Para captar 3.000 millones

Iberdrola encarga a Morgan Stanley la venta de su negocio de redes en España

La compañía que preside Ignacio Galán se lanza a buscar un socio que se haga con una minoría de i-DE, la filial nacional de distribución eléctrica del grupo, con un ebitda de 1.632 millones.

Ignacio Sánchez Galán Iberdrola
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola
Europa Press

Iberdrola se prepara para dar un vuelco al tablero energético en pleno caos en el sector. El coloso que preside Ignacio Sánchez Galán ha contratado al banco de inversión Morgan Stanley en calidad de asesor financiero para vender un paquete minoritario de i-DE Redes Eléctricas, la filial española de distribución de electricidad del gigante energético, según han trasladado a La Información diversas fuentes conocedoras del mandato.  

En las últimas semanas, Iberdrola ha contactado con un grupo selecto de potenciales interesados, entre los que se incluyen grandes fondos internacionales y gestoras de private equity especializadas en el campo de las infraestructuras. En principio, la eléctrica busca apuntalar su potente plan inversor con el traspaso de una participación amplia pero minoritaria que le permita captar alrededor de 3.000 millones.

La filial de redes eléctricas de Iberdrola alcanzó un resultado bruto de explotación (ebitda) de 1.632 millones de euros en 2021. De acuerdo con las fuentes consultadas, el mercado podría tasar i-DE en múltiplos de más de 10 veces el ebitda, lo que dispararía la valoración de la compañía por encima de los 15.000 millones de euros en el marco de la venta. Por su envergadura, la transacción podría convertirse en la mayor operación corporativa que ha vivido el sector en España en los últimos años. 

Iberdrola ya intentó sacar al mercado una minoría de sus redes eléctricas españolas hace un par de años, pero la llegada de la pandemia frenó en seco los planes del grupo, según las fuentes consultadas. La primera eléctrica española ha retomado su estrategia, con el objetivo de capitalizar la avidez de los inversores por el negocio energético.  

En España, el negocio de distribución lo lidera Endesa, mientras que Iberdrola ocupa la segunda posición, siendo especialmente fuerte en Castilla y León, Madrid, País Vasco y Valencia. La filial del grupo que dirige Sánchez Galán gestiona un entramado de 270.500 kilómetros de líneas eléctricas. La energía distribuida por i-DE Redes Eléctricas alcanzó los 90.962 GWh al cierre de 2021, lo que supuso un incremento de casi el 3% respecto a 2020. La empresa emplea a más de 3.400 trabajadores.

La rentabilidad regulada de la actividad de distribución de luz en España se establece por ley. Actualmente se sitúa en el entorno del 3,5%. La venta por parte de los operadores dominantes de sus redes eléctricas es más habitual en Europa que en España, donde los fondos más conservadores ya se han incorporado al capital de varias distribuidoras, atraídos por el flujo recurrente de dividendos a largo plazo que ofrece este negocio. En nuestro país, las fusiones y adquisiciones han sido más frecuentes en el campo de la distribución de gas, donde las perspectivas de crecimiento son menores. El propio Morgan Stanley vendió Madrileña Red de Gas en 2015 a EDF, Gingko Tree y PGGM.

Iberdrola busca captar alrededor de 3.000 millones con la venta de una minoría de su filial de redes eléctricas en España, cuyo ebitda asciende a 1.632 millones

La referencia nacional más cercana de una transacción en este campo es la venta por parte del fondo australiano Macquarie a EDP del 75,1% de las redes eléctricas de la cántabra Viesgo. La operación se cerró en julio de 2020 y otorgó a compañía una valoración de 2.700 millones de euros. La red en manos de Viesgo es menor que la de Iberdrola, así como su cartera que incluye alrededor de 695.000 puntos de suministro frente a los cerca de 11,3 millones que posee la eléctrica que preside Galán.

El horizonte de rentabilidad del negocio de distribución tiende al alza. Según apuntan fuentes del sector, la fiebre renovable, avivada por la determinación europea de cortar lazos energéticos con Rusia, llevará a un aumento de los activos de distribución, disparando la retribución regulada de estos operadores. No en vano, el Plan Estratégico 2020-2025 de Iberdrola apuesta fuerte por esta división. 

La citada hoja de ruta contempla que el 40% de la inversión orgánica del grupo (más de 27.000 millones) se destine al conjunto del negocio de Redes (que además de i-DE incluye a Scottish PowerNeoenergía o Avangrid). Con ello, Iberdrola quiere elevar su base de activos regulados hasta los 47.000 millones de euros en 2025, 1,5 veces su valor actual. La entrada de un socio permitirá a Iberdrola dotar de músculo financiero a la filial española y hacer caja para diversificar su esfuerzo inversor hacia otros negocios.

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