La subida de precios de los combustibles que viven las economías europeas desde que se produjera la invasión de Rusia a Ucrania ha disparado el negocio de las gasolineras de bajo coste en España, hasta superar ya la cifra de 1.900 estaciones, lo que supone el 18,3% del total de lugares de repostaje repartidos por la península, Baleares y Canarias, según datos del Ministerio de Transición Ecológica analizados por la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae). Esta cifra se ha incrementado un 49% desde marzo de 2020 y el equivalente a cuatro puntos en los últimos dos años.
Del total de gasolineras automáticas, un 13,5% corresponde a grandes grupos de distribución que ha implantado este modelo para su operativa en determinadas franjas horarias o incluso en todo el día. "Esto es prueba inequívoca de que estamos ante un modelo de presente y futuro", señala Manuel Jiménez, presidente de la entidad Aesae. La asociación también destaca la buena acogida del modelo entre los consumidores, los menores precios y el ahorro que generan en el bolsillo al ofrecer márgenes más ajustados que las mayoristas.
Las comunidades con más presencia de estaciones de servicio automáticas son Cataluña (31,4%), Comunidad Valenciana (24,5%) y Madrid (21,9%). En los últimos años, estas se han expandido de forma destacada por Galicia y Cantabria, cuyo crecimiento ronda el 155%. Pero Aesae, que considera que España "está aún lejos de países referentes como Dinamarca o Finlandia, donde las automáticas son más del 60% de las gasolineras", denuncia trabas por parte de determinados ayuntamientos que amenazan el crecimiento de este modelo. Entre ellos se encuentran Alicante y Santander, que a juicio de la entidad imponen distancias a las edificaciones más cercanas y lo hacen "sin motivación alguna" a la vez que evitan la implantación en las zonas de mayor circulación.
Adiós a las trabas burocráticas
La expansión de las estaciones de servicio automáticas ha sido objeto de debate durante los últimos años, ya que en primera instancia el Estado limitaba su implantación mediante trabas burocráticas. Superadas éstas, eran las comunidades autónomas quienes, por ejemplo, no permitían operar sin personal, hasta el punto de requerirse la intervención de la Comisión Europea para mediar entre legisladores y empresarios. Para Jiménez, es "probable" que las trabas de las entidades locales continúen a lo largo de este año, aunque espera que se resuelvan mediante la intervención judicial.
Una de las cadenas independientes con más presencia en España es Ballenoil, que ya supera las 200 distribuidas por el país tras abrir tres nuevas gasolineras en la provincia de Madrid (Alcalá de Henares, Pinto y Arganda del Rey) y otras tres en Extremadura. Sus planes para este año elevan esa cifra hasta las 230 estaciones, tras invertir unos 15 millones de euros en su puesta en servicio. A medio plazo, confían en abrir unas 90 más, reforzando su presencia allí donde ya está asentada, e incluso comenzando a operar en otras provincias desconocidas para la compañía. Cuenta con 305 empleados.
Otra de las firmas independientes en expansión es Petroprix, que tiene previsto abrir 30 nuevas gasolineras en España durante 2023, alcanzando 160 en todo el territorio nacional. Estas se situarán en once comunidades autónomas distintas donde ya cuentan con presencia consolidada. Además, recientemente acordó con EDP implantar cargadores ultrarrápidos en 44 de sus estaciones, con posibilidad de ampliarlo al resto de su red.
Un estudio de Plenoil presentado hace unos meses cifraba en el 30% los conductores que habían empezado a acudir a las gasolineras automáticas para abaratar el coste de llenar sus depósitos, debido al contexto inflacionario de los precios de la gasolina. Este estudio, elaborado por Sondea para la cadena de bajo coste, señala que para siete de cada diez conductores (69,6%), el precio es el factor más importante a la hora de elegir dónde repostar, seguido por la ubicación (46,5%).
Actualmente, existen casi 12.000 estaciones de servicio en España divididas entre instalaciones independientes, sin contrato de exclusividad de suministro con un operador al por mayor de productos petrolíferos; instalaciones abanderadas, integradas en la red de distribución de operadores al por mayor con gestión de un distribuidor minorista, y gasolineras de operadores al por mayor. Según los últimos datos disponibles de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), las primeras suponen un 40% del mercado, mientras que los otros dos grupos completan el 60% restante. Dentro de este último destaca Repsol, operador con mayor presencia en el mercado con un 25% de las instalaciones de suministro (3.313). Le siguen Cepsa, con un 12,5% (1.473), y BP, con un 6,6% (783). En conjunto, estas tres compañías suman más del 40% de las estaciones de servicio.
A partir de 1992, Repsol, Cepsa y BP fueron las petroleras que recibieron los activos comerciales del antiguo monopolio, la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (Campsa), por lo que son los operadores tradicionales del mercado español. Otras compañías como Shell y Galp tienen una cuota de mercado del 5%, situando a las grandes operadoras con más de la mitad de las instalaciones.
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