Las gasolineras y las eléctricas negocian alianzas en la guerra del coche eléctrico

  • Las grandes compañías intentan introducir en la norma la posibilidad de instalar postes en estaciones de servicio y cobrar de los peajes eléctricos
Eléctricas y gasolineras negocian alianzas en la recarga de vehículos.
Eléctricas y gasolineras negocian alianzas en la recarga de vehículos.
EP

Uno de los retos que plantea el despliegue del coche eléctrico, si no el principal, es la recarga. En un país que ha comenzado la carrera con retraso -sólo el 0,8% de los vehículos que se matriculan son eléctricos- aclarar dónde, cómo y durante cuanto tiempo se pueden cargar las baterías de los vehículos "verdes" es vital. El Gobierno quiere que en dos años, al menos 1.200 gasolineras presten servicio como  electrolineras. Ante las dificultades para afrontar la inversión necesaria, empresarios de estaciones de servicio y eléctricas negocian las condiciones para  hacer frente a los cambios en el sector del transporte.

Las maniobras en la carrera de la recarga son continuas. Las grandes eléctricas están tratando de introducir en el anteproyecto de la Ley del Clima, a través de las patronales y de partidos políticos, la posibilidad de que las gasolineras cedan terreno en sus instalaciones para instalar sus postes de recarga. Esos puntos formarían parte de los activos regulados de las empresas y por lo tanto serían retribuidos con cargo a los peajes eléctricos. La CNMC ya valoró y rechazó tal posibilidad.

Más allá de la esfera política, Endesa e Iberdrola, que disputan su propia carrera para desplegar puntos de recarga en espacios públicos y privados, negocian con asociaciones y marcas vinculadas a la venta de carburantes. Intentan tomar ventaja en el nuevo mapa de la movilidad. También Naturgy - la antigua Gas Natural Fenosa-, está en la competición para la nueva movilidad. Su apuesta es sobre todo por el autogás y las gasineras, pero también hace hueco a la recarga en parkings comunitarios. "Todos estamos hablando con todos", explican fuentes empresariales del sector.

Inversión y planificación

El despliegue de postes de recarga requiere inversión y planificación. En estos momentos existen en España 3.807 puntos de recarga. Solo 155 están en gasolineras y la inversión es un problema. El secretario general de la asociación de gasolineras AEESCAM, Víctor García Nebreda, sostiene que, en las actuales condiciones, los propietarios de gasolineras "no podemos afrontar las inversiones".

El cálculo está hecho: con un coste de entre 60.000 y 70.000 euros por poste de recarga, el plan más inmediato del Gobierno requeriría inversiones mínimas de alrededor de 72 millones. Demasiado, sostiene García Nebreda, para el empresario que no esté bajo el paraguas de las grandes marcas.

Endesa e Iberdrola sí han tanteado a los distribuidores para negociar el despliegue público de puntos de recarga. Pero no hay acuerdos concretos. Al menos de momento. Sí hay contactos. Fuentes de ambas compañías admiten que los hay con organizaciones de estaciones de servicio y con las grandes marcas petroleras para avanzar en el despliegue de la recarga. La Confederación de Empresarios de Estaciones de Servicio confirma también que hay conversaciones para establecer "marcos de colaboración".

Iberdrola tampoco pierde comba. Hace penas unos meses, explican en la compañía, la eléctrica alcanzó un acuerdo con AVIA -170 estaciones de servicio en España-para instalar los primeros 27 puntos de recarga en estaciones de servicio de País Vasco, Castilla y León, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Andalucía, Comunidad de Madrid, La Rioja, Navarra y Aragón. 

Oportunidad de negocio

Para las estaciones de servicio, la oportunidad de negocio es clara. Estas instalaciones suelen obtener en torno a un 1% de beneficio en la venta de combustible y un 35% en la tienda y servicios complementarios. Pero la clave es el precio de la recarga. El 80% de las necesidades de recarga de los vehículos eléctricos se realiza fuera del circuito de lo público. Solo un 20% tienen lugar en infraestructuras de recarga rápida y ultrarrápida en itinerancia, según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE). En esas coordenadas giran los contactos de gasolineras y eléctricas. 

Sobre las gasolineras pende una espada de Damocles. Repostar combustible exige por ley acudir a la estación de servicio. Con el vehículo eléctrico, la situación cambia. La infraestructura de recarga no necesita por ley de emplazamientos regulados con tanques de almacenamiento de combustible, controles de escape de gases, etc. Solo precisa un punto de conexión eléctrica.

Tras la eliminación en octubre de la figura del gestor de recarga, cualquiera puede facturar la electricidad para recargar coches. El dilema para los empresarios de gasolineras lo resumió gráficamente el director gerente de AEDIVE, Arturo Pérez de Lucía: "si Mahoma no va a la montaña, el mercado buscará otras montañas". Traducido: o las gasolineras meten la cabeza en el negocio o perderán la oportunidad. El problema es la rentabilidad a corto plazo. Según AEESCAM, esa rentabilidad no existe. La competición está en marcha.

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