Iberdrola, Naturgy y Endesa reservan casi 3.400 millones para el cierre de centrales

  • Las grandes eléctricas provisionan una suma millonaria ante la clausura de cualquiera de sus plantas, independientemente de la modalidad de energía.
La central nuclear Vandellòs II. (EFE)
La central nuclear Vandellòs II. (EFE)

El Gobierno de Pedro Sánchez ha dejado claro que una de sus prioridades en materia energética es el cierre de las centrales nucleares una vez que cumplan sus 40 años de vida útil. Algo que el PSOE ya llevaba en su programa electoral. Y no son las únicas que cuentan sus días, porque para 2020 también está prevista la clausura de 7 de las 15 centrales de carbón que no están al día con las exigencias medioambientales. Una decisión que, indudablemente, va a tener a tener un coste y aún no está completamente claro cómo va a quedar estructurada su factura.

La duda sobre quién pagará, en el caso de las nucleares, no es nueva y ya estaba sobre la mesa con el anterior ministro de Energía, bajo el Gobierno de Rajoy, Álvaro Nadal, quien señaló a las compañías como principales responsables a la hora de asumir esos costes. En caso de tener que hacerlo, las tres grandes eléctricas suman huchas millonarias para hacer frente al desmantelamiento de sus instalaciones, independientemente del tipo de energía que produzcan.

Dos de las tres grandes, Endesa y Naturgy (la antigua Gas Natural Fenosa) desglosan en sus informes, al final del primer semestre del año, cómo han evolucionado sus respectivas huchas. En cuanto a la filial de Enel, indica que cuenta con 1.015 millones de euros como provisiones por costes de cierre de las instalaciones, aunque no desglosa más allá de esa cifra. Además, ésta se ha incrementado en los últimos meses, porque a diciembre de 2017, contaba con 957 millones para el mismo propósito.

En el caso de Naturgy no apunta una cifra concreta para esa misión, pero sí da una pista. Señala que, a cierre de junio, disponía de 699 millones de euros (35 más que en diciembre) bajo el concepto 'otras provisiones', que principalmente incluía la suma prevista para hacer frente al cese de actividad de sus centrales, además de otros tipo de reclamaciones para los litigios que tenga que afrontar.

Quien no da la cifra concreta a mitad de 2018 es Iberdrola. La compañía vasca sí lo hacía al finalizar 2017, en su informe anual. En él detallaba que disponía de 1.715,6 millones de euros reservados en caso de tener que acometer algún cierre. También desglosaba por modalidad. Por ejemplo, la principal suma (853,3 millones) se enfocaba a parques eólicos y otras instalaciones vinculadas a renovables, con más peso en el parque de la compañía.

La factura pública

Mientras, para las nucleares se reservaba 590 millones y otros 80 para las centrales térmicas. En el caso de la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán ya ha mostrado su predisposición a finalizar la vida útil de sus instalaciones carbón.

En cuanto a la energía nuclear, las cifras que mantienen provisionada las compañías se tendría que aplicar durante los tres primeros años del cierre de las instalaciones, la fase de predesmantelamiento; y, a partir del tercero, la factura correría a cuenta de la sociedad estatal Enresa.

Con Nadal en el Ministerio, empresas y Administración se enzarzaron en una disputa sobre quién debería pagar, dado que el responsable de Energía consideraba que debían ser las compañías. Enresa, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, a la que las eléctricas abonan anualmente una tasa, dispone de 5.000 millones para afrontar el cierre de las centrales nucleares, cuando la factura global prevista asciende a cerca de 8.000 millones de euros.

Las discrepancias hacen que, si se lleva a cabo el cese de actividad de estas centrales, dependerá de cómo se encaucen las negociaciones entre las compañías y el Ejecutivo, a través de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Y el diálogo ya está abierto, porque Sánchez Galán reconoció la pasada semana en la conferencia de resultados con analistas que ya se está hablando sobre cómo llevar a cabo esta inminente transición renovable.

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