Segundo encuentro entre el fondo y la empresa ante la opa

IFM advierte a Reynés que solo apoyará unos dividendos sostenibles en Naturgy

El promotor de la oferta parcial de compra alude por primera vez a la política de reparto de beneficios cuando está pendiente de presentación el nuevo plan estratégico.

Reynés
Francisco Reynés, presidente de Naturgy.
La Información

El fondo australiano IFM ha advertido al presidente de Naturgy, Francisco Reynés, que sólo apoyará una "política de dividendos sostenibles" en la compañía sobre la que ha lanzado una oferta de compra del 22,7% de las acciones. IFM trasladó el mensaje verbal a la dirección horas antes de que se celebrara la junta de accionistas de la sociedad. Fue el segundo encuentro entre las partes desde que el fondo anunció la opa el día 26 de enero. IFM alude -por primera vez- a la política de reparto de beneficios cuando está pendiente de presentación el nuevo plan estratégico de la compañía que concretará el dividendo más allá de 2022.

Tras la junta, que aprobó el reparto de un dividendo de 1,44 euros por acción con cargo al ejercicio de 2020 pese a las pérdidas de 347 millones registradas en el periodo, Reynés precisó que "no hemos entrado a discutir [el dividendo con IFM], entre otras cosas porque no son accionistas hoy ni miembros del consejo de administración, ninguna cifra ni ninguna condición. Nos hemos dedicado simplemente a escuchar cuáles serán sus intenciones como accionistas y hemos constatado que uno de sus objetivos era apoyar esta política de dividendos sostenible. Nada más." Además, del dividendo, IFM  trasladó a Naturgy su voluntad de mantener la compañía en Bolsa y mantener la sede en España.

La hoja de ruta vigente hasta que se apruebe el nuevo plan estratégico contempla dividendos de 1,51 euros en 2021 y 1,59 euros en 2022. Pero en la conferencia de prensa posterior a la junta, Reynés dejó todo en el aire. "Las cifras las daremos a conocer", aseguró, "dentro del [nuevo] plan estratégico". "Nosotros somos una compañía que hacemos del dividendo uno de los pilares de la creación de valor para el accionista, pero en las cuentas anuales de 2020 se explica que el grupo se encuentra en la actualidad elaborando un nuevo plan estratégico (...) que tendrá en cuenta el entorno previsto. Adelantar ahora esta cifra no tiene sentido".

El gran reparto

La política de crecimiento de dividendo -59% en cuatro años- comenzó en 2018 con la llegada de Reynés a la presidencia de Naturgy. Su plan: repartir hasta 2022 un total de 8.900 millones. De ellos, 6.900 millones se devengarían en efectivo y el resto en un programa de recompra de acciones para incrementar la autocartera. Desde entonces, las circunstancias -"el entorno"- ha cambiado mucho. No sólo por la pandemia. El declive económico de las nucleares, la depreciación de las infraestructuras gasistas, la desaparición del carbón y la pérdida de valor de los activos petroleros empujan a todas las empresas, Naturgy incluida, a sustituir los viejos activos por otros nuevos a través de inversiones y operaciones corporativas.

El momento es delicado, lo que ha centrado la mirada en los dividendos. Recientemente, un informe elaborado por el "proxy" Corporance recomendaba a la compañía gasista posponer las decisiones de reparto para evitar problemas de liquidez y riesgos financieros. Más teniendo en cuenta "la disminución de los ingresos (26%) y del flujo de caja libre (10,7%), así como una pérdida neta consolidada de 347 millones de euros".

Sobre la junta y sobre la nueva hoja de ruta de la compañía pende la oferta de compra de IFM. En el escenario más lento, Naturgy contempla hasta ocho o nueve meses de plazo para ver un desenlace en la operación ya que el calendario de la oferta está sujeto a aprobaciones previas del Gobierno, que tiene seis meses para decidir si veta la compra y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que admitió a trámite la oferta el 19 de febrero.

Giro renovable

Mientras tanto, Reynés se encuentra con una compañía volcada en el giro hacia las renovables tras más de 100 años de negocio fósil, una liquidez de 10.000 millones de euros, planes presentados para participar en la reconstrucción con fondos europeos por 14.000 millones y dos compañeros de viaje, los fondos CVC y GIP (40% del accionariado), que no ven con malos ojos la llegada de un colega -IFM- con ideas para rentabilizar las inversiones realizadas.

En ese escenario, la dirección que encabeza Reynés pretende aprovechar el impulso de los últimos meses. El deber de pasividad en la opa, según aclaran, no implica parálisis en la gestión. Con el pleito de años con Egipto a punto de cerrarse definitivamente - Naturgy va a cobrar esta misma semana 600 millones por el cierre del caso-, la compañía quiere seguir navegando. La compañía "ni está ni va a estar parada" por la opa. En lo inmediato, dispone de 1.000 millones para invertir en renovables este año. Una necesidad y un reto. El plan de Reynés todavía consiste en poner dinero en países con monedas fuertes y economías estables. Menos América Latina y más EE UU para aportar tranquilidad a los inversores.

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