NTT Docomo, primera teleco en caer

La huida de Sony, LG, Ericsson y NTT pone en jaque al Mobile World Congress

  • Estas salidas incrementa aún más la presión sobre la organización del evento y sobre las grandes  telecos y fabricantes. Xiaomi confirma que acudirá.
Un asistente al Mobile World Congress (MWC), en Barcelona (España). /EFE
Un asistente al Mobile World Congress (MWC), en Barcelona (España). /EFE

Jaque el Mobile World Congress (MWC) por el coronavirus. El abandono de Sony, uno de los grandes fabricantes de móviles y de electrónica de consumo, eleva mucho más la presión sobre la organización del evento de Barcelona, a dos semanas de su inauguración. Se suma a la de LG, otro de los grandes nombres del sector, y del tercer gran proveedor de infraestructura de telecomunicaciones. La operadora japonesa NTT Docomo, la principal en el segmento móvil de este mercado asiático, es la primera teleco que se suma a las bajas, mientras la china Xiaomi confirma que mantiene sus planes. Los próximos días serán clave para determinar si, finalmente, se celebrará.

La surcoreana LG fue la primera que abrió la caja de los truenos hace menos de una semana. Era la primera que encendía todas las alarmas. No quería asumir riesgos ni para sus empleados, ni tampoco para sus socios comerciales. No está entre los tres grandes vendedores de móviles -Huawei, Apple y Samsung- pero es un nombre reconocido dentro del sector y que, tradicionalmente, ha utilizado la feria en Barcelona para presentar sus principales novedades.

Después han llegado todas las demás: Ericsson, Nvidia, Amazon... y ahora Sony. La de la primera es una baja muy sensible. No hay que olvidar que contaba con un espacio de más de 6.000 metros cuadrados para su expositor en la feria -uno de los más grandes-, siendo uno de los tres principales proveedores del sector de las telecos junto a la finlandesa Nokia y la china Huawei. Ninguna de estas dos últimas ha movido ficha.

Sony ha sido la siguiente. No es un nombre menor, pues no sólo se trata de una de las marcas reconocidas del sector de los móviles (Xperia), sino también un fabricante de electrónica de consumo (audio, vídeo, fotografía...) y de componentes para otras compañías de este mercado. El año pasado contó con un expositor de casi 2.000 metros cuadrados. Tenía prevista la presentación de su nuevo modelo de móviles Xperia, la cual se retransmitirá a través del canal de Youtube.

Los acontecimientos se han acelerado. Y estos movimientos meten mucha presión al resto de grandes compañías que componen el núcleo duro de la feria. Grandes operadoras de telecomunicaciones como Telefónica, Deutsche Telekom, Orange o British Telecom, junto con el resto de grandes fabricantes de móviles y de otros gigantes como IBM, Intel, HP o la propia Microsoft. En el caso de las telecos, NTT Docomo, la operadora con sede en Japón, es la primera en dar el paso.

¿Quién es? Básicamente una filial del grupo NTT, de la que el Gobierno de aquel país tiene el 33%. Es el mayor operador móvil del mercado japonés. Su presidente, Kazuhiro Yoshizawa, debía participar en la conferencia inaugural del programa del evento de Barcelona junto con el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, o el de Orange, Stephane Richard.

En el otro lado se encuentran las compañías que sí están confirmando su asistencia. Es el caso de Xiaomi, el fabricante chino que acudirá al evento "como estaba planeado" desde el próximo día 23. Echará mano de trabajadores que abandonen desde ya el país asiático como medida de seguridad ante posibles contagios.

Más presión a la organización

Esa presión es, si cabe, aún mayor para la organización del evento, liderada por la GSMA. Su situación es muy delicada. Se trata de la asociación que engloba a más de 800 operadores de telefonía móvil de todo el mundo y varios cientos de compañías de sectores vinculados. Algunos de ellos ya han decidido dar el paso de no acudir. Y su reacción ha sido de bajo perfil, con recomendaciones de seguridad genéricas, hasta este domingo, donde se anunciaron algunas medidas más drásticas para tratar de disipar los temores. No ha sido suficiente para que Sony desista de su intención de marcharse.

Todas las fuentes del sector consultadas por La Información indican que los próximos días van a ser claves para decidir el futuro de la edición 2020 de la feria. ¿La razón? El grueso de los trabajos dentro del recinto ferial de la ciudad condal se iniciarán esta misma semana para dejar todo listo antes de la inauguración el lunes 24 de febrero.

En un momento crítico

Esta crisis llega justo dos años después de la edición más polémica de este evento anual en Barcelona, en pleno desafío independentista y con la organización buscando ubicaciones alternativas como Dubai u otras plazas europeas para salir de la ciudad condal. Una edición, la de 2018, que finalmente se celebró. Y llega, además, en plenas conversaciones iniciales para la renovación del contrato con la que mantenerla como sede otros cinco años más hasta 2028.

El Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña tienen un acuerdo firmado junto con el Estado para financiar buena parte de los costes de la organización desde 2011. Ambos ponen sobre la mesa una partida de 5 millones de euros en forma de subvención todos los años desde entonces. También para este 2020. ¿Qué han dicho los representantes públicos? La alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, ha tratado de templar los ánimos, al igual que el la Generalitat.

El Mobile World Congress se celebra desde hace más de una década en Barcelona. Reúne a más de 100.000 personas en el recinto ferial de Hospitalet de Llobregat en  la ciudad condal. Llegan de todo el mundo. Desde China acudieron el año pasado más de 6.000 participantes, entre directivos, empleados y empresarios del sector. Su impacto económico supera los 470 millones de euros.

Todos estos movimientos se producen apenas una semana después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la emergencia internacional por el brote de coronavirus surgido en China. Un brote que ya ha acarreado más de 900 muertes en el país asiático y más de 40.000 personas contagiadas, según los últimos datos aportados por las autoridades chinas. 

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