"Mi patrimonio está en la Diagonal y no tengo problema alguno para dormir”

  • El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, buscaba hoy tranquilizar con este mensaje de llamada a la calma a la clientela del banco. 
Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank
Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank

“Tengo prácticamente la totalidad de mi patrimonio financiero en una cuenta de la Diagonal de Caixabank y no tengo problemas en dormir con toda la tranquilidad del mundo”. En primera persona, ilustrando con el ejemplo, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, buscaba hoy tranquilizar con este mensaje de llamada a la calma a la clientela del banco durante una presentación de resultados absolutamente atípica por el devenir de los acontecimientos tras la amenaza de ruptura de Cataluña.

Las cuentas históricas hasta septiembre son previas al pulso independentista declarado por el Govern tras el referéndum del 1-O permitiendo al banquero surfear sobre el espinoso asunto sin efectuar mención alguna durante sus 20 minutos de presentación. El beneficio en España marcó récord, espoleado por el negocio típico de clientes, un espectacular aporte del ramo de seguros y fondos de inversión, y la incorporación desde febrero del portugués BPI, vectores a los que atribuyó el resultado en su acostumbrada pormenorizada exposición.

Consciente de la apretada agenda puesto que al acabar de explicar los números a los medios de comunicación lo haría a los analistas, el primer ejecutivo adelantó su llegada a la sala para saludar, como le gusta, uno a uno a todos los periodistas asistentes. Pero hasta aquí, la “normalidad” de la rutina.

El escenario, quórum de asistentes y, sobre todo, TEMA -en mayúscula- de interés no era habitual, ahora sí, por Cataluña. La amenaza sobre una declaración unilateral de independencia forzó a CaixaBank a mover la sede social al histórico edificio donde se residenciaba Banco de Valencia en la céntrica calle Pintor Sorolla el pasado día 6. Construído en 1942, el inmueble albergó ayer por vez primera al consejo de administración del banco que aprobó las cuentas -récord pero invisibilizadas con la cuestión catalana-, y hoy desplazó al emblemático rascacielos de la Diagonal barcelonesa como plaza para detallar los resultados.

La fachada principal vestía para la ocasión los mensajes “Qualitat” y “Confianca” en dos largas telas colgadas desde un balcón engalonado con el logotipo de CaixaBank junto a las banderas de la UE, España y Valencia. Y, dentro en un salón de mayor dimensión al utilizado por el banco para presentar sus cuentas trimestrales, una legión de informadores: 14 televisiones acreditadas y más de 80 periodistas de la comunidad valenciana, Barcelona y Madrid, quorum muy superior al rutinario.

El cambio de escenario llega para quedarse. Volverá a ser el lugar de celebración del consejo, junta de accionistas y rendición de cuentas, si bien Gortázar zanjó de forma categórica que vaya a trasladar nuevas áreas de poder o decisión fuera de Cataluña como barajaba banco Sabadell hacia Madrid.

La posible mudanza de direcciones, presidencia, etc, fue solo una de las decenas de cuestiones planteadas en las 18 intervenciones de periodistas donde Cataluña monopolizó casi por absoluto las preguntas, entre unos interrogantes sueltos sobre la proyección en BPI, la apuesta en seguros de salud, la desconsolidación de Criteria o su voracidad sobre fusiones transaccionales y la cotización. Cuestión está última que sirvió a Gortázar para rescatar como tema los resultados, reivindicando que la bolsa subía por las cuentas y confiaba que lo hiciese más tras su explicación.

Las mayores incógnitas: impacto en los depósitos y en la economía, beneficio fiscal para Valencia, traslado de direcciones o boicots de los independentistas, recibieron respuestas sin censura ni límites aunque medidas. Depósitos: “A partir del 1 de octubre pudimos detectar en la clientela intranquilidad, nervios (...) el impacto ha sido moderado, se ha parado, revertido y en este momento hemos regresado a nuestra senda de crecimiento, con normalidad y con los niveles de liquidez que siempre hemos tenido”.

Razón del traslado: “ha sido una decisión técnica (...) para dejar fuera de cualquier duda que la fortaleza de CaixaBank se mantendrá en cualquier escenario, y que continuará bajo el paraguas de la zona euro y el BCE, en absoluta igualdad de condiciones con otra entidad que compita en España”.

Según el banquero la decisión de mover la sede social fue privada, sin exigencia del BCE, para “proteger al accionista y a los clientes” y sin plazos: “No hemos dicho que sea temporal en ningún momento”. Cuidadoso, eludió valorar la situación política aunque sí confío en que se reconduzca porque una prolongación en el tiempo tendría un “impacto muy dañino”, mientras una normalización ayudaría a salir “de este parón” que sufre la actividad. Hacia los clientes formuló la llamada a la “responsabilidad y tranquilidad” de que “pueden estar tranquilos” sin, como él, perder el sueño. 

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