Las grandes telecos cierran un año negro en bolsa con las fusiones en el horizonte

  • El mantra repetido por máximos directivos es el del exceso de jugadores en el mercado después de señalar los efectos negativos de la regulación.
Los grandes líderes de las telecos en España
Los grandes líderes de las telecos en España
L.I.

Ha vivido un año muy complicado en bolsa. Los mercados han golpeado al sector de las telecomunicaciones, ante las dudas sobre su crecimiento y la fuerte inversión que deberán afrontar con el despliegue de las conexiones 5G. En España ha habido una circunstancia añadida: una dura guerra de precios, desatada por la temporada de fútbol, que ha pasado factura a las cifras de las grandes compañías. Mientras trataban de navegar en este mar, el nuevo mantra del sector tiene que ver con el número de jugadores y la necesidad de más fusiones.

Los doce meses no han sido fáciles en los mercados bursátiles. Telefónica se ha dejado algo más de un 10% de valor de sus acciones; Orange, un 2,5%, y Vodafone, un 34%. No son excepción, pues buena parte de los operadores europeos están en rojo. El único que se salva de la quema entre los que pelean por el territorio español es Masmóvil que, pese a la aceleración en su negocio, apenas ha sumado un 7% en su cotización, tras el subidón de 2017.

El propio presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, resumió algunos de los puntos que castigan los inversores en las telecos: la creencia de que el retorno de la industria va a ser decreciente por la necesidad de invertir en 5G; el estancamiento de los ingresos procedentes del negocio ‘tradicional’ de las telecos -también laminado por el avance de gigantes tecnológicos y soluciones de comunicación y contenidos alternativas- y el fuerte endeudamiento (marcado también por esa inversión).

La guerra de precios, como telón de fondo

Pero ese no fue el único obstáculo con el que tuvieron que lidiar las compañías en el mercado español. La fuerte guerra de precios que se inició en verano ha marcado el devenir de la segunda parte del año. La decisión de Vodafone de no comprar todo el fútbol para la presente temporada llevó a Telefónica y Orange a atacar a su base de más de 300.000 clientes de televisión que disfrutan de estos contenidos para tratar de atraerlos con ofertas muy agresivas.

En esta batalla, la más golpeada es Vodafone, aunque todos han sufrido una merma en los ingresos. Y no sólo por la pérdida de clientes de televisión con fútbol, sino por la caída significativa en rentabilidad y volumen de negocio. La operadora británica tuvo que hacer un ajuste de valoración de casi 3.000 millones de euros de su filial española ante las previsiones mucho menos ambiciosas en España. Un ajuste que ha despertado los fantasmas de un recorte de empleo tras el ERE de 2015 y los diferentes paquetes de prejubilaciones.

En los dos últimos meses, la intensidad de esta batalla se ha reducido de manera significativa, aunque algunos operadores mantienen ofertas del 50% de descuento durante un periodo de hasta 6 meses (muy lejos de los 2 años que se llegaron a ofrecer durante la última parte del verano). Los máximos directivos han coincidido en las últimas presentaciones de resultados al afirmar que la agresividad no es la misma.

Las fusiones… ¿a la vista?

En este contexto, con las portabilidades en máximos históricos y la temperatura competitiva aún muy alta, las voces que defienden la consolidación se han intensificado. El presidente de Telefónica España y los consejeros delegados de Vodafone y Orange han repetido un nuevo mantra: hay demasiados jugadores. Quieren presionar al regulador europeo para que éste abra la mano y dé luz verde a uniones.

La compra por Deutsche Telekom de la filial holandesa de Tele2, que recibió el beneplácito de Europa, es su gran esperanza. Hay un escollo evidente: el regulador español no ha perdido la oportunidad y este mes de diciembre ya ha advertido de que su posición siempre será favorable a la existencia de un cuarto operador, pues éste ha generado un mayor dinamismo comercial. En España, por ahora, nadie ha movido ficha.

Así, las grandes telecos cierran un año complicado en España. Queda por ver si en 2019, la antesala de las primeras inversiones importantes en 5G, será la de las fusiones, como reclaman.

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