Según un análisis de la Alianza para la transparencia corporativa

El postureo empresarial con el gobierno corporativo: sin riesgos ni resultados

La información no financiera que deben desarrollar las empresas toma cada vez más relevancia pero pocas llegan al fondo de la cuestión en sus informes anuales. 

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El postureo empresarial con el gobierno corporativo: sin riesgos ni resultados
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Las empresas han presentado sus resultados de 2019. En ellos se recoge tanto la información financiera del ejercicio recién culminado como la no financiera. Es precisamente esta, que recoge asuntos como la responsabiliad social corporativa, temas medioambientales, sociales y laborales, la que está tomando cada vez más importancia para la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) debido al reflejo que está llegando desde Europa en este sentido. Desde 2017, incluir estos datos en la información anual es obligatorio, pero un estudio de la Alianza para la transparencia corporativa con mil empresas de toda Europa, 67 de ellas en España, señala que la mayor parte de ellas lo hace como puro 'postureo'. 

En concreto, el informe ha analizado compañías de todos los sectores y países que conforman la Unión Europea, obteniendo una muestra homogénea tanto por tipo de empresas como por su tamaño. Las conclusiones de dicho estudio son claras: las empresas marcan un porcentaje de cumplimiento formal alto, es decir, señalan en sus memorias las políticas y compromisos que adquieren para con cada una de las problemáticas. En cambio, la utilidad de dicha información y los resultados no son efectivos. 

Uno de los ejemplos más claros, centrándonos en el caso de las empresas españolas, es el siguiente. El 63% de las compañías analizadas en nuestro país explican en la documentación la misión o el propósito de la empresa respeto a la sostenibilidad y la sociedad. En cambio, cuando se ahonda en la cuestión, apenas un 22% de ellas detalla qué cuestiones o decisiones en materia de sostenibilidad se han abordado por parte del consejo de administración. 

Esta cifra es aún más baja si se atiende a la descripción de cómo la remuneración de los directivos -uno de los grandes caballos de batalla del regulador y los accionistas en los últimos años- se ve afectada por el desempeño en relación con criterios ASG, es decir, a las cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Es entonces cuando el porcentaje se sitúa en apenas un 16%.

Tampoco la mayoría de las compañías nacionales -ni gran parte de las europeas- identifican los riesgos, tal y como deberían hacer. Así, por ejemplo, apenas un 22% de las firmas identifican cuestiones medioambientales como un riesgo estratégico para su modelo de negocio. Si se tiene en cuenta el caso concreto del cambio climático, solo un 18% de ellas lleva a cabo este análisis incluso en sectores con tanta afectación como el de la energía y la industria extractiva o el transporte. 

Pero los datos son aún más llamativos con la corrupción y las normas para prevenir este tipo de comportamientos. De las mil empresas europeas analizadas, solo un 21% describe riesgos específicos en este sentido, el resto de compañías lo hacen de manera "vaga" o direcamtente no los identifican. En cambio, si se atiende a las políticas que se ponen en marcha para evitar este riesgo, el pocentaje baja en un punto y si hablamos de los resultados, este se desploma hasta el 6%. En definitiva, para los autores del estudio "es poco útil".

Pero el regulador está ojo avizor con este tema. Tanto es así que, más allá de lanzar una guía de la información no financiera, se ha puesto manos a la obra para revisar a conciencia la información de este tipo enviada por las empresas. En las últimas semanas, la CNMV ha llevado a cabo varios requerimientos de información adicional como el de OHL, en el que le ha preguntado por ciertas partes incompletas en lo que tiene que ver con los datos medioambientales. 

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