la demanda. Hasta entonces, el consumo, que fue profundamente afectado por la crisis, irá en aumento.

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