El 22 de febrero de 2018, después de seis intentos fallidos, la empresa estadounidense Space X (Elon Musk), lanzaba al espacio desde la base militar de Vandenberg (California) el satélite español 'Paz', un ingenio en el que la firma Hisdesat (cuyos principales accionistas son la también pública Hispasat y el Ministerio de Defensa) había invertido 160 millones de euros. Gracias a este nuevo dispositivo, España cuenta por primera vez con un sistema radar capaz de captar a diario cien imágenes de la superficie terrestre con una resolución de hasta un metro y sin importar las condiciones atmosféricas o si hay visibilidad diaria o nocturna.
El lanzamiento había sido un calvario para los promotores del proyecto... y no solo porque hubo varios retrasos hasta su lanzamiento definitivo una vez culminado el proyecto (los seis intentos está por debajo de la media en estas operaciones espaciales). Los problemas de 'Paz' arrancaron mucho antes, cuando Kosmotras, la empresa ruso-ucraniana que se iba a hacer cargo de la tarea en un principio, se retiró de la noche a la mañana de su función adjudicada debido al estallido del conflicto de Ucrania, tras la crisis de Crimea. Y por orden directa del Kremlin.
En el fondo, había un problema importante añadido, y es que Hisdesat había desembolsado 15 millones de euros a la compañía aeroespacial Kosmotras para los preparativos del lanzamiento, y una vez que rescindieron el contrato, obligando a buscar a toda prisa otro lanzador, la empresa española prometió hacer lo posible para recuperar los fondos adelantados.
Desde la compañía española se alegaba que la retirada unilateral de Kosmotras, a causa de la auto-declaración de independencia del Donbass en 2014, no eran achacables a ella, y aunque comprendían la tesitura en que la situación geopolítica había colocado a la empresa ruso-ucraniana, no tenía porqué hacerse cargo de los costes de dicha decisión.
Este diario ha confirmado lo que los dirigentes de Hisdesat adelantaron en su día la intención de presentar una queja ante la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional en París (ICC), convencidos de tener la razón en su reclamación. La empresa consideraba que contaba con argumentos suficientes, a raíz de los retrasos acumulados en el lanzamiento del satélite, y tras intentar llegar a un acuerdo amistoso con Kosmotras sin éxito, la compañía española presentó la solicitud de inicio de arbitraje ante la ICC.
Según el dictamen de dicha Corte, al que ha tenido acceso La Información, el procedimiento concluyó con el laudo dictado por el Tribunal en abril de 2018, que establecía las consecuencias financieras de la causa de fuerza mayor (el conflicto de Ucrania) apreciada por las partes, y la causa de las que no se pudo llevar a cabo el contrato.
El tribunal dictó su resolución en dos aspectos: por un lado, que Kosmotras tenía derecho a retener las cantidades abonadas por Hisdesat (los 15 millones de euros); y por otro lado, que Hisdesat no debía pago alguno a Kosmotras respecto a las cantidades no abonadas y que se reflejaban en el contrato inicial.
Como consecuencia, el Tribunal entendía que no existían deudas entre las partes, y obligaba a cada una de ellas al pago dividido de los costes del procedimiento arbitral.
Desde Hisdesat lamentan el curso de los acontecimientos y sobre todo el hundimiento de Kosmotras, una de las mejores empresas aeroespaciales en su día, con profesionales de una enorme valía, que desde entonces no ha levantado cabeza, Además, consideran que, aunque quisieran, no dispondrían de fondos para devolver a la firma española el dinero que se avanzó en su día.
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