Guindos trata de doblar el pulso a FG con la rebaja de poderes de Torres en el BBVA

  • El presidente 'in pectore' no tiene claro que el consejo del banco pueda resolver esta semana la nominación del nuevo consejero delegado
Fotografía de Guindos con Francisco González
Fotografía de Guindos con Francisco González
EFE

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, se mantiene en sus trece de impedir que Francico González haga de su capa un sayo en el BBVA y entregue el mando plenipotenciario a Carlos Torres. El BBVA celebra esta semana su penúltimo consejo de administración antes de culminar definitivamente el plan de sucesión en la cúpula directiva con el nombramiento de un nuevo consejero delegado, un cargo que las autoridades de Fráncfort consideran esencial para imponer una verdadera separación de poderes en la cúpula ejecutiva del segundo banco español.

La entidad se ha comprometido con el Banco Central Europeo a designar candidato a consejero delegado antes de fin de año, pero los planteamientos que maneja Carlos Torres como presidente 'in pectore' de la entidad chocan frontalmente con los requerimientos de las autoridades de Fráncfort, que exigen la designación de un ejecutivo con probada experiencia y reputación bancaria. Torres maneja dos primeras opciones para el cargo, que son Ricardo Forcano y Javier Rodríguez Soler, responsables de Talento y Cultura y de Estrategia y M&A, respectivamente.

Tanto en uno como en otro caso se trata de directores de estructura o staff, alejados de la pura línea de negocio, por lo que no son del agrado del BCE. El ala dura de las autoridades de Fráncfort, que encarna el ex ministro español de Economía, no está dispuesta a pasar esta vez por el aro. Máxime teniendo en cuenta que, en primera instancia, FG se ha salido con la suya y ha conseguido elevar a las alturas a su delfín con el cargo plenipotenciario de presidente ejecutivo. Una denominación que se repite en la mayor parte de entidades financieras españolas pero que es vista con mucho recelo tanto por los supervisores europeos como por los grandes inversores mundiales.

Las resistencias que el banco español está encontrando para completar la sucesión de FG tienen, no obstante, un especial calado de fondo y no deben interpretarse únicamente en torno a la persona que finalmente resulte elegida para asumir el cargo de consejero delegado. Lo que está en juego es algo mucho más trascendental porque el BCE lo que pretende realmente es introducir en España un nuevo y más riguroso sistema de gobierno corporativo, haciéndolo efectivo a partir de una entidad sistemática como es el BBVA.

El BCE apela a un modelo anglosajón de reparto de poder, de tal manera que el presidente del consejo de administración actúe como un ‘chairman’ de representación dejando el puesto de mando ejecutivo al consejero delegado o Chief Executive Officer (CEO). Bajo esta línea de actuación, Fráncfort hubiera visto más oportuno que Carlos Torres no incorporase ambas funciones en un mismo cargo, rompiendo la hegemonía de su antecesor y posibilitando que el BBVA tuviera a partir de ahora un presidente no ejecutivo como máximo representante institucional.

La integración de poderes heredada por Torres ha dado al traste con las aspiraciones que otros insignes representantes de la entidad pudieran tener depositadas en los planes del BCE. En medios comunitarios se había empezado a descontar la posibilidad de que bien José Manuel González-Páramo o bien Jaime Caruana pudieran convertirse en rutilantes figuras del BBVA como eventuales ‘chairman’. Los dos responden con creces a los mejores perfiles bancarios definidos por el BCE ya que si el primero fue miembro del comité ejecutivo y del consejo de gobierno del propio organismo regulador de Fráncfort el segundo ha sido gobernador del Banco de España, además de director general del Banco Internacional de Pagos de Basilea.

En tercera instancia otro de los nombres que se manejaban en la quiniela de presidentes no ejecutivos era el de José Miguel Andrés, máximo responsable durante diez años de la antigua Ernst & Young España. Cualquiera de ellos tres ocupan en la actualidad puestos de consejeros en el máximo órgano de gobierno del BBVA y hubieran satisfecho sin mayores dificultades las directrices del supervisor. Las imposiciones de FG han provocado por eso un enorme desaire entre los llamados ‘halcones’ de Fráncfort que están esperando pacientemente su ocasión para pasar la factura al cobro.

El buen gobierno corporativo juega ahora a favor del BCE, en la medida en que supondría la incorporación de un nuevo consejero delegado con muchos más poderes reales que los que Carlos Torres ha tenido durante toda su etapa al lado de Francisco González. La búsqueda de un directivo afín a la casa corre por cuenta del banco, pero la última palabra la dirá el BCE, que observa con buenos ojos la candidatura de Cristina de Parias, directora del BBVA en España. La lucha de poder está servida y el BCE no parece que vaya a claudicar fácilmente. Para Guindos tan importante es recortar las funciones de Torres como doblar el pulso a FG.

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