Los proyectos del fondo UE

Valencia apuesta por las 'Gigafactorías' de baterías para electrificar la economía

La Alianza Valenciana de Baterías, entidad que coordina el proyecto, impulsará un centro de investigación y una planta de producción de baterías que permitirán la transición ecológica.

Gigafactoría de baterías de Tesla
Gigafactoría de baterías de Tesla
TESLA

Valencia contará con uno de los sueños dorados de la nueva economía: una gigafactoría de baterías eléctricas. Estos dispositivos de almacenamiento son una de las claves de la movilidad eléctrica y, en esta carrera hacia el cambio de modelo energético, la Comunidad Valenciana parece apostar fuerte. El proyecto trae consigo una inversión estimada de 2.000 millones de euros dirigidos a crear 30.000 puestos de trabajo. Lo que contribuirá al crecimiento del PIB en la región por valor de 2.500 millones anuales.

La Alianza Valenciana de Baterías, entidad que coordina el proyecto, impulsará un centro de investigación y una planta de producción de baterías que permitirán la transición ecológica y una movilidad sostenible no sólo en la región valenciana, sino también en España y Europa. La iniciativa es el resultado de la colaboración público - privada, impulsada por la Generalitat y liderada por Power Electronics, empresa líder en tecnología aplicada a sectores estratégicos en el desarrollo económico e industrial. Esta firma ya ofrece sus servicios en más de 100 países, con la fabricación de inversores solares, arrancadores electrónicos, variadores de velocidad y convertidores para la conexión a la red de sistemas de almacenamiento energético basados en baterías.

El objetivo es producir dispositivos para el almacenaje de energía renovable, solventando el grave problema de las energías limpias: su gestionabilidad. El almacenamiento se constituirá en la clave en la electrificación de la economía y en la movilidad sostenible en España. Además, extiende sus efectos no sólo a la automoción, sino también a la movilidad marítima, ferroviaria y de cualquier otra clase de transporte cuyo vector de desarrollo sea la electricidad.

El proyecto es considerado estratégico por parte de la Generalitat Valenciana. Durante el acto de presentación de la iniciativa, su presidente, Ximo Puig, destacó que la Alianza Valenciana de Baterías aspira a ser una de la “palancas para la reactivación económica y constituirá un paso colectivo para la adaptación de la Comunidad Valenciana a los cambios que se están experimentando y que exigen continuar avanzando en la colaboración pública con las empresas más innovadoras en la transformación del modelo productivo y en el desarrollo sostenible”.

El proyecto es fruto de un trabajo compartido con grandes empresas e institutos de investigación que pertenecen a diversos sectores, como el energético, la movilidad, la tecnología o la industria química. Además de Power Electronics, en el proyecto participan otras 23 empresas como Stadler, Iberdrola, CEV Technologies, Inelcom Technology, Zeleros, UBE, IDOM, Ampere Energy, Nutai, Astondoa, Grupo Segura, Endurance Motive, Fácil Solutions, Grupo Valautomoción, Grupo Gimeno, ITERA Mobility Engineering, HESS, INFAMOL, Mettecno, Torrecid y Witrac, así como la Universidad de Valencia y la Politécnica y el Instituto Tecnológico de la Energía. Para hacerla posible se ha solicitado su participación en los fondos Next Generation, que destinarán hasta 10.000 millones de euros durante los próximos tres años para el sector de la automoción.

Aun sin conocerse el lugar exacto de su ubicación, tan solo el nombre de ‘Gigafactoría’ ya pone de manifiesto la ambición del proyecto. El fin es crear un centro de almacenamiento capaz de retener la energía sobrante del sistema y producida por energías renovables para su posterior gestión y comercialización a gran escala. El término ‘Gigafactoría’ encuentra sus orígenes en 2014, cuando Elon Musk, el fundador de Tesla, afirmaba ante un nutrido grupo de inversores que sería imprescindible extender un concepto así para desarrollar el vehículo eléctrico en el futuro. El empresario buscaba construir fábricas capaces de absorber toda la oferta de vehículos eléctricos con dispositivos que permitieran producir baterías a gran escala para estos. También, que asuma grandes dispositivos de almacenamiento con disponibilidad para proporcionar energía durante el proceso de construcción y el ciclo de vida de la propia fábrica.

En el caso de Valencia, que compite con Extremadura en su deseo de contar con la ayuda europea, la fabricación de baterías no tendría como único destinatario la planta de Ford en Almusafes. Por el contrario, gran parte de su producción podría destinarse al mercado internacional, donde la demanda de este tipo de productos se espera que pueda alcanzar al conjunto de la producción mundial de automóviles. Algo supeditado a que las fechas marcadas para la producción de vehículos eléctricos se cumplan y se despliegue toda la infraestructura de puntos de recarga necesaria para cerrar el círculo de la movilidad eléctrica. Un aspecto especialmente importante en el caso de España para la obtención de fondos europeos.

Centro tecnológico asociado

Junto a la fábrica, el I+D+i necesario para sacar adelante la iniciativa será el otro puntal del proyecto. ‘Element València’ es el eje diferencial de la apuesta de la Comunitat con respecto a sus competidores, como el Battery Hub en Cataluña o el Battchain en el País Vasco. Se trata de un centro de investigación puntero que acompañará a la gigafactoría en el desarrollo e investigación del futuro del almacenamiento energético, las baterías y la movilidad eléctrica para convertir Valencia en el líder mundial de la energía.

David Salvo, CEO de Power Electronics, señaló durante la presentación del proyecto que “el centro significa asegurar el futuro de la industria del automóvil en España, pero también dar respuesta a nuevas formas de movilidad, desde el ferrocarril hasta los barcos, pasando por nuevos vehículos como los hyperloop”. El centro tecnológico, además de por Power Electronics, estará formado por la Generalitat Valenciana y la Universidad de Valencia e incluye la formalización de convenios con otros organismos, como la Universidad Politécnica, la Universidad de Alicante, los institutos tecnológicos ITE y ICEMOL, la propia gigafactoría o los miembros de la alianza Valenciana de Baterías y está también abierto a la participación de otros entes internacionales.

La Generalitat ya ha aportado un millón de euros al centro de investigación para constituir un proyecto “basado en la generación de conocimiento más amplio e integrado verticalmente con carácter privado y público dónde las universidades van a disponer del centro de investigación más avanzado del mundo”, tal y como aseguró Salvo. La competencia por hacerse un hueco en el esperanzador mundo de las baterías también se extiende al resto del territorio español y europeo. Al menos 10 comunidades autónomas pretenden aspirar a contar con una fábrica. A Valencia, Extremadura, Cataluña y País Vasco se unen Galicia, Cantabria, Navarra, Aragón, Andalucía y Castilla y León. 

Aun así, las estimaciones apuntan a que, en el caso de España, tan sólo serán factibles dos o tres de ellas. Para 2030, la demanda anual de baterías será de unos 75 GWh para el conjunto del Estado. Se trata de una carrera desenfrenada en la que Valencia ha dado un gran paso para hacerse con un pedazo de la tarta eléctrica y con ella un trozo de los deseados fondos europeos.

Mostrar comentarios