Alto coste económico y de imagen

El Mobile y las telecos se tiran los trastos para sacudirse la factura del gran fiasco

  • La 'letra pequeña' de los contratos tanto de las empresas como de la propia organización está hoy sobre la mesa ante la amenaza de suspensión.
Mobile World Congress Barcelona
Mobile World Congress Barcelona
Europa Press

El Mobile World Congress 2020 está malherido. La oleada de bajas de compañías tecnológicas y telecos, ante el temor por el avance de la epidemia del coronavirus, ha puesto en jaque la celebración del evento y ha despertado una pugna entre los operadores y la organización. Una pugna por ver quién da el paso definitivo -la GSMA ha pospuesto la decisión hasta este viernes, a apenas una semana de que arranquen los primeros actos- que tiene como telón de fondo los costes que supondría la cancelación definitiva.

¿Quién da el paso definitivo? ¿Las grandes operadoras de telecomunicaciones o la GSMA? Esa es la clave. Con casi una veintena de bajas, algunas de ellas muy significativas, la salida de las telecos obligaría 'de facto' a la asociación organizadora a tomar la decisión. Pero el orden en las decisiones de unos y otros se antoja clave, según confirman varias fuentes conocedoras, en el reparto de los desembolsos de indemnizaciones y costes derivados de ese frenazo, debido a las cláusulas de los contratos suscritos.

La situación es más delicada que nunca. A 48 horas de que se celebre el consejo de administración clave de la GSMA, que tiene prevista la decisión definitiva sobre si seguir o no adelante, la nómina de empresas que han renunciado se ha engordado con nombres muy destacados. Los dos principales: Cisco, una compañía con una capitalización bursátil de más de 200.000 millones de dólares, una presencia significativa en la feria y, sobre todo, un papel destacado en el 5G y AT&T, el principal operador de telecomunicaciones en Estados Unidos.

No es la única. Intel, el gigante de los microchips, también lo anunció este martes, junto con la china Vivo, el sexto fabricante de móviles por ventas. Esta última hace especial daño, porque se trata de una firma con sede en el país asiático, origen de la epidemia del coronavirus y 'aliado' de la organización para tratar de mantener su celebración. Sobre los otros dos gigantes chinos de ese sector, Xiaomi y Huawei, están todas las miradas.

Pese a esta situación, la GSMA no ha tomado ninguna determinación. Tampoco después de que las operadoras de telecomunicaciones le presionaran para que fuera la organización dirigida por John Hoffman -que se financia, en buena parte, con la celebración del Mobile anualmente- quien asumiera no sólo el coste social (y político), sino también económico de suspender indefinidamente la feria. 

Ese coste en euros es lo que ha ganado importancia con el paso de las horas. Muy pocos directivos consultados por La Información confían en que la feria siga adelante. Y ahora queda por ver qué sucede en el lado jurídico y económico. ¿En una suspensión por causa mayor, como el del riesgo sanitario por una epidemia, la GSMA debería abordar el coste de indemnizaciones y reembolsos? ¿Si las telecos o las grandes compañías tecnológicas deciden no acudir formalmente antes de que la organizadora dé el paso les impediría reclamar? Esas son las preguntas que están sobre la mesa de ambos lados.

15 millones de dinero público

Hay que tener en cuenta que en esta ecuación se encuentra también dinero público. La Fundación Mobile World Capital es la encargada de financiar todas las actividades vinculadas a la feria y otras que se celebran durante el año. En total cuenta con 15 millones de euros a través de subvenciones públicas a partes iguales del Estado, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona.

De ese dinero, 9,5 millones, según el último presupuesto, iba destinado al pago de una especie de 'canon' a la propia GSMA, titular de la marca del MWC, en concepto de contribución anual dentro del acuerdo para ubicar el evento en la ciudad. Pero, esta no es la única cifra económica que está en juego. También todos los costes de alquiler de los espacios en el recinto ferial de Hospitalet de Llobregat para ubicar los expositores y los vinculados con la actividad allí.

La duda reside ahora en quién deberá abordar todos los gastos de cientos de empresas y exhibidores ante una cancelación 'in extremis', con infinidad de desembolsos que ya han sido ejecutados (y difícilmente reembolsables) como reservas de hotel, billetes de avión y traslados, diseños de expositores, presentaciones... Muchos millones de euros en juego que se han convertido en el telón de fondo de la agonía de esta nueva edición del Mobile.

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