El gran ejecutivo de las integraciones

Willie Walsh, el piloto de Aer Lingus que impulsó British y mudó la piel de Iberia

  • El CEO de la compañía se retira en marzo. Su cargo lo ocupará Luis Gallego, actual consejero delegado de Iberia. 
Willie Walsh
Willie Walsh
IAG

"Willie Walsh siempre soñó con llevar un avión", dicen los que lo conocen. Y consiguió mucho más que eso. El irlandés se puso a los mandos de una aeronave para Aer Lingus, la aerolínea de la bandera de su país, y cumplió su sueño. Guerrero incansable por sus derechos y los de sus compañeros a través de la Asociación de Pilotos de Irlanda (IALPA), consiguió hacerse con la confianza de la compañía y terminó convirtiéndose en su consejero delegado. El salto para llegar a ser el primer ejecutivo de IAG llegó unos años después y con el adiós definitivo que la firma británica anunciaba este jueves se cierra un ciclo que empezaba allá por 2011 y que supuso un antes y un después para el mundo aeronáutico europeo.

"IALPA consiguió mucho cuando Walsh estuvo en la agencia", decía Evan Cullen, presidente de la Asociación de Pilotos de Irlanda, en unas declaraciones al diario británico The Guardian en 2009. Los trabajadores y la propia alianza no fueron los únicos que crecieron con la llegada del ejecutivo. En octubre de 2001, llegó a ser consejero delegado de la aerolínea que le vio pilotar, sucediendo a Michael Foley tras su jubilación.

La compañía que comenzaba a dirigir se encontraba en una situación financiera muy complicada tras la crisis consecuencia del 11S que afectó a gran parte de las aerolíneas en aquel 2001. Walsh se enfrentó entonces a situaciones difíciles como la liquidación de la colección de arte que tenía la compañía irlandesa en sus oficinas de Dublín por medio millón de euros o el despido de unos 2.000 empleados para asegurar la supervivencia de la compañía. 

Más allá de estas medidas, la llegada del irlandés a la primera línea llevó a que la firma sufriera una revolución en su modelo de negocio. Se reconfiguró como una aerolínea de bajo coste, suprimió servicios hasta entonces importantes, como la clase ejecutiva de corto radio y los servicios de carga, y le pegó un tijeretazo a su programa de fidelización de viajeros. 

Walsh continuó en la irlandesa hasta 2005, cuando sus diferencias con el Ejecutivo del país del trébol por la privatización de la compañía y la intención de que esta tocase la campana en la bolsa, le hizo salir. Conseguir el fin de la bandera de la aerolínea le costó su puesto. Solo unos meses después, British Airways (BA) le fichó para suceder al hasta entonces director general, Rod Eddington, que volvía a Australia. 

Desde British Airways, el irlandés emprendió la lucha por quedarse con la española Iberia, privatizada desde 1999. Tras varios años copando titulares para tratar de llegar a un acuerdo, la irrupción de la crisis económica hizo que el acuerdo se precipitase cuando se cumplía una década desde la llegada del capital privado a la firma. Comenzaba entonces un importante y arduo plan de reestructuración interna capitaneado por el propio Walsh que suponía, además de arrancarle la bandera española, una revolución para sus trabajadores. 

IAG, entonces integrada ya por British Airways e Iberia, se consolidaba como un gran grupo aeronáutico europeo. Tras varias idas y venidas y conflictos con los sindicatos españoles, los enfrentamientos laborales con la firma quedaron solucionados y siguió creciendo. Acto seguido, IAG compro Vueling a través de una oferta pública en bolsa en 2013. Dos  años después, en 2015, Willie Walsh tuvo la oportunidad de hacerse con la que había sido la compañía que le vio volar a los mandos de un Boeing 737. Así, IAG compraba Aer Lingus y le arrancaba la bandera irlandesa. 

Level, de corte 'low cost', Iberia Express... llegarían después dentro del proceso de crecimiento orgánico del propio grupo hispano-británico. Pero los problemas no terminaron: huelgas, problemas de filtraciones de datos y la salida de Reino Unido de la Unión Europea irrumpieron en escena. El gran ejecutivo de las integraciones debía enfrentarse una vez más a los problemas derivados de la política y vencerlos.

Hace unos meses que Walsh anunciaba su intención de salir de la compañía y este mismo jueves le ponía fecha. Dejará su cargo en la firma buscando una vida más tranquila el próximo mes de marzo con varios temas aún en el tintero: la integración de Air Europa y la solución definitiva al Brexit. Su cargo lo ocupará el hasta ahora CEO de Iberia, Luis Gallego, un gesto para españolizar la firma de cara a Bruselas y que supone un nuevo desafío para el ejecutivo español. 

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