La historia de Internet en España está marcada por varios hitos y una deuda pendiente: la brecha digital, que atraviesa toda la línea histórica. Desde la llegada en 1999 de la primera tarifa plana, que permitía el acceso a la red desde los lugares con mayor número de usuarios, todavía hay millones de españoles y miles de poblaciones que no pueden contactarse a la alta velocidad o, directamente, no pueden disponer de una conexión básica por la ausencia de infraestructuras adecuadas.
Según el informe de 'Cómo la España Vaciada llena su tiempo en internet' , elaborado por la empresa de telecomunicaciones Eurona, el 11% de la población española no tiene puntos de accesos regulares. Una realidad que afecta casi de forma exclusiva al mundo rural y, más concretamente, a aquellos municipios con menos de 5.000 habitantes de España, en los que viven actualmente casi 5 millones de habitantes que no pueden conectarse de manera regular a Internet.
Este aislamiento digital viene determinado por la escasez de infraestructuras de telecomunicaciones en las zonas rurales que, entre otras cosas, limita la cobertura de la fibra óptica. Para tratar de equilibrar la balanza de oportunidades con el mundo urbano, Hispasat empezó a trabajar en soluciones adaptadas con el objetivo de reducir la brecha digital, mejorar el acceso a los servicios públicos básicos y, en definitiva, contribuir al desarrollo económico rural.
Redirige sus satélites para desplegar la conectividad aérea a toda España
El resultado de esos trabajos es Conéctate, un nuevo producto de banda ancha rural por satélite de hasta 100 megabits por segundo (mbps). La compañía presidida por Jordi Hereu y dependiente de Red Eléctrica, que aspira a captar ayudas de los fondos europeos para una quincena de proyectos, está redirigiendo su constelación de satélites con el afán de desplegar la conectividad aérea en los puntos menos accesibles. Pretende hacerlo de la mano de los operadores de telecomunicaciones del país, a los que apela como socios estratégicos ya que son los encargados de incluir en sus ofertas un servicio mayorista, neutral y abierto.
En este sentido, fuentes de la compañía recalcan el sinfín de reuniones y contactos que han mantenido con los principales agentes del sector de las telecomunicaciones para involucrarse en el proyecto, si bien la decisión última depende del propio operador. De hecho, es el responsable de negociar directamente con cada cliente las condiciones y tarifas del servicio. De momento, parece que Telefónica, Orange y Vodafone, los tres grandes actores del mercado, han trasladado su interés a explorar esta nueva oportunidad de negocio.
No obstante, en 2018, en el marco de estas negociaciones iniciales, selló una alianza con Eurona para ofrecer acceso de calidad a Internet en poblaciones mal atendidas por las redes de telecomunicación terrestres. Durante estos últimos años el acuerdo, que combina la capacidad de la banda Ka de los satélites de Hispasat con la plataforma de Eurona, se ha ido extendiendo a varias regiones de España, incluidas las Islas Canarias.
Para el consejero delegado Hispasat, Miguel Ángel Panduro, se trata de una oportunidad única para impulsar la conectividad universal en el territorio español. "No hablamos solo de dar 100 Mbps para servicios residenciales en zonas remotas, sino de digitalizar sus campos y su ganado, de llevarles servicios de sanidad, formación y administración electrónica y de proteger sus bosques frente a incendios". Así, algunas de las soluciones que permitiría acercar a la España Vaciada serían la digitalización de las aulas de los centros educativos remotos, la atención y gestión remota de pacientes mediante la telemedicina o la optimización de las explotaciones agrarias.
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