Revisión de estrategia para los próximos años

Iberdrola, Repsol y Naturgy se la juegan ante los inversores con nuevos planes

Las grandes compañías presentan sus apuestas en energías renovables y los proyectos subvencionables relacionados con la descarbonización.

Parque eólico
Las renovables centran las nuevas estrategias de las grandes empresas energéticas como Repsol, Iberdrola o Naturgy.
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Mañana es tarde. Las grandes compañías energéticas revisan sus planes estratégicos para ajustarse a los cambios en el negocio, que están marcados por el despliegue de las energías renovables y la descarbonización. Iberdrola, Repsol y Naturgy van a presentar a los inversores las nuevas apuestas y, lo que es importante, los proyectos que pueden encajar en los fondos comunitarios para reconstrucción postCovid. La clave en todas las empresas es mantener las expectativas de rentabilidad en un momento de mudanza. En el caso de las eléctricas, la inversión en redes de distribución, una actividad regulada y segura, es otro de los puntales estratégicos.

Las energéticas se la juegan. Fondos de inversión, de pensiones, aseguradoras y bancos internacionales tomaron posiciones en su día en las compañías españolas por seguridad y rentabilidad. Iberdrola tiene un 69,7% de su capital en manos de inversores extranjeros; Repsol mantiene como accionistas principales a JP Morgan y BlackRock y una cuarta parte de sus acciones están en manos de estadounidenses. Mientras, en Naturgy, dos grandes fondos -GIP (20,6%) y GVC (20,7%)- empujan para que  la compañía no pierda pie pese a los recortes en la retribución de activos aprobada por el Gobierno.

No caben traspiés. Las compañías energéticas  han hecho un esfuerzo por mantener la rentabilidad pese al chaparrón de los últimos meses. Todas las medidas son buenas para mantener el tipo y el interés inversor. En el caso de Iberdrola y de Naturgy, esas medidas incluyen planes para reducir personal mediante jubilaciones anticipadas y bajas voluntarias. Los planes de Iberdrola se están negociando con el nuevo convenio -1.500 empleos menos-, mientras que Naturgy, que aplica las medidas de reducción desde 2018, ha limado la plantilla en 4.000 personas.

Prudencia y secreto

En general, las empresas llevan con prudencia y secreto los nuevos planes. En el caso de Naturgy, la discreción llega hasta la fecha de presentación. Repsol e Iberdrola sí han concretado la puesta de largo de sus propuestas: el 26 de noviembre y el 5 de noviembre respectivamente. Naturgy llegará con algunas de las incertidumbres cerradas, como la renegociación de los contratos de suministro de gas con Argelia, pero con otros asuntos pendientes, como el pleito con Egipto para recuperar 1.700 millones dictaminados en laudo a su favor por la salida del país y la cesión de la planta de licuefacción de Damietta.

Ibedrola, que junto con Repsol es la compañía más expuesta a lo que suceda en el mercado estadounidense, se presenta a la reválida ante inversores y analistas con el sello de tercera compañía de renovables en el país norteamericano tras la compra de PNM y su integración con Avangrid -la antigua Energy East-y como el gran inversor-impulsor de la transición energética en España. La eléctrica tiene una medalla en el escaparate: ha tocado máximos en Bolsa y su valor , por encima de los 71.000 millones ha llegado a superar al de Endesa, Naturgy, Repsol, REE y Enagás juntas.

La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán prima para los próximos años los planes relacionados con la digitalización de las redes y las renovables. Son las dos llaves que abren la caja de los fondos de la reconstrucción europeos. El listón de inversiones anuales está alto: 10.000 millones de cifra redonda que incluye el impulso a proyectos como la producción de hidrógeno verde que encajan como un guante en la estrategia -y el marketing- de la compañía.

Proyectos de moda

Repsol también tirará de los proyectos de moda como el hidrógeno, (el verde y el menos verde) para presentar sus planes hasta 2025. Con el negocio en plena reconversión y accionistas como Black Rock (4,9%) enarbolando lemas medioambientales como guía de inversión, Repsol tiene que combinar negocio tradicional con renovables y tecnología limpia para no perder la confianza inversora. La petrolera ha mantenido el tipo de la rentabilidad -5% en 2019 para sus accionistas- pese a los malos resultados. Pero está obligada a mover ficha.

La llave de los próximos cinco años estará en la electrificación y las renovables. En su plan de inversiones, la compañía se propone elevar la apuesta por las renovables con más proyectos en el exterior; más inversión en el desarrollo de ecocombustibles (sintéticos y bio) y más uso de residuos -economía circular-, para generar productos y mejorar en procesos y servicios. Repsol va a adelantar también a los inversores que se propone invertir en solitario, en el exterior y en actividades renovables, sin olvidar la idea de consolidar las posiciones tomadas en el sector eléctrico tras la compra de activos a Viesgo en 2018. Entre capacidad de generación instalada (3.000 MW) y proyectada, la petrolera dispone en España de más de 5.000 MW.

De cómo reciban los inversores las estrategias de las grandes energéticas depende el cierre de un ejercicio complicado, en el que los efectos de la crisis de la Covid 19 todavía están por ver y en el que se aprobará una nueva ley -la Ley de Cambio Climático- que va a condicionar buena parte de los planes esbozados.

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