La mayor operación de la historia en el sector

Glovo ultima una ‘megarronda’ de hasta 450 millones para pelear con Deliveroo

La startup prepara el cierre de la operación, que disparará su valoración y le da gasolina para competir con la británica y Uber en los mercados europeos.

El consejero delegado y fundador de Glovo, Oscar Pierre
El consejero delegado y fundador de Glovo, Oscar Pierre
GLOVO - Archivo

Golpe de mano de Glovo para no perder pie en la batalla por la logística de la última milla en una operación que se convertirá en la mayor de la historia reciente en España dentro del mercado de las startup. La firma con sede en Barcelona ultima una nueva ‘megarronda’ de financiación con inversores internacionales de hasta 450 millones de euros. El objetivo de la transacción, que está en su fase final y disparará su valoración, es tener gasolina con la que pelear en un terreno de juego con gigantes como Deliveroo o Uber, con bolsillos realmente profundos para gastar en expansión. La transacción se trabaja mientras la compañía ve cómo se intensifican los problemas regulatorios generados con su modelo de ‘riders’ en España y en otros países.

Se están cerrando los últimos flecos, según explican fuentes conocedoras a La Información. La operación se convertirá en la mayor cerrada por una startup en España en la historia. Si finalmente el capital aportado llega a los 450 millones de euros se trataría de duplicar la cantidad recibida desde su fundación en el año 2015. Pasaría de los algo más de 400 millones a 850 inyectados. Hasta la fecha había protagonizado las dos más destacadas del sector, de 150 millones cada una, durante el ejercicio 2019, justo antes de la pandemia. La última, que fue liderada por el fondo soberano de Abu Dabi -también accionista de Cepsa-, se firmó hace ahora casi año y medio y elevó su valoración algo por encima de los 1.000 millones de euros. La empresa ha declinado hacer comentarios.

Ahora busca subir un escalón más en una transacción donde participarán, no sólo los socios actuales entre los que se encuentra el gigante alemán Delivery Hero como máximo accionista, sino también con otros nuevos. En los dos últimos años, dos gigantes asiáticos de internet han sobrevolado la compañía dirigida por Óscar Pierre y Sacha Michaud: Alibaba, cuyo aterrizaje como ‘caballero blanco’ para frenar a la alemana Delivery Hero en su avance como máximo accionista estuvo sobre la mesa, y Softbank. Al igual que la anterior ampliación, ésta ha tenido un ‘extra’: poner de acuerdo a un accionariado nutrido, comandado por DHero. Ésta ha mantenido un tira y afloja con el equipo directivo y parte de los inversores iniciales en una ‘toma de control’ silenciosa a través de compras de acciones en el mercado secundario. De esta forma, los germanos han llegado a superar el 30% de las acciones. Queda por ver cuál ha sido la participación de los alemanes y si se acabarán diluyendo después de la firma.

Este capital nuevo llegará para financiar la expansión de la compañía, que opera principalmente en el continente europeo y en el norte de África y que recientemente ha acelerado en la construcción de los llamados supermercados ‘fantasma’ -no abiertos al público, sólo para servir productos a los usuarios de su plataforma- para entregas rápidas. Prueba de ello ha sido la inversión de Stoneweg de 100 millones de euros para construir este tipo de instalaciones y ponerlas a disposición de la startup española en los próximos años.

Pelea con gigantes

En esa pelea debe verse las caras con gigantes pertrechados con grandes cantidades de efectivo. Deliveroo ultima su salida a bolsa en Londres, con la que prevé levantar más de 2.000 millones de euros de dinero fresco. Uber contaba a cierre del año pasado con más de 5.000 millones de dólares efectivo en caja, siendo la división de comida a domicilio Eats su unidad ‘estrella’ por las restricciones a la movilidad por la pandemia del coronavirus. Just Eat mantiene posiciones fuertes en Europa tras su fusión con la también europea Takeaway y recientemente captó 1.100 millones en una emisión de bonos. Y por si fuera poco, el titán chino Didi prepara su aterrizaje en Europa, no sólo con su servicio de coches con chófer sino también en comida.

Precisamente, ese nutrido campo de juego ha sido objeto de consolidación en los últimos años y Glovo ha estado siempre en las quinielas. No sólo como una potencial compra de su máximo accionista, Delivery Hero, sino de otros rivales -en el verano de 2019-. Desde el equipo directivo se ha defendido la intención de una salida a bolsa, como ha hecho la propia Deliveroo. “Todavía tenemos mucho trabajo por hacer en términos de administración, finanzas y negocios, pero es realista pensar que haremos una salida a bolsa en los próximos tres años”, aseguró recientemente a Bloomberg el consejero delegado de la española.

En ese trabajo se encuentra también la búsqueda de la rentabilidad de su modelo. Hoy por hoy siguen sin ser rentables. Los números del año 2020, marcado por el fuerte impacto de la pandemia, se desconocen aún. En el año 2019 registró unas pérdidas de casi 190 millones de euros para unos ingresos totales de 200 millones -procedentes de los acuerdos con establecimientos comerciales y hosteleros y de las comisiones cobradas por envío a los usuarios-. En ese ejercicio, cuando aún no había vendido las unidades de negocio del mercado latinoamericano, sólo Ucrania estaba en beneficios. “El plan de negocio contempla la obtención de resultados positivos de forma gradual, a lo largo de los ejercicios 2020, 2021 y 2022, una vez se vayan alcanzando los volúmenes de actividad suficientes”, aseguraba en su memoria.

Hoy por hoy, Glovo cuenta con un accionariado muy heterogéneo, donde conviven desde socios industriales como Delivery Hero, máximo accionista, hasta fondos de capital riesgo internacionales como el francés Idinvest o el suizo Lakestar; españoles como Seaya Ventures, o gigantes tecnológicos como Rakuten. A cierre de 2020, los alemanes controlaban más del 30% de los títulos. Entre los máximos accionistas se encontraba el fondo español y el gigante japonés.

El cerco regulatorio

En el horizonte, además del crecimiento en otros segmentos como la entrega de la compra de supermercado, Glovo debe afrontar el cerco regulatorio que ha llevado a cabo la Inspección de Trabajo sobre su modelo laboral y el del resto de competidores. La compañía debía más de 20 millones de euros en cotizaciones a la Seguridad Social, para los que se han presentado avales recientemente -hasta la fecha se había negado a provisionar nada en sus cuentas-. Tras la sentencia del Tribunal Supremo que 'tumbaba' su esquema de 'rider' autónomo, declarando a los repartidores como falsos autónomos, queda aún pendiente del pronunciamiento de la misma Sala respecto a un caso de Deliveroo para sentar jurisprudencia. Todo apunta a que el veredicto será el mismo. En paralelo, el Gobierno ha puesto sobre la mesa un primer borrador de la ley que deberá regular esta relación.

Con esta operación se cerraría un arranque de año histórico para la inversión en startups españolas. En los tres primeros meses de 2021 se han firmado varias ‘megarrondas’ que han disparado los desembolsos de fondos de capital riesgo en estas compañías. Las operaciones de Jobandtalent (100 millones), con Softbank, y de Wallapop (157 millones) han sido decisivas. La transacción de Glovo consolidar un récord absoluto.

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