36 millones en la de esta semana

El Gobierno se deja 1.200 millones de ingresos en las dos últimas pujas del 5G

La falta de competencia en la de 700 Mhz y las prisas por convocar la de 26 Ghz recién cerrada son los factores que hunden la recaudación prevista en los Presupuestos Generales del Estado.

Las subastas de 5G dejan una recaudación muy inferior a la prevista.
Las subastas de 5G dejan una recaudación muy inferior a la prevista.
L.I.

La última gran subasta pública de espectro para las redes ultrarrápidas 5G, referida a la banda de 26 'gigahercios', fue la más veloz de la historia. En apenas una hora se finiquitaron este miércoles las rondas de pujas y se cerraron los repartos de concesiones entre las tres grandes operadoras de telecomunicaciones españoles. Las prisas para convocar esta licitación por parte del Gobierno, pese a las repetidas peticiones de retraso por parte de las compañías, han dejado desiertos muchos paquetes de frecuencias, lo que ha reducido a una sexta parte los ingresos por concesiones frente a los previstos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Esto se suma a la caída recaudatoria del proceso lanzado el año pasado.

Esta semana se ha sacado al mercado el espectro radioeléctrico de la banda de 26 Ghz. Una docena de concesiones de ámbito nacional y 38 entre las autonomías y el sector industrial. Las grandes compañías habían pedido que se atrasara hasta dentro de dos o tres años, cuando fueran necesarias estas 'autopistas' de la red. Pero el ejecutivo ya había presupuestado 170 millones de euros en los PGE de este año y había que lanzarla. Se ha hecho sobre la bocina, en la penúltima semana del ejercicio. Y el resultado ha sido, una vez más, una caída relevante en la recaudación.

De esos 170 millones, recibirá menos de 40. Las tres grandes se habían quedado solas: los grandes nombres industriales, que estaban llamados a revolucionar esta subasta, no han presentado sus cartas, mientras que Másmóvil se retiró para evitar pelear contra su futura pareja de baile, Orange. Esto hizo que Telefónica, Vodafone y Orange se vieran las caras sólo con un operador regional pequeño de Castilla y León. La conclusión: ha habido un 'reparto' sin pelea por precio -todas se adquieren por la tarifa de salida- de los paquetes más grandes de frecuencias, con Telefónica poniendo más dinero para más espacio (20 millones para un gigahercio) y Vodafone y Orange quedándose con un trozo más pequeño (8 millones por 400 megahercios). Muchos paquetes de frecuencias regionales e industriales se han quedado desiertos.

Precisamente esa potencial competencia era una preocupación para la propia Telefónica, que alertaba a sus inversores en el último informe anual de un previsible encarecimiento de las frecuencias. Las fuentes del sector consultadas por La Información coinciden en que las necesidades actuales de espectro en esta banda son muy limitadas, pues sirve para usos muy específicos que no llegarán hasta dentro de varios años. Esta banda de 26 Ghz es la que permite una propagación menor de la señal (una cobertura inferior) pero con una capacidad muy superior y con unos tiempos de respuesta muy bajos. Con esta subasta lo que han hecho es "cubrir las necesidades básicas" para complementar el espectro que adquirieron en las anteriores subastas.

La licitación anterior tuvo lugar el año pasado y se refería a la banda de 700 'megahercios'. La pérdida de ingresos estatales fue mucho mayor. En los presupuestos del Ejecutivo se habían planteado unos réditos de 2.100 millones de euros, que pusieron en pie de guerra a las operadoras, que entendían que esa cantidad implicaba un desembolso excesivo para ese espectro. Finalmente no hubo apenas competencia, pues finalmente Másmóvil se bajó al comprar espectro ya existente a la empresa del sector Eurona. Esto hizo que apenas se quedara en los 1.000 millones de euros, apenas un 15% más que el precio de salida -ya rebajado por el Gobierno ante la presión de las operadoras-.

Las mismas fuentes del sector están seguras de que se habrían logrado otros ingresos públicos en caso de que se hubiera retrasado la puja un par de años más, hasta que los grandes grupos industriales percibieran un potencial mayor a las redes privadas con 5G en sus entornos. Cellnex no ha participado, como ya se había anticipado, pero tampoco lo han hecho otros grandes grupos del sector que se habían barajado en su momento. Se dependía de unas operadoras que han acudido sin apenas competencia y con unas cuentas especialmente golpeadas por la guerra comercial vivida en España en los últimos años.

Retraso en el 5G

Telefónica y el resto de telecos están concentradas en los ambiciosos despliegues que deben abordar como contraprestación por el espectro de 700 Mhz -la banda más relevante- subastado el año pasado. Con una duración de entre 20 y 40 años, aquellas concesiones obligaban a que las compañías alcanzaran una cobertura del 100% de los municipios de más de 50.000 habitantes en tres años. Tanto estas exigencias como las de la reventa mayorista a otros operadores más pequeños fueron suavizadas por el Ejecutivo en un gesto hacia el sector.

Existe cierto temor en el sector ante el riesgo de retraso en los futuros despliegues de redes ultrarrápidas en España frente a otras grandes potencias como Corea, China o Estados Unidos. Ericsson, uno de los principales proveedores de red, preveía que el despliegue en la banda de 3,5 Ghz -ya licitada en 2018- se quede en el 523% de la población española en las dos próximas décadas. Hay que tener en cuenta que esta 'carretera' es la que permite una mayor cobertura global y la que abre la puerta a usos en las ciudades más allá de los interiores de edificios -para lo que es más útil la de 700 Mhz-. Este retraso es el que puede dejar a España a la cola entre las grandes potencias, por lo que reclamaba 1.700 millones de inversión 'extra' pública para cubrir ese agujero.

Mostrar comentarios