Tras dos años de rehabilitación y cinco millones de inversión, Sevilla (y el grupo Intur) estrena un nuevo hotel boutique de lujo en la plaza de la Encarnación, conocida popularmente como 'Las Setas' y a un paso del Palacio de Dueñas, las calles comerciales, el Ayuntamiento, el barrio de Santa Cruz, el Puente de Triana o la Catedral de la ciudad.
El edificio se construyó en 1521 como el convento Regina Angelorum, y a lo largo de su historia ha tenido otros usos, como el de ser sede de los almacenes y sombrerería 'La Castellana' o, ya entrado el siglo XX, ser un edificio residencial reservado para las clases adineradas, que adquirieron los lujosos pisos de estilo regionalistas del céntrico histórico de la ciudad. Hoy es la sede de Casa de Indias by Intur, que alberga 61 habitaciones de diseño, un patio porticado y una espectacular terraza ático de 250 metros con piscina y vistas a la plaza.
La puesta en marcha de Casa de Indias by Intur, junto a la del pasado mes de agosto en San Sebastián con la apertura de la también exquisita Villa Victoria, muestra el plan de expansión de la cadena hotelera. Ambos establecimientos suponen la apuesta de un nuevo concepto de hotel 'boutique' esto es, hoteles con carácter singular, de exquisita decoración y en ubicaciones prime. Además, la oferta gastronómica de su cafetería mantiene una carta saludable y atractiva de la mano de la cadena de restauración andaluza ‘No Piqui’.
Un negocio con el que no solemos asociar al castellonense Grupo Gimeno, que históricamente ha estado vinculado a la obra pública en la mencionada provincia y que ahora hace su apuesta más sofisticada.
Colaborador de la Justicia
Detrás de este grupo empresarial con más de 150 años de historia está el veterano empresario Enrique Gimeno Escrig. Él fue uno de los nueve empresarios que se libraron de la cárcel en la trama Gürtel gracias a colaborar con la Justicia.
Enrique Gimeno (Facsa y Aguas de Castellón) junto con el también empresario Vicente Cotino (Sedesa Obras y Servicios SA) pagaron facturas a Orange Market por prestación de supuestos servicios no prestados. El primero de los empresarios abonó un total de 405.668 euros, mientras que el sobrino de Cotino pagó 150.658 euros.
Gimeno, conocido como el hombre fuerte de la obra pública en Castellón aceptó una pena de 18 meses de cárcel por dos delitos electorales y un delito de falsedad documental. La pena será conmutada por dos millones de euros de multa.
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