Goiri presidente, Guardiola CEO: la fusión Bankia-Sabadell que nunca llegó a puerto

  • Este hubiera sido el reparto de poder en la cúpula de la sociedad resultante de su fusión. Josep Oliu se hubiera quedado una presidencia de honor.
El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, conversa con el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri
El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, conversa con el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri
EFE

Banco Sabadell y Bankia llegaron a diseñar la estructura de gobierno corporativo de la entidad resultante de su fusión, una operación que estuvo impulsada por el PP y gustaba al hoy vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, pero que se frustró a raíz de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa en el mes de junio de 2018.

El actual presidente ejecutivo de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, hubiera ocupado este mismo cargo en la entidad resultante de la fusión, mientras que su número dos hubiera sido Jaime Guardiola, el CEO del Sabadell. Para Josep Oliu, el actual presidente del banco catalán y que tiene 70 años, estaba reservada una presidencia de honor durante algunos ejercicios en el nuevo banco, según fuentes conocedoras consultadas por La Información.

El hecho de que ambas entidades, que nunca han reconocido haber mantenido negociaciones formales, llegaran a hablar del reparto de poderes de la nueva cúpula -en la que el gran 'sacrificado'era el actual CEO de Bankia, José Sevilla- pone de manifiesto que la operación, en la que Sabadell se habría puesto la gorra de comprador, estuvo 'encima de la mesa' y cerca de hacerse efectiva.

El motivo que frustró una fusión fue la salida de Mariano Rajoy del Gobierno tras la moción de censura de Pedro Sánchez, un movimiento político en el que el actual presidente en funciones contó con el apoyo de Unidas Podemos. Y es que el Estado tiene mucho que decir en lo que respecta a Bankia, ya que es el accionista mayoritario a través del Frob, aunque no interviene en la gestión de la entidad. 

Sea como fuere, lo cierto es que Oliu volvió a calentar esta operación, que daría lugar al segundo banco en el país, el pasado mes de marzo, al asegurar que su fusión con Bankia podría volver a plantearse. "Todas las cosas que están debajo de la mesa algún día se pueden poner encima", dijo el banquero catalán, aunque Goirigolzarri contestó que no hay nada encima ni debajo de la mesa.

No obstante, pocos días antes de que diese comienzo el verano, Goldman Sachs volvió a la carga y defendió en un extenso informe que la operación tendría sentido estratégico en tanto que serviría para mejorar el rendimiento de la entidad resultante, fortalecería su posición de capital y permitiría maximizar la recuperación de ayudas públicas, uno de los principales objetivos del PSOE.

Encaje geográfico y de negocio

Es más, Sabadell y Bankia tienen buen encaje dado que se complementan tanto geográficamente como en el negocio. La entidad nacionalizada está centrada en banca de particulares y con una importante presencia en Madrid, mientras que en el banco catalán destaca en banca de empresas y en Cataluña y en el norte de España. Las sinergias se obtendrían en la zona de Levante, donde ambas tienen mucha implantación tras las integraciones de Bancaja y la CAM.

Así las cosas, el futuro de Bankia, y puede que también de Sabadell, dependerá de cómo se configure el nuevo Gobierno, dado que si Sánchez termina aliándose con la formación que lidera Pablo Iglesias, éste podría entorpecer la privatización, que dados los niveles de cotización actuales parece que no se producirá mediante la venta de pequeñas porciones del del capital del banco, como ha ocurrido hasta ahora. 

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