El Gobierno ha aprobado el Real Decreto por el que se regula el nuevo régimen económico de energías renovables para instalaciones de generación eléctrica. Es la luz verde al sistema de subastas que enmarcará el despliegue de renovables en los próximos diez años y que no acaba de convencer a las grandes compañías del sector. El decreto es la herramienta básica para cumplir con los planes adelantados por el Ejecutivo para instalar 60 GW de generación no contaminante en la próxima década , movilizando una inversión de 90.000 millones de euros y sin hacer sangre en el recibo de los consumidores.
Además del decreto de subastas, el Gobierno ha aprobado la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP 2050) para reducir en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050 respecto a 1990. El documento, según el Ministerio de Transición Ecológica, se ajusta a los compromisos asumidos por España como miembro de la UE y como firmante del Acuerdo de París.
El punto empresarialmente caliente es el de las subastas. El sistema no convence a las grandes compañías, que temen a todos los cambios que puedan alterar su poder de mercado, apoyado en su capacidad de generar liquidez y obtener financiación. Los ofertantes en las subastas -una vez purgado el sistema de la especulación con los enganches y los avales- pujarán ofreciendo el precio que están dispuestos a cobrar por la energía que genere la instalación.
El nuevo marco, sostiene el Gobierno, permitirá trasladar de forma directa a todos los comnsumidores, desde el consumidor doméstico al industrial, los ahorros de la producción renovable. Queda por concretar, por orden ministerial posterior, el calendario de las subastas -que comprenderá al menos cinco años- la frecuencia de las subastas, la capacidad y las teconologías previstas.
Las reglas recién aprobadas estarán destinadas a nueva potencia renovable y permitirá la hibridación entre tecnologías, la ampliación y modificación de instalaciones existentes y será compatible con el almacenamiento. Para la industria nacional, siempre según el Ejecutivo, será un empujón fundamental. Según los datos de Transición Ecológica, hasta el 90% de los componentes de los aerogeneradores, el 60% de los proyectos fotovoltaicos o el 80% de los termosolares son de fabricación nacional.
El desarrollo de las herramientas para desarrollar el despliegue renovable es algo obligado. El avance de las energías limpias en todo el mundo es un hecho. En España, ya el año pasado, el parque de generación de electricidad limpia, compuesto por hidroeléctricas, centrales termosolares, parques eólicos y fotovoltaicos, superó en megavatios -más de 55.000- a las plantas de generación de electricidad contaminante: nucleares, térmicas que queman fuel, carbón y gas. El proceso se acelera con los paneles solares como grandes protagonistas.
El Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC) marca la senda ascendente de una tecnología, la solar fotovoltaica, clave para lograr la descarbonización de la economía. El documento enviado a Bruselas estimaba 9.071 MW de potencia instalada este año -ya superados-, 21.713 MW en 2025 y 39.181 MW en 2030. La apuesta de las grandes compañías como Iberdrola o Endesa por las energías limpias para compensar el cierre -también obligado- de las centrales de carbón tiene mucho que ver con el sorpasso y con las previsiones para la próxima década.
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