Pulso entre ministerios

Albares choca con Ribera por el MidCat en plena hecatombe del mercado de gas

Exteriores ha asumido la defensa del proyecto nonato, que Europa ha empezado a tomar en consideración ante el descontrol de precios que ha provocado la ofensiva militar de Vladimir Putin en Ucrania

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera
La Información

La invasión de Ucrania amenaza con abrir un cisma en el Gobierno. La chispa no es otra que la crisis energética. La hecatombe en el mercado de gas, cuyo precio se ha multiplicado por quince en relación a los umbrales del año pasado, ha resucitado el proyecto de interconexión gasista entre España y Francia, conocido como MidCat. Bruselas está por la labor y el titular de Exteriores, José Manuel Albares, se ha convertido en el interlocutor del Ejecutivo para este asunto dentro del círculo comunitario, toda vez que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sigue enrocada en el rechazo de facto a aquellos proyectos que puedan romper la disciplina verde que orienta la política energética de la cartera.

La posibilidad de convertir España en un hub de entrada a Europa de gas natural licuado (GNL) como alternativa a Rusia ha cobrado fuerza en el actual contexto bélico. En este escenario, Exteriores ha marcado posiciones en Bruselas y ha puesto en valor el MidCat, como proyecto estratégico para garantizar el suministro de esta materia prima en Europa contra la deriva geopolítica del gobierno de Vladimir Putin. Desde el departamento que dirige Albares insisten en conversaciones con La Información en que este movimiento serviría para reforzar el peso de España dentro del ecosistema comunitario y su papel en el futuro energético de la Unión Europea.

Hasta ahora, la ministra energética se ha opuesto públicamente a la idea de resucitar el MidCat. Sin ir más lejos, la semana pasada Ribera cuestionó la utilidad de dicha infraestructura a largo plazo. Las reticencias de la ministra no solo chocan con la postura que Albares está defendiendo en Europa, también con la del propio Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno deslizó hace unos días en una entrevista con 'RTVE' que el hecho de que "un 40% del gas de Europa dependa de la Rusia de Putin es una vulnerabilidad con la que tenemos que acabar". Sánchez fue más allá y habló de la urgencia de levantar interconexiones que puedan servir de autopista al hidrógeno verde.

El MidCat lleva enterrado desde enero de 2019, cuando se conoció el fallo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y su homólogo francés, la Comisión de Régulation de l'Energie (CRE) respecto al arranque del proyecto Step, como se bautizó a la primera fase del Midcat. El rechazo fue unánime, ya que, a ojos de ambos organismos, el gaseoducto  no cumplía con las necesidades del mercado y carecía de la madurez suficiente para ser considerado en una asignación de costes transfronteriza. 

Hace tres años, la Agencia de Cooperación de Reguladores de la Energía (ACER) también se opuso al gaseoducto por el Mediterráneo. La institución consideró que sus beneficios no podían considerarse "creíbles" en los términos indicados, ni tampoco superar su coste. El presupuesto estimado para la primera fase del proyecto, que consistía en enlazar Martorell con la frontera francesa, ascendía a 400 millones de euros

En su momento, la oposición de países como Alemania o Francia dio la puntilla a la iniciativa. Pero la guerra en Ucrania habría cambiado la percepción de ambas potencias, así como el orden de prioridades del conjunto de la UE, al poner negro sobre blanco la vulnerabilidad de Europa respecto al suministro de gas ruso.

La posición de Sánchez y la creciente presión de Europa por consagrar a España como la alternativa a Rusia, meten presión a Ribera para sumarse a la campaña de Albares

Así lo apuntan varias fuentes próximas a las negociaciones consultadas por La Información, que indican que el gaseoducto por el Mediterráneo es ahora visto con otros ojos por parte de los Estados miembros. De hecho, la idea de que el MidCat sea declarado Proyecto de Interés Común Europeo (PIC) vuelve a estar sobre la mesa, lo que abre una vía para que buena parte del proyecto sea financiado con fondos europeos.

En cualquier caso, los pormenores de la financiación le corresponden al Ministerio de Economía que pilota Nadia Calviño. La vicepresidenta primera ya ha deslizado su compromiso con la aprobación de medidas estructurales que limiten el impacto de los vaivenes de la Administración Putin en el mercado energético nacional y europeo. 

El papel de Exteriores, por su parte, se limita a la defensa de los intereses geopolíticos españoles. Esto permite deducir que, para las cuestiones técnicas que afecten, por ejemplo, al tipo de combustible que transitará por el MidCat, ya sea GNL, hidrógeno verde u otras alternativas, el peso de la gestión seguirá recayendo en la ministra para la Transición Ecológica. Este diario ha intentado conocer la postura del departamento que pilota Ribera sobre el MidCat, a lo que el ministerio ha preferido no hacer comentarios y ha indicado que los detalles relativos al gaseoducto deberán llegar desde Bruselas y no desde la cartera responsable de la política energética española.

Antes o después, Ribera deberá  tomar parte en las negociaciones. La posición del jefe del Ejecutivo y la presión por parte de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, quien ya ha puesto el foco en el papel de España para liberar a Europa de la dependencia del gas y el carbón rusos, anticipan que la vicepresidenta Ribera tendrá que sumarse más pronto que tarde a la campaña de Albares por el MidCat. 

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