General Motors (GM) ha anunciado que invertirá 918 millones de dólares (845 millones de euros) en cuatro plantas de producción situadas en Estados Unidos para la fabricación de motores de combustión V8 y componentes para coches eléctricos. La operación se realiza pese a que el principal fabricante estadounidense de automóviles se ha comprometido a dejar de producir vehículos de gasolina y diésel para el año 2035.
De esa cantidad, la mayor parte, 854 millones de dólares (786 millones de euros) , se destinará a preparar las plantas de GM en Flint, Bay City, Defiance y Rochester para la fabricación de la sexta generación del motor de combustión Small Block V8. Los otros 64 millones de dólares (59 millones de euros) permitirán producir partes para vehículos eléctricos en las plantas de Defiance y Rochester.
El vicepresidente ejecutivo de GM para Manufactura Global, Gerald Johnson, ha declarado en una nota que estas inversiones aseguran los puestos de trabajos en estas plantas durante los próximos años. Con el nuevo paquete de inversiones, desde 2013 la compañía ha destinado más de 37.000 millones de dólares (34.040 millones de euros) a sus plantas de producción en Estados Unidos.
GM también ha señalado que la inversión en motores V8 "subraya el compromiso de la compañía por seguir proporcionando una sólida gama de vehículos con motores de combustión a los consumidores, a la vez que sigue acelerando su transformación hacia un futuro exclusivamente eléctrico".
La planta más beneficiada por las nuevas inversiones será la de motores de Flint, que recibirá 579 millones de dólares (528 millones de euros) para montar la sexta generación del Small Block V8. Mientras la planta es renovada, seguirá fabricando motores turbodiésel de 3 litros, que GM utiliza en camionetas.
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