A meses de la subasta de espectro

El Gobierno deja pendiente la 'ley 5G' que regulará el papel de la china Huawei

Acabó la consulta pública en diciembre pasado y los planes iniciales se basaban en arrancar los trámites del primer texto en el primer trimestre. Hoy no hay ni anteproyecto presentado.

Estados Unidos presiona para limitar la expansión de Huawei
Estados Unidos presiona para limitar la expansión de Huawei
EFE

Será la ley que rija el papel que debe jugar la china Huawei en el despliegue de las nuevas redes ultrarrápidas 5G en España. Y sigue acumulando meses de retraso, marcado también por el estallido de la pandemia del coronavirus. El Gobierno deja aún pendiente la normativa de ciberseguridad de las redes. Todo ello en un país como España, en el cual la penetración del gigante asiático es alta y la subasta de espectro está a punto de celebrarse, y mientras otros territorios como Reino Unido y Francia han puesto negro sobre blanco el marco legislativo.

Las grandes potencias europeas empiezan a marcar posiciones ante la amenaza de sanciones por parte de Estados Unidos. La administración de Donald Trump argumenta que los equipos de telecomunicaciones fabricados por el gigante chino pueden ser utilizados por gobierno del país para el espionaje y podrían suponer una amenaza para la seguridad, acusaciones que han sido negadas por Pekín y la compañía en reitradas ocasiones. Francia y Reino Unido y ya han planteado las líneas maestras de esta regulación. Los primeros planteando restricciones suponen de facto una prohibición de compra de productos nuevos de la asiática a partir de 2028. Los segundos han sido más duros, con un veto prácticamente total, tras el que admitieron que supondrá sobrecostes de 2.200 millones y un retraso en los despliegues de dos a tres años. Alemania sigue analizando qué hacer ante la fuerte dependencia de su buque insignia, Deutsche Telekom, hacia la tecnología de la asiática.

Las telecos españolas han pedido en varias ocasiones mayor claridad al Gobierno de España sobre su posición en relación con este asunto. Siempre hubo silencio hasta que a finales del año pasado el Gobierno lanzó una consulta pública para recabar todas las posiciones del sector antes de elaborar un texto normativo. El plazo para entregar documentación acababa un mes después. El entonces director general y hoy secretario de Estado de Telecomunicaciones, Roberto Sánchez, confirmó en una entrevista a la Agencia EFE que el objetivo era tener un primer texto en el primer trimestre del año. Encarando el final del tercero no hay noticias. Y el propio Sánchez no facilita plazos y sólo se limita a asegurar que se trabaja en un anteproyecto de ley.

Esta ausencia de un primer texto contrasta con la cercanía de los primeros pasos firmes para el despliegue de las redes 5G en España. El Gobierno de Pedro Sánchez espera subastar el espectro radioeléctrico de 700Mhz, clave para mejorar la cobertura especialmente en interiores y en zonas rurales, en el primer trimestre de 2021 tras el retraso causado por la pandemia. Y pese a que la expansión masiva de la infraestructura física (estaciones base, torres...) tendrá que esperar, las operadoras deben llevar a cabo la planificación de equipos de proveedores como la propia Huawei.

Hasta ahora, desde el lado público en España ha habido respuestas diferentes al 'caso Huawei' en el último año y medio. Se han dictado medidas como la prohibición del acceso a los sistemas de información del Ministerio de Defensa desde dispositivos móviles del gigante chino. Pero, por otro, han mantenido su alianza en ciberseguridad con el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) suscrita a principios de 2016 y han incluido a la asiática en los proyectos piloto para el 5G. El último adjudicado será en la Comunidad Valencia y tiene un presupuesto público de 10,1 millones de euros y en él participan Orange y otras firmas tecnológicas.

En el caso de Telefónica, los primeros despliegues del 5G 'light' -basado en un estándar que no es el definitivo- los va a llevar a cabo con Nokia y Ericsson. Serán sus dos proveedores de cabecera para los despliegues. Esta decisión llega después de que la operadora anunciara justo el pasado mes de diciembre que su plan era sustituir la tecnología del proveedor chino en el núcleo de su red 5G a medio plazo. Es algo parecido a lo que hizo dos meses después su rival Vodafone, que insistió en que lo 'expulsará' de esa red troncal en todos los países europeos, incluido España, lo que supondría un coste de unos 200 millones de euros.

No hay que olvidar que Huawei ha ido ganando posiciones en los últimos años como proveedor de equipos de telecomunicaciones a nivel mundial y también en España, frente a los dos tradicionales -Nokia y Ericsson- y el también chino ZTE. Es uno de los grandes dominadores. Según las últimas cifras publicadas por la consultora Dell'Oro Group, el primer semestre de este año lo cerró con una cuota de mercado global del 31% frente al 16% y 14% de sus otros dos rivales. No hay datos oficiales en España, pero varias fuentes del mercado confirman que el reparto podría ser similar.

Con o sin el gigante, la seguridad de las redes ultrarrápidas es crítica. Y lo es porque servirá como pilares para el funcionamiento de servicios y actividades esenciales como el suministro de agua potable, la sanidad, el transporte o la energía. Con ellas se extenderá mucho más el Internet de las Cosas o el coche autónomo. Esos servicios aún no se harán masivos hasta dentro de varios años. Pero las operadoras ya están lanzando su 'avanzadilla 5G'. Y lo hacen sin que el Gobierno haya movido ficha en la normativa de seguridad.

Mostrar comentarios