Por la crisis del coronavirus

El dueño del Mobile respira: le salen por fin las cuentas tras dos meses de zozobra

John Hoffman: "Estábamos muy decepcionados con la huelga esta mañana"
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El organizador del Mobile World Congress (MWC) respira con cierto alivio. La GSMA se ha asegurado el respaldo de un grupo "representativo" de los grandes expositores a su plan de reembolsos de las cantidades invertidas para la edición de 2020 cancelada 'in extremis' por el avance del coronavirus y el riesgo de un contagio masivo. Las grandes telecos y algunos de los grandes fabricantes no han reclamado devoluciones y algunos de los pequeños ya se están sumando a sus ofertas que mezclan pagos en efectivo o aplazamientos de cara a las próximas ediciones (hay contrato hasta el año 2023).

13 de febrero. La plana mayor de la GSMA y los principales responsables públicos de las tres administraciones -Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento- comparecían ante los medios horas después del fatídico consejo del organizador donde se aprobó -no sin debate interno- la cancelación de la edición del año 2020. Todas las alarmas estaban encendidas no sólo por las pérdidas que supondría para Barcelona, sino también por el durísimo impacto en las cuentas de la propia GSMA. Sobrevolaba el riesgo de insolvencia ante un aluvión de reclamaciones de las empresas. Era el mes de febrero, cuando el avance del coronavirus aún no había golpeado a España ni tampoco había estallado la crisis económica por el parón de la actividad por el confinamiento de las últimas semanas.

En ese contexto y entre bambalinas, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, maniobró para tratar de frenar las reclamaciones de los grandes expositores que son, al fin y al cabo, los que llevan el peso de las inversiones (y de las potenciales indemnizaciones). Las grandes telecos le siguieron los pasos al igual que algunos de los proveedores del sector de las telecomunicaciones, según confirman varias fuentes conocedoras. Desde la GSMA no quieren ofrecer ninguno de los nombres y sólo se limita a asegurar que las tres principales telecos con operaciones en España -Telefónica, Orange y Vodafone- ya habían mostrado su apoyo formal, junto con otras como la japonesa NTT Docomo. Tanto Vodafone como los nipones habían anunciado oficialmente su ausencia justo antes de que se cancelara.

La GSMA se movilizó en las semanas posteriores y consultó a varios de los grandes expositores. Fuentes oficiales aseguran a La Información que antes de hacer público el paquete financiero de reembolsos -entradas, reservas de hotel con su propia agencia o con terceros, viajes contratados- recabaron el respaldo de "una muestra representativa" de los expositores clave "para asegurarnos que habíamos planteado todo en términos que serían recibidos positivamente". Se niega a facilitar cifras aunque sí que destaca que ha habido un nivel alto de apoyo y comprensión "en términos generales".

¿En qué situación económica llegaba la GSMA? Según quedaba reflejado en el presupuesto anual de la Fundación Mobile World Capital (MWC), en la que se incluyen las tres grandes administraciones junto con la Fira Barcelona y la propia GSMA, el pago a ésta última en 'royalties' (conocido como 'Host City Parties Agreement') llegó a 10,1 millones de euros en 2019. A esto hay que sumar la póliza de seguro con Willis, que no cubría la pandemia como riesgo. ¿Y las cuentas de la GSMA? Son una incógnita, pues no tiene obligación de presentarlas, al ser una asociación sin ánimo de lucro en la que se incluyen no sólo los principales operadores de telecomunicaciones del mundo, sino también compañías tecnológicas y proveedores del sector. Su sede está en Atlanta (Estados Unidos).

La propuesta de reembolsos no sólo permite a la GSMA tener aire financiero suficiente -una parte minoritaria de los grandes desembolsos se harán en efectivo- sino también asegurarse la presencia de algunos de los grandes nombres en ediciones posteriores durante los tres próximos años. El contrato con la ciudad de Barcelona está suscrito hasta el año 2023, aunque las primeras conversaciones para ampliarlo otros cinco años más se mantuvieron justo tras la cancelación, aunque se han enfriado debido a la crisis del coronavirus.

Los que alertaron no pueden ingresar

En ese plan de reembolsos hay una excepción llamativa: los que cancelaron su presencia antes de que lo hiciera la propia organización no pueden tener acceso a ingresar parte en efectivo. Y es llamativo porque todas las fuentes del sector consultadas por este medio coinciden en que sin la presión que supuso la caída en cascada de los grandes nombres -desde LG, que fue la primera que dio el paso, a operadoras internacionales AT&T o Deutsche Telekom pasando por proveedores gigantes como Nokia y Ericsson pasando por grandes multinacionales tecnológicas- no se habría suspendido. ¿La razón? También una fuerte presión política.

Desde el lado de las administraciones no ha habido posicionamientos posteriores tras la cancelación. Desde el Gobierno de España hasta el propio Ayuntamiento, con Ada Colau a la cabeza, descartaron que hubiera una causa sanitaria detrás de esta marcha atrás. Desde la GSMA reconocían ese mismo día 13 de febrero: "Se trata de la explosión de una enfermedad. Hubiéramos tenido a millares de personas reunidas en Barcelona entre el 24 y el 27 de febrero y es el riesgo que queríamos evitar". Hoy, algo más de un mes después, España está confinada y habiendo superado los 10.000 muertos por la pandemia.

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