La Palmera es una avenida jalonada de chalets construidos en el primer tercio del siglo XX por la burguesía de Sevilla cuando esta vía se abrió para la Exposición Iberoamericana de 1929, convirtiéndose en el eje norte-sur de la ciudad -una especie de Diagonal barcelonesa o Gran Vía madrileña para la capital andaluza-. Y uno de los palacetes señoriales que allí se ubican perteneció a Manuel Prado y Colón de Carvajal, exdiplomático y padre de Borja Prado Eulate. En estado de semiabandono desde 2010, la propiedad está a la venta por 3,1 millones de euros.
El inmueble se publicita en la web de Buhaira Consulting, una empresa de Real Estate ubicada en Sevilla. La propiedad, con 1.000 metros útiles de vivienda y 2.000 de parcela, tiene además bodega y cinco plazas de garaje. El Registro de la Propiedad refleja que la casa del fallecido Manuel Prado no está a nombre de sus empresas ni de sus herederos, sino que el titular legal es el Grupo Torras. Pero, ¿cómo pasaron los bienes del exdiplomático a dicho holding?
La subasta 'desierta'
La casa salió a subasta pública en 2010 por orden de la Audiencia Nacional tras la sentencia que llevó a Manuel Prado a la cárcel por apropiación indebida en el caso Wardbase. La instrucción era un apéndice del caso KIO, un acrónimo que hace referencia al grupo Kuwait Investment Office, dueño por aquel entonces de las famosas torres inclinadas de la madrileña Plaza de Castilla y principal perjudicado en el proceso judicial.
La falta de pujadores en la sede del tribunal en Madrid y en el Juzgado de Instrucción número 15 de Sevilla -que participaba también en la subasta de forma coordinada- provocó que la propiedad fuera adjudicada al Grupo Torras, que actuaba como perjudicado en la causa. Así, la vivienda de Prado y Carvajal cambió de manos. Pero no solo este inmueble: también varias fincas y propiedades en Sevilla, Huelva y en el madrileño barrio de Salamaca. Muchas de ellas fueron adjudicadas pero otras se quedaron en un limbo, sin un nuevo titular que las quisiese.
El declive del poderoso Grupo Torras
El Grupo Torras es por tanto propietario desde 2010 de esta villa señorial que ahora languidece. El holding -que hoy en día tiene como matriz dos sociedades BV holandesas (Koolmees y Kokmeeuw)- sigue en su búsqueda desesperada de liquidez para saldar sus millonarias deudas. Y este palacete es una pequeña pero plausible opción de ir reduciendo negativo. Desde la inmobiliaria que lo comercializa señalan que el palacio puede tener más usos que el puramente residencial y que puede dedicarse a oficinas, docencia o tema hospitalario.
El Grupo Torras presentó en diciembre de 1992 en los Juzgados de Madrid la mayor suspensión de pagos de la historia de España con unas deudas de 243.000 millones de pesetas de las cuales el 90% correspondían a su accionista, el grupo kuwaití KIO. Paralelamente, las autoridades de ese país del Golfo Pérsico decidieron destapar a su hombre de confianza en España, Javier de la Rosa, y los kuwaitíes Fouad K. Jaffar y Fahad al Sabah, vicepresidente y presidente de Torras. KIO les acusaba de haber provocado unas pérdidas cercanas a los 500.000 millones de pesetas y de desvío de fondos en beneficio propio.
En este contexto, la Audiencia Nacional condenó a Manuel Prado en 2004 por un delito de apropiación indebida como destinatario de un pago de 11,4 millones de euros procedentes del Grupo Torras. Dos meses después de su ingreso en prisión, Instituciones Penitenciarias le concedió el segundo grado por "razones humanitarias", atendiendo a su precario estado de salud. Manuel Prado murió en 2009 a los 78 años.
Su casa, ahora a la venta, es testigo mudo de parte de la historia de España, lo cual dota de un morbo adicional al inmueble. La propiedad se publicita junto con una finca, también vinculada a Manuel Prado. Se trata de la Dehesa de Juan Esteban, una finca ubicada en el parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva). Casi 800 hectáreas, con un helipuerto y piscina. La finca ha sido valorada por Buhaira Consulting en ocho millones de euros.
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