Guindos apuesta por un FMI y un Tesoro europeo... con su futuro ¿en Bruselas?

  • El ministro aboga por ahondar en la integración política y económica  para reforzar el desarrollo de la zona cuando algunos le sitúan en el BCE 
El ministro de Economía, Luis De Guindos
El ministro de Economía, Luis De Guindos

“El ministro ha desempeñado un papel clave en hacer que España sea hoy una de las economías de mayor crecimiento de Europa y que, por tercer año consecutivo, esté generando cientos de miles de puestos de trabajo. Gracias por todo lo que hace por este país. Espero que continúe muchos años”. Ana Botín, presidenta del Santander, agradecía así ayer al ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, la inauguración de su tradicional y reconocida jornada financiera internacional. Palabras, en apariencia de casi ‘manual’, pero que se prestan a interpretación cuando en el aire vuelve a sonar que Guindos aspira a promocionar en una gran institución europea.

El ministro, en rol de gran estadista europeo, abogó precisamente por aprovechar la ventana abierta con la “buena coyuntura económica en Europa y el debilitamiento de los riesgos populistas que acechaban en las elecciones en varios países” para dar un decidido empujón al proyecto europeo. Toca -reivindicó- completar la Unión Económica y Monetaria, y lograr que los países compartan más riesgos para, precisamente, atajarlos con su mitigación.

En la punta de la pirámide y para que el engranaje funcione es inevitable avanzar en la “cesión de soberanía”, surtiendo nuevas instituciones, planes y herramientas comunes, argumentó para demandar al renglón seguido la fundación de nuevos organismos como “un Fondo Monetario Europeo o un Tesoro Común”. “A nivel normativo, exigiría la integración en el derecho comunitario de todos los acuerdos intergubernamentales alcanzados hasta la fecha”, elaboró en un foro concurrido por altos cargos del mundo financiero, económico y de autoridades europeas.

Una FMI apadrinado por Alemania

La iniciativa del FMI propio, junto a la del Tesoro y la elaboración, incluso, de un presupuesto común la puso sobre la mesa la Comisión Europea en un documento de reflexión presentado el pasado mes de mayo para profundizar en la arquitectura de la eurozona. Pero parte con altas opciones de cuajar por su cuño alemán. Corría el ejercicio 2010 cuando la propia canciller Angela Merkel atribuía la idea a su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, para rescatar a socios europeos sin pasar por Washington -en aquel momento se había recurrido para socorrer Grecia a un FMI que también intervenía en Irlanda-.

La creación de organismos ampliaría las opciones para España de lograr una posición en Europa hoy infrarrepresentada. Es la cuarta economía del euro, quinto país más poblado de la Unión y con un peso escaso en las instituciones, en cuya compensación se baraja desde hace años que Guindos podría jugar un notable rol.

En 2015 la candidatura de Guindos entró, de hecho, en la carrera por la jefatura del Eurogrupo y el Gobierno de Rajoy forzó una votación tras creer amarrados los apoyos, asumiendo el jarro de agua fría de perder frente al holandés Jeroen Dijsselbloem. Había expectativas, entre otras razones, por equilibrios ya que en 2012 se había escapado un sillón en el consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE).

Ventanas de oportunidad en 2018: Eurogrupo y BCE

Ambas opciones se reabren, pero Guindos deslizó esta misma semana que apoyará a su homólogo portugués, Mario Centeno, si pugna por la presidencia del Eurogrupo. En el BCE allanaría el camino una Merkel que aspira a sustituir al italiano Mario Draghi, cuyo mandato vence en seis meses, por el presidente del Deutsche Bundesbank -Jens Weidmann-. Según la tradición, el ‘número dos’ procedería de un país del Sur de la UE, y toca compensar a España. Distinto es que el camino de Guindos esté despejado, ante el interés de otros miembros del Gobierno por un representante femenino, indican fuentes solventes.

Nada de esto caló, siquiera, en su discurso en el ‘X Santander Banking Conference’. Pero el ministro sí reivindicó que “el proceso de integración europeo ha demostrado ser la mejor solución de paz y prosperidad para Europa”. Entre las herramientas para reforzarlo citó la creación de un sistema europeo de garantía de depósitos -que no convence a Alemania- para romper el vínculo entre el riesgo soberano y el bancario; crear una capacidad fiscal común -exigido por Merkel para, por ejemplo, lanzar eurobonos- o reforzar sistemas como el Mecanismo de Desequilibrios Macroeconómicos para garantizar que los países hacen sus deberes con reformas.

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