Seis meses después

HBO y Disney+ se desmarcan de Netflix y se resisten a facturar desde España

Las grandes del streaming mantienen sus estructuras basadas en Suecia y Países Bajos, pese a que la nueva ley audiovisual les obligará a pagar la 'tasa RTVE' en función de sus ingresos reales.

Fotografía de Juego de Tronos
Fotografía de Juego de Tronos
HBO

Netflix fue la primera en dar el paso. Desde principios de año factura a sus clientes en España, un gesto justo en plena regulación del sector audiovisual y con el debate fiscal de estas compañías en ciernes. Este movimiento no ha sido secundado por el resto de gigantes del sector, como HBO o Disney+, que mantienen sus estructuras fuera de este país, aglutinando todos los ingresos por las suscripciones a sus servicios de streaming desde Países Bajos o Suecia. Todo ello pese a que la nueva ley en la que trabaja el Gobierno les exigirá pagar la 'tasa RTVE' y la financiación del cine europeo en base a su volumen de negocio real y no el declarado en sus cuentas de resultados.

Tanto HBO como Netflix fueron las primeras en aterrizar en España. Y ambas lo hicieron con una estructura fiscal muy similar a otros gigantes tecnológicos: las filiales españolas eran meras comisionistas, que trabajaban para la promoción y la gestión de la plataforma, mientras que las matrices en países europeos con una tributación más favorable eran las encargadas de ingresar el dinero todos los meses por el contrato con cada usuario español. Con esta fórmula se reduce de manera importante la factura fiscal en el país. La de ambas era testimonial, lo que llevó incluso al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a ponerlo de ejemplo de la 'ingeniería fiscal' de las grandes multinacionales.

Ante esta tesitura, Netflix decidió cambiar de estrategia y desde el 1 de enero de este año factura a sus clientes a través de la filial Netflix Servicios de Transmisión España SL, una de las dos que creó para operar en el país. Antes de esa fecha, la facturación se concentraba en la empresa holandesa Netflix International BV, como por ejemplo sucede con compañías tecnológicas también como Uber. Este cambio era un gesto que ayudará a conocer el negocio completo de la compañía en el país, aunque esto no desemboque en un mayor pago de impuestos, pues la española pagará 'royalties' a una matriz extranjera para poder distribuirlos aquí. Lo que sí que resulta evidente es que su sociedad facturará mucho más que los casi 19 millones (y 924.000 euros de beneficio) que registró en 2019, último ejercicio disponible en el Registro Mercantil.

Ese movimiento del líder por cuota de mercado en España no ha sido secundado, al menos por ahora, por parte de las otras grandes firmas del sector. Ni HBO, ni Disney+ han decidido cambiar la estructura que mantienen desde que arrancaron operaciones en el país. La primera cuenta con la filial Home Box Office Spain Ventures, que se encarga de hacer labores de apoyo y marketing a la matriz en Estocolmo (Suecia), HBO Nordic AB, que es la que factura a los millones de clientes de su streaming. Ésta última sigue siendo, hasta este mes de julio de 2021, la que hace esos trabajos y aglutina toda la facturación allí. Desde la capital nórdica también concentra toda la operación de venta a clientes españoles el gigante de streaming de música Spotify, después de que decidiera 'hacer las maletas' a mediados del año 2016.

En el caso de Disney+, la plataforma del gigante de Hollywood, la compañía se vale de las filiales que ya tiene para operar en España y factura todo desde la empresa The Walt Disney Corporation (Benelux) BV, con sede en Amsterdam (Países Bajos), tal y como queda reflejado en el contrato de suscripción que ofrece a sus clientes. Esta es la que, hoy por hoy, sigue siendo la prestadora del servicio en España. En el caso de que la contratación se haya hecho a través de Telefónica, que es la única que mantiene una exclusiva 'de facto' para la distribución de esta plataforma, la facturación la hace la operadora que debe abonar al gigante lo cobrado a los clientes quedándose una comisión por venta. La empresa creadora de personajes como Mickey Mouse ha llevado a cabo en los últimos años una reorganización societaria en España para dejar sólo una sociedad matriz, The Walt Disney Company Iberia y una filial para sus tiendas físicas.

Esa resistencia a cambiar el modo de facturar no va a impedir que haya una mayor transparencia sobre sus negocios en el mercado español que, hasta ahora, han sido toda una incógnita. Y la razón es la nueva ley audiovisual cuyo anteproyecto acaba de sacar a audiencia pública el Gobierno de Pedro Sánchez  y donde no sólo se les incluye como un operador audiovisual más, como las grandes televisiones privadas o las operadoras de telecomunicaciones, que deben financiar de manera anticipada obra audiovisual (y principalmente independiente) europea con el 5% de sus ingresos reales españoles, aunque éstos se hayan producido en matrices de otros países. Eso llevará a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a controlar esa financiación y a publicar un informe anual, pues se conocerá la aportación de cada uno, incluidas estas plataformas de 'streaming'. No será el único pago que deberán abordar, ya que se les ha incluido como financiadoras de RTVE a través de la tasa, por lo que deberán abonar el 1,5% para el funcionamiento del ente público.

¿Y el resto de operadores?

HBO, Netflix y Disney+ son tres de los grandes actores del streaming, pero hay más. Están dos españoles, Filmin y la antigua WuakiTV (hoy Rakuten TV), que evidentemente facturan desde el país. Y el último en discordia es Amazon, que no cobra directamente por el streaming de Prime Video todos los meses como hacen sus competidores. El gigante del comercio electrónico recaba la suscripción anual para su servicio Prime -destinado principalmente a la compra y entrega de productos- en el que está incluido este servicio de vídeo. Esta facturación la hace con su matriz luxemburguesa pero a través de la sucursal que tiene en España.

No hay que olvidar que el sector del streaming de vídeo en España es uno de los más pujantes de entre los negocios digitales. Aún se desconoce la cifra completa de suscriptores de cada una de las plataformas, debido precisamente a esa falta de transparencia por la facturación externa. Sólo arroja algo de luz el Panel de Hogares de la propia CNMC, que aseguraba que el año 2020 se cerraba con casi la mitad de los hogares con internet dados de alta en alguna de las plataformas de este tipo. Es exactamente cuatro veces lo que se registraba en 2016, primer año con Netflix y HBO con sus puertas abiertas en el mercado.

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