Tráfico de pasajeros

IAG paga el bloqueo a EEUU con la caída del 83% del negocio de British Airways

La compañía británica dejó de ser la primera del grupo en ingresos por pasajeros y rebajó sus ventas en esta división hasta los 463 millones de euros. Solo el negocio de carga le ayudó a amortiguar el golpe. 

Los dos últimos 747 de British Airways. BRITISH AIRWAYS (Foto de ARCHIVO) 8/10/2020
Los dos últimos 747 de British Airways. 
BRITISH AIRWAYS

Pese al avance de la vacunación y el fin progresivo de las restricciones, IAG cerró la primera mitad del año con pérdidas operativas. El resultado final, aunque en menor medida que el año anterior, se tiñó de rojo. Y el problema derivado de la pandemia se centró en mayor medida en una de sus cuatro aerolíneas: British Airways (BA). Frente a la mejora de las españolas Vueling e Iberia, la compañía británica salió perjudicada de las barreras para operar en el corredor atlántico norte que conecta Europa con Estados Unidos.

La documentación remitida a los reguladores bursátiles de Reino Unido (London Stock Exchange) y de España (CNMV) revelaron que los ingresos de pasaje de British Airways pasaron de 2.566 millones de euros a apenas 424 millones. La comparación arroja una caída superior al 80% entre ambos periodos. De hecho, este retroceso le llevó a perder el podio como la primera compañía del holding en tráfico de pasajeros. Cedió el puesto a la española Iberia, que pudo aprovecharse de las menores trabas para volar a Sudamérica desde España.

La nota positiva, no obstante, estuvo en el negocio de carga. British Airways supo reconfigurarse ante las restricciones a la movilidad y se centró en su otra vía de ingresos, elevando así las ventas de dicha división a doble dígito (25%) y maquillando la caída generalizada de las ventas totales. La tendencia, que fue generalizada para todo el grupo, llevó a la compañía a generar "unos ingresos de carga récord en el semestre", con 2.677 vuelos adicionales para esta división. 

Con todo, queda esperar a los próximos trimestres para saber cómo cerrará la aerolínea el ejercicio. De momento, el consejero delegado Luis Gallego ya ha celebrado las últimas decisiones de la administración británica para poder despejar el corredor atlántico norte. “Nos parece una buena noticia el reciente anuncio del Gobierno de Reino Unido de eximir de cuarentena a los pasajeros con pauta de vacunación completa que lleguen a Inglaterra procedentes de los denominados destinos en ámbar de la Unión Europea y de Estados Unidos", dijo.

La recuperación de los viajes hacia Estados Unidos es un asunto capital para las aerolíneas. En el caso de IAG, cuyo porcentaje de ventas en dicho mercado se ha reducido un 76% durante esta primera mitad de año, diferentes casas de analistas como la de Credit Suisse destacaron el papel clave de estos vuelos transatlánticos, sobre todo porque reportan mayores márgenes. 

British Airways, un momento delicado

La pandemia del coronavirus lleva causando estragos en British Airways desde marzo de 2020. Una de las primeras decisiones que se tomó y por las que se ha seguido apostando ha sido el fortalecimiento de la liquidez. En este sentido, durante este último semestre el grupo realizó disposiciones de las líneas de crédito formalizadas en 2020 que correspondían a los 2.000 millones de libras esterlinas que la firma británica recibió del Gobierno de Boris Johnson a través de la entidad pública UK Export Finance (UKEF) .

La ausencia de negocio también ha llevado a la compañía a reestructurar su tamaño. Decidió aligerar plantilla en 13.000 empleados el pasado otoño, cifra que terminó rebajando pero que, no obstante, suponía prescindir de un tercio de los trabajadores. La medida provocó críticas por parte del sindicato británico Unite, que señaló la falta de coherencia al argumentar la necesidad de recortar costes y a la vez avanzar en la compra de Air Europa.

También con el objetivo de recortar costes, British Airways llegó a un acuerdo con el fondo de inversión Blackrock para transferirle la gestión de sus dos principales planes de pensiones. Los problemas arreciaban desde febrero, cuando BA se vio obligada a implementar un segundo plan de recuperación para el mayor de los dos planes (NAPS), después de que este comunicase un déficit de 2.600 millones de libras.

Todo ello en medio de cambios en el primer cuadro directivo. Y es que en plenas turbulencias por la pandemia, IAG anunció el cambio del entonces consejero delegado de British Airways, Álex Cruz, y su sustitución por su entonces homólogo en Air Lingus, Sean Doyle. Aunque Cruz pasó a la presidencia con un cargo no ejecutivo, dejó la compañía por completo meses después, rompiendo así cuatro años de relación laboral. Anteriormente, el ejecutivo español había sido entre 2006 y 2016 el máximo responsable de Vueling.

Mostrar comentarios