Nuevo pleito en ciernes

Hacienda empaña la subida de beneficio de Microsoft con otra inspección fiscal

La AEAT abre la cuarta gran investigación al gigante estadounidense por los principales impuestos y mantiene abiertos dos litigios por más de 35 millones de euros entre sanciones y liquidaciones.

Satya Nadella presenta la nueva realidad de Microsoft
Satya Nadella, presidente de Microsoft.
L.I.

Microsoft ha vivido un fuerte crecimiento de los ingresos y las ganancias en España, debido a su cambio de modelo corporativo y una mayor facturación de servicios desde la filial del país. Sobre estas cifras vuelve a cernirse la alargada sombra de la Agencia Tributaria, que ha abierto la cuarta gran inspección fiscal de los últimos años. Pone el foco, principalmente, en el Impuesto de Sociedades y el IVA declarados por la compañía. Esto sucede después de que perdiera uno de los pleitos históricos y de que mantenga abiertos otros dos frentes que suman más de 35 millones de euros entre sanciones, liquidaciones e intereses de demora. Es, junto con Oracle, la multinacional tecnológica que más visitas ha recibido con diferencia de los inspectores en las dos últimas décadas.

La compañía presidida desde EEUU por Satya Nadella modificó su funcionamiento interno en España en abril de 2018. Hasta ese momento la práctica totalidad del dinero que declaraba como ingresos en su filial correspondía a refacturaciones de servicios de marketing, ventas y demás a firmas con sede en Dublín (Irlanda). Esto permitía reducir de manera muy importante la factura fiscal, como hacen otras compañías como Google o Facebook. En ese año decidió que la española fuera la distribuidora directa en la venta de licencias de programas Microsoft u Office en la nube y en la venta al por menor a los clientes locales. Esto sólo iba a engordar la cifra de negocio declarado, pero no iba a suponer un incremento fiscal significativo

Este cambio de modelo no ha desincentivado a la Agencia Tributaria, que casi tres años después ha vuelto a abrir una investigación respecto a todos los grandes impuestos: Sociedades, IVA y otros. Y precisamente una parte de esas pesquisas se están centrando en los ejercicios en los que ya se han llevado a cabo este cambio de facturación, tal y como queda reflejado en documentos públicos registrados por la filial española Microsoft Ibérica. Aún no hay ningún resultado definitivo de estos trabajos, aunque no ha habido ni uno solo de los procesos abiertos en el pasado que se hayan quedado sin sanción y liquidación firmada por tributos no abonados durante años.

La nueva inspección es la cuarta que se ha llevado a cabo por la AEAT en los últimos 15 años a la filial tecnológica, una de las más veteranas del sector. La primera destacada que suponía el pago de casi 12 millones de euros entre intereses y deuda la perdió en el Tribunal Supremo en uno de los casos más sonados. Otra de las históricas fue abierta en la Navidad de 2012 y también fue judicializada en una primera fase. Suponía el desembolso de 18,6 millones. Finalmente hace tres años y medio se arrancó un proceso amistoso que pese al periodo ya transcurrido no ha desembocado en ningún acuerdo formal. Este recurso de la negociación no lo suelen tomar estas multinacionales tecnológicas que en caso de acudir a los tribunales suelen mantener el pulso hasta el final.

El último frente fiscal procede de una inspección global que se abrió en el mes de julio de 2017. Desembocó en dos procesos diferentes. Uno de ellos acabó con el pago en disconformidad de 11 millones de euros. Lo impugnó pero abrió inmediatamente después un nuevo procedimiento amistoso. El otro desemboca en una sanción de 5 millones. El pago se encuentra actualmente suspendido después de que se haya presentado un nuevo escrito de alegaciones.

Hacienda ha abierto cuatro grandes inspecciones en los últimos años a Microsoft, con pagos de casi 50 millones

Ni en esta última ni en el resto de inspecciones fiscales se ha llevado a cabo una provisión de dinero en sus cuentas para hacer frente a un potencial desembolso en caso de perder los litigios abiertos. Esto no es lo habitual. En el caso del proceso amistoso y en el resto lo justifica en que no pueden estimar confiabilidad los resultados de los diferentes procedimientos. Esto no es especialmente bien visto por la auditora de las cuentas, Deloitte, que no incluye ninguna salvedad pero sí que apunta un párrafo de énfasis en el que señalan una "incertidumbre" clara respecto a los procesos. 

Microsoft no se ha caracterizado por ser una compañía con una factura fiscal relevante, debido precisamente a su estructura de 'revendedor' de servicios que son adquiridos a compañías con sede en Estados Unidos y en Irlanda. Pese a que en los dos últimos años sumó una facturación de más de 1.200 millones de euros, el Impuesto de Sociedades apenas alcanzó los 20 millones de euros entre ambos. Son uno de los grandes contribuyentes de la conocida como 'Tasa Google' aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez para gravar los servicios digitales. Sin embargo, en sus cuentas no hace distinción de este pago y las cantidades.

Guiños de Sánchez

La compañía dueña de Windows y Office es otra de las grandes tecnológicas cuya cúpula se ha reunido con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha desplegado una estrategia de acercamiento en los dos últimos años. Después de señalar con el dedo en sede parlamentaria a Netflix por los pocos impuestos abonados en el país ha ido haciendo un 'tour' por las principales compañías. La última es la propia Microsoft. Esta misma semana, Sánchez se encontró por videoconferencia con el presidente ejecutivo, Satya Nadella, el vicepresidente, Brad Smith, y el máximo responsable de la división española, Alberto Granados. Como hiciera con Facebook recientemente, agradeció la inversión de la compañía con su región de datos y el 'hub' de I+D en Inteligencia Artificial.

Más allá del caso de Microsoft, otras compañías tecnológicas también se han visto las caras con Hacienda en los últimos años, cuando el escrutinio se ha acrecentado. Google pagó en 2018 más de 3 millones de euros para ponerse al día. Facebook abonó dos años más tarde una cifra elevada de 34 millones desde una filial con sede en Irlanda. La última que ha pasado por caja es IBM. Se batieron todos los récords: abonó a mediados del año pasado más de 50 millones de euros después de una 'megainspección'.

Mostrar comentarios