Gobierno y CNMC planean arrebatar a las eléctricas el control total de contadores

  • El plazo para la renovación de equipos antiguos por aparatos digitales finaliza en diciembre; las compañías se resisten a ceder el control de datos.
El plan de renovación de contadores acaba en diciembre.
El plan de renovación de contadores acaba en diciembre.
EFE

Ha costado, pero el proceso de modernización y cambio del parque de contadores eléctricos está a punto de finalizar. El proceso comenzó hace más de diez años y acaba en diciembre. Las grandes distribuidoras de electricidad, que son parte de los principales grupos eléctricos, han cambiado ya casi el 100% de los 28 millones de equipos de medida analógicos por digitales. Ahora, se abre otro debate. El Ministerio de Transición Ecológica y también la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) cuestionan el control total sobre los nuevos contadores que tienen las compañías.

Detrás del nuevo debate hay un hecho: los contadores inteligentes, digitales, son clave para la transición energética porque teóricamente permiten a los usuarios gestionar su demanda y, llegado el caso, participar en el sistema eléctrico, por ejemplo, con el autoconsumo. En la práctica, la mayor parte de los nuevos contadores y sus datos los controlan las grandes distribuidoras eléctricas.

Los datos que las empresas obtienen del contador digital -hábitos de consumo, horarios, equipamiento del hogar, etc.- son confidenciales y en ningún caso pueden ser utilizados por las compañías comercializadoras "hermanas" para hacer ofertas propias o para adelantarse a ofertas ajenas. Pero eso es la teoría. La misma que acepta que todos los clientes han sido informados sobre las capacidades de los nuevos equipos y su derecho al acceso a la información -a través de aplicaciones, webs de las empresas, etc.-.

Respeto a la privacidad

La realidad es otra. En la práctica, las distribuidoras defienden celosamente el acceso y control de datos del usuario con el argumento del respeto a la privacidad. Además, muchos usuarios desconocen las utilidades del nuevo equipo y no tienen acceso al mismo.

Expertos como el analista y presidente de N2E, Javier García Breva, sostienen que España va con retraso en el cumplimiento de las directivas de la UE sobre contadores, lo que ha costado ya la apertura de un procedimiento de infracción. Entre otras cosas, la directiva europea 2012/27/UE, en su artículo 9.2 establece que los Estados "se asegurarán de que los sistemas de medición facilitan a los clientes finales información sobre la hora exacta de utilización y de que se tengan plenamente en cuenta los objetivos de eficiencia energética y los beneficios al cliente final al establecer las funciones mínimas de los contadores y las obligaciones impuestas a los agentes del mercado". En España es una tarea pendiente.

El Ministerio de Transición Ecológica y la CNMC analizan la situación de los nuevos contadores para determinar hasta qué punto se puede cambiar el statu quo. La idea central: abrir a nuevos actores -y no sólo a las compañías tradicionales- el acceso a un manantial de datos cuya gestión puede beneficiar a los usuarios de a pie.

Un ejemplo: los contadores inteligentes permiten que, con un simple botón, el usuario pueda ajustar la potencia contratada a las necesidades de la vivienda y a sus hábitos. Tras la reforma Soria del año 2013, la parte fija del recibo eléctrico regulado (PVPC) pesa más que la parte variable (la energía consumida). Con otro efecto: cuanto menor es el consumo y mayor la potencia contratada, mayor es el porcentaje de los peajes de acceso en la factura final. 

Cambio de potencia, 10 euros

Un acceso fácil al cambio de potencia -y por tanto de peajes-, incluso según la tabla fijada en una Resolución de 2006, sería un golpe bajo para las compañías. Con la nueva tecnología, nada justifica que las grandes empresas cobren a los usuarios 10 euros por cambiar de potencia. Tocar un botón no puede resultar tan caro, sostienen las fuentes consultadas en la Administración.

Los nuevos sistemas de control digitales también facilitarán un control de doble sentido: no sólo a los usuarios, sino también a las distribuidoras. En la CNMC hay ideas en marcha para que la digitalización -y el control- llegue también a los centros de transformación eléctricos. Un Gran Hermano, pero para todos, no solo para los clientes.

Abrir el flujo de datos a nuevos actores, algo muy delicado,según destacan fuentes de las empresas eléctricas, permitiría introducir más competencia y ahorro. Con los contadores digitales es más fácil extender la actividad de empresas (agregadores) dedicadas a gestionar los consumos de electricidad de sus clientes, ajustándolos en función de los precios horarios de la energía para proporcionarles un ahorro directo. Son los nuevos actores de la transición energética.

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