La gran empresa congela el consumo energético en plena batalla por la factura

  • Los fabricantes de automóviles han reducido un 10,4% la demanda de electricidad entre agosto de 2018 y julio de este año.
Gráfico sectores industria.
Gráfico sectores industria.

Lo certifica el gestor del sistema eléctrico Red Eléctrica de España (REE): las grandes empresas consumidoras de energía han ajustado el consumo  tanto que la demanda eléctrica en la industria ha caído a ritmos desconocidos en la última década. El índice mensual de grandes consumidores que publica cada mes REE muestra en julio un cierto freno en el desplome de la demanda, aunque el ritmo de caída se sitúa en el 3,4%. Las causas del desplome son varias y según sectores. Van desde una caída de los pedidos y en la producción hasta cambios en la estructura de producción. Pero la contención de la demanda, que en mayo registró el mayor retroceso interanual desde 2010, se mantiene cuando está en pleno desarrollo la batalla para rebajar la factura eléctrica de las grandes empresas e industrias.

El análisis de los datos de REE sobre la demanda de los grandes consumidores -fabricantes de automóviles, industria química, metalurgia, papel, etc- mezcla optimismo y cierta conmoción por lo que sucede en los últimos meses. "Los datos brutos registrados durante el pasado mes de julio parecen haber frenado la tendencia de caída que se venía observando durante los meses precedentes...", detalla el informe. Pero el panorama en el año es preocupante. Las compañías automovilísticas han reducido la demanda entre agosto de 2018 y julio de este año en un 10,4%; las refinerías un 12,6% y la industria química un 7,5%.

En el último año, sólo seis sectores, entre los 20 con mayores consumidores que analiza REE, han consumido más electricidad: alimentación, fabricación de productos minerales no metálicos, almacenamiento, distribución de agua, comercio al por mayor y otras industrias extractivas. Pero muestran subidas muy moderadas, de entre el 1% y el 2%.

Baza negociadora

Las estadísticas de REE han sido una de las bazas que las asociaciones de la gran industria han manejado en las reuniones que han mantenido en los últimos meses con el secretario general de Industria, Raúl Blanco. La industria anda más que inquieta. Las medidas anunciadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para abaratar la factura eléctrica no acaban de cuajar. El Ejecutivo está en funciones y el Estatuto del Consumidor Electrointensivo, la herramienta para equiparar a las grandes empresas a sus competidoras en Francia o Alemania, está en el horno. A medio hacer.

El desplome en el consumo de grandes empresas e industrias coincide con la batalla desatada por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) al revisar la retribución que recibirán las eléctricas y las empresas gasistas por sus redes de transporte. El tijeretazo puede superar los 5.000 millones de euros y afectará especialmente a las empresas gasistas -Naturgy y Enagás-. Los grandes consumidores apoyan la medida porque quieren pagar menos por los peajes y reducir así su factura energética.

La gran industria no sólo apoya los recortes sino que quiere que se apliquen cuanto antes. Hasta 11 asociaciones industriales, incluida la de las petroleras AOP, han mostrado su apoyo total a la CNMC en el proceso de revisión y recorte de peajes que defiende el organismo. Siderúrgicas, empresas fabricantes de vidrio, papeleras, petroleras, empresas de cerámicas, químicas y textiles han hecho llegar al presidente de la Comisión, José María Marín Quemada, el respaldo de asociaciones como Unesid, AOP, Ascer o Feique.

Ahorro para los consumidores

Todas ellas piden adelantar el recorte a las retribuciones a las empresas gasistas al año 2021. Consideran que aplicarlo en su totalidad ahorraría a los consumidores en ayudas injustificadas unos 1.500 millones de euros entre 2021-2026. Y justifican su petición en la sobre-retribución a las empresas de transporte y distribución de gas en el periodo 2014-2020. Según sus cuentas, el exceso habría alcanzado los 5.000 millones de euros.

La industria presiona para aliviar su factura energética porque la actividad no acaba de despegar y porque las vías tradicionales para abaratar la electricidad que consumían -las subastas de interrumpibilidad- ya no funcionan como aliviadero. Las sombras para la industria se mantienen pese a la recuperación. El posible bajón en la actividad que se desprende de los datos de consumo de energía caen sobre un terreno que aún no se ha recuperado de la crisis. En lo peor de la recesión, entre los años 2009 y 2014, se destruyeron más de 800.000 puestos de trabajo en la industria, según las estadísticas del Ministerio de Trabajo. Pese a que el PIB ha crecido en los últimos años a buen ritmo, la industria sólo ha creado 361.000 empleos.

Ese panorama poco halagüeño se ha complicado más si cabe con el resultado de la última subasta de interrumpibilidad para la industria. Entre las dos adjudicaciones del año, las empresas recibirán 196 millones. Es la cifra más baja en los seis años que se lleva haciendo este mecanismo de ayudas a los grandes consumidores. Y está muy alejada de los 500 millones que recibían hace apenas un par de años.

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