La gestión de Zegona en Euskaltel aviva el anhelo por recuperar su 'ADN vasco'

  • El comité se suma al Parlamento en su intento para que el Gobierno vasco o fondos de la zona puedan adquirir acciones para recuperar el control.
José Miguel García CEO Euskaltel
José Miguel García CEO Euskaltel
Euskaltel

Era uno de los grandes bastiones del pueblo vasco. Y desde hace siete meses, el máximo accionista de Euskaltel no es, por primera vez en sus más de 25 años de historia, ningún inversor vinculado a este territorio. Se trata del fondo de inversión británico Zegona que ha impuesto una gestión con decisiones muy agresivas que ha hecho saltar las alarmas en algunos estamentos. El Parlamento vasco llamó al Ejecutivo regional a que estudie en profundidad la compra de participaciones de la operadora. Y el comité de empresa también se suma. La batalla está servida... de nuevo.

Y lo está de nuevo porque ya hubo un primer enfrentamiento precisamente para preservar ese 'ADN vasco'. Fue a finales de 2018 y principios de este año, cuando el fondo británico -fundado por dos exdirectivos de Virgin- inició su asalto al 'trono' de la operadora. Primero con una oferta pública de adquisición (OPA) fallida al no lograr la financiación suficiente. Y después con compras selectivas de acciones para superar a Kutxabank como primer accionista. Eso sucedió en abril, cuando sumó cinco puntos porcentuales hasta el 21% de todos los títulos. 

Como telón de fondo hubo un pulso en el que la entidad financiera resultante de la fusión de las cajas de ahorro vascas intentó mantenerse hasta el final. Kutxa fue la que tomó el relevo del Gobierno vasco, que llegó a controlar el 40% de las acciones y que vendió la totalidad junto a Endesa y Mondragón en 2012 con la entrada de los fondos Investindustrial y Trilantic. Pero lo hizo reduciendo progresivamente su posición. Su situación era difícil de sostener, pues los reguladores reclamaban desde hacía años el recorte en inversiones industriales. Y, evidentemente, Euskaltel era una de las suyas.

Zegona toma el control

Con todo, Zegona tomó el control y lo hizo prometiendo una gestión agresiva. Lo primero fue colocar al frente al exconsejero delegado de Jazztel, José Miguel García, quien llevó a la operadora hasta su venta a Orange por más de 3.300 millones de euros. Su administración se caracterizó por la agresividad y, también, por su apuesta por el 'low cost'. Y así lo replicó también en la 'teleco' vasca. Lo primero fue acelerar los planes para su expansión nacional con la marca Virgin. Después, ejecutó una purga entre los empleados con decenas de despidos para tratar de recortar gastos. Además puso en marcha una dura política comercial.

Por último, García y su equipo han puesto sobre la mesa la medida que ha levantado en armas a algunos de los partidos políticos y también a los principales sindicatos del comité de empresa. Se trata de la venta de la red fija, con el fin último de rentabilizar la infraestructura y financiar parte de su expansión nacional con la marca Virgin. La sociedad pública Euskalnet fue la encargada de desplegar con dinero público a principios de los 90 esa red de fibra óptica en toda la comunidad autónoma para conectar los edificios de la administración.

El objetivo de Zegona, por tanto, es maximizar su inversión en Euskaltel. La razón: sigue teniendo minusvalías en su inversión. El fondo vendió la asturiana Telecable a la operadora vasca en 2017. Y buena parte del pago se hizo en acciones. El precio: 9,50 euros. Su valor estuvo muy por debajo de ese nivel durante el año 2018. Pero en los últimos meses de 2019, coincidiendo con el agresivo plan de García, la tendencia ha cambiado. Hoy cotiza un 36% por encima de la barrera de principios de año y se acerca a ese 'punto de equilibrio'.

El comité se suma

En este contexto, la política y las organizaciones sociales se movilizan en el País Vasco. El último en hacerlo ha sido el propio comité de empresa que ha vuelto a exigir a los partidos que tomen cartas en el asunto para recuperar de nuevo ese ADN vasco para frenar esta gestión. "No queremos que vengan a especular", explica a La Información el presidente del comité de empresa, Javier de Blanco (CCOO), quien insiste en la importancia del mantenimiento del empleo y también de los intereses locales.

Esta presión no ha sido excepcional. El Parlamento Vasco sacó adelante hace unos días una moción, con el respaldo de PNV y PSE y la abstención del PP, con la que exigía al Ejecutivo liderado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, que moviera ficha y estudiara mucho más a fondo la compra de acciones para tratar de recuperar la mayoría en el accionariado. Éste hoy se reparte entre la propia Zegona (21%), Kutxa (19,8%), Capital Group (10,2%) o Abanca (4,4%). En este contexto, el presidente del comité insiste en que no sólo cabe la adquisición de títulos con dinero público, sino también el acuerdo con fondos de inversión privados con vinculación con el territorio que salgan 'al rescate'.

El tiempo pasa y Zegona sigue apretando en su gestión en la operadora. La reacción en bolsa le acompaña, algo clave para que acaben rentabilizando su inversión. Pero su desempeño tiene una nueva oposición, después de que Kutxa levantara la bandera blanca en la batalla del año pasado. En juego, el 'ADN vasco' de la compañía.

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