Glovo busca otra inyección millonaria en pleno debate sobre su modelo laboral

  • Quiere acelerar en Latinoamérica y ya ha contactado con varias firmas internacionales. Trabajan para cerrarla antes del verano.
Repartidor de Glovo
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EFE

Seis meses después de estampar la firma en el papel y lograr una inyección de casi 30 millones de euros. La ‘startup’ española Glovo busca rearmarse para acelerar en el mercado latinoamericano. Y para ello ha iniciado la negociación con varios fondos internacionales de una nueva ronda millonaria. Superará la cuantía de la suscrita en septiembre y trabajan para cerrarla antes del verano, aunque no hay nada aún cerrado.

El fin último de esta ampliación de capital es financiar ese crecimiento en un momento muy delicado en España, donde su modelo de relación con los repartidores han despertado duras críticas entre los sindicatos al entender que se ejercen como “falsos autónomos”.

Ahora, más madera

Glovo cerró a finales de septiembre una ampliación de 28,5 millones de euros. A la ronda acudieron Rakuten, el gigante japonés del comercio electrónico, y el fondo chino-francés Cathay Innovation como líderes. La valoración a la que se cerró se situó en torno a los 70 millones de euros. Participaron el fondo español Seaya Ventures, Antai Venture Builder y otros inversores ya existentes como Bernardo Hernández (exGoogle y Yahoo y socio de e-Ventures), Félix Ruiz o Zaryn Dentzel.

Ahora, sobre la mesa de algunos de los grandes fondos de capital riesgo europeos y estadounidenses está una nueva operación. Así lo aseguran a La Información fuentes del mercado y es corroborado por el cofundador y CEO de la empresa, Oscar Pierre, quien sí reconoce que hay conversaciones pero “sin que haya nada avanzado con ningún fondo concreto”.

Una fuente con conocimiento de los contactos avanza que la operación podría alcanzar los 70 millones de euros, aunque no es una cifra aún cerrada. Desde la empresa no ponen cifras, aunque sí admiten que será superior a los casi 30 millones ingresados hace unos meses.

El destino de ese dinero es precisamente acelerar en Latinoamérica donde aterrizó a finales del pasado año a través de una ‘joint venture’ con Cabify creada a través de la sociedad Glovoapp Latam SL y en donde conviven como consejeros Sacha Michaud y Pierre como cofundadores y Juan Ignacio García Braschi, el responsable financiero de Cabify. Gracias a esta alianza ya están presentes en diferentes ciudades de Chile, Perú, Argentina y Brasil.

Sobre los plazos, desde la empresa no quieren marcarse un horizonte muy cercano. No será a corto plazo, pues no hay aún un primer acuerdo (term-sheet) firmado. ¿Antes del verano? “Estamos viendo distintas opciones; puede que sea antes del verano, pero estas operaciones son muy lentas”, apunta Pierre, quien reconoce que “no hay nada aún avanzado”. Mientras tanto, la expansión la están llevando a cabo con la caja con la que cuentan y esperan reutilizar beneficios “que esperamos de Europa para este año”.

Las cifras de negocio: más peso para Latinoamérica

El objetivo de la compañía de recaderos y entregas rápidas era alcanzar los 10 millones de euros de ingresos en todos los países en los que operaba durante el año 2017 (multiplicando por diez lo logrado un año antes).

Sin dar más detalles, aseguran que han superado esa barrera, aunque aún no han presentado cuentas en el Registro Mercantil con su sociedad principal, Glovoapp23 SL. En 2016, apenas llegaron a los 1,1 millones de euros, procedentes de la comisión cobrada a comercios -que venden sus productos a través de la plataforma- y a los usuarios.

Las pérdidas en ese último ejercicio disponible se dispararon hasta los más de 4 millones de euros. En 2017, según la empresa, se ha logrado la rentabilidad “en la mayoría de las ciudades”, sin entrar en detalles en qué significa eso respecto a sus cuentas.

En pleno debate sobre el modelo y tras fuertes críticas

Estas conversaciones preliminares y la expansión en Latinoamérica coinciden con los problemas sufridos en el mercado español, donde los sindicatos han denunciado su modelo y la relación con los repartidores, señalando que existe una “relación laboral encubierta”. Creen que ejercen como ‘falsos autónomos’. No sólo los que utilizan la plataforma de Glovo sino de otras compañías como Deliveroo, Stuart o Uber Eats.

El Gobierno, por su parte, ha anunciado la creación de un comité de expertos en la materia durante los próximos meses para elaborar un Libro Blanco. No se ha mojado sobre si existe esa relación laboral encubierta.

La última polémica en la que se ha visto envuelta la compañía tiene que ver con el nuevo movimiento en su relación con los repartidores: les cobrará 2 euros por cada 15 días de explotación de su plataforma. ¿Su justificación? En una carta a los profesionales, desvelada por el Diario ABC, fijan dos destinos: costear el mantenimiento de los sistemas y un seguro de accidentes y responsabilidad civil.

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