IFM Investors y OHL, una amistad labrada en México a prueba de escuchas

  • En sus 20 años de existencia, IFM Investors jamás había puesto un pie en Latinoamérica, hasta que en 2015 se encontró con OHL en México
OHL en México
OHL en México

En sus 20 años de existencia, IFM Investors jamás había puesto un pie en Latinoamérica, hasta que en 2015 se encontró con OHL en México. Cuando se materialice la venta de OHL Concesiones, este gestor de fondos australiano habrá desembolsado en la compañía de Villar Mir más de 4.700 millones de euros en sólo tres años.

Las cifras de IFM son de escándalo. Gestiona más de 65.000 millones de euros procedentes de 244 inversores institucionales de 14 países, fondos de pensiones mayoritariamente de Estados Unidos, Canadá y Australia. Es el tercer administrador de fondos que más invierte en infraestructuras del planeta (22.000 millones de euros en 2016), según el ranking Willis Towers Watson. Cuenta con una cartera de 31 inversiones estratégicas en Australia, América del Norte y Europa, como una empresa de agua y alcantarillado en Inglaterra y Gales, los aeropuertos de Melbourne, Viena o Manchester o la Colonial Pipeline, el oleoducto más largo de EE.UU.

Un currículum en el que ha imperado una meticulosa estrategia de inversiones “a largo plazo” en infraestructuras de “mercados desarrollados”, como señala en su web. Por eso sorprendió el aterrizaje de IFM en 2015 en un mercado considerado emergente como México. En enero de aquel año compró por 540 millones de euros el 24,9% de una subsidiaria de OHL México: Concesionaria Mexiquense (Conmex), que opera el Circuito Exterior Mexiquense, los 110 kilómetros de autopista de peaje más transitados y rentables del país azteca. “México será un país emergente, pero le da seguridad al inversionista, por eso se vuelve tan atractivo para fondos como IFM. Saben que el proyecto se va a hacer, que los recursos van a estar y que va a haber rentabilidad”, señala Abraham Vergara, experto en mercados financieros y coordinador de Contaduría y Gestión Empresarial de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México.

Fue así como comenzó una bonita amistad que Julio García, responsable de Infraestructuras en Norteamérica para IFM, selló entonces con un “estamos encantados de comenzar esta nueva alianza con OHL México”. Pero ni García ni los directivos de la sede en Melbourne se esperaban que, tan sólo cuatro meses después de su llegada, OHL México viviera su mayor escándalo de corrupción, con la filtración de supuestas escuchas telefónicas que revelaban trato de favor por parte de autoridades locales. Incluso el regulador mexicano tuvo que suspender la cotización temporalmente, que en esos días cayó más del 20%. Así se las gastaban en los mercados emergentes.

Por lo que parece, IFM hizo oídos sordos, porque al año siguiente el fondo australiano adquirió otro 24,9% de Conmex por 420 millones de euros. Situaciones que pudieron incomodar pero que quedaron en segundo plano ante “un gran negocio, rentable y redituable como el de las infraestructuras, tanto para OHL como para sus competidores”, comenta Vergara.

Rentabilidades garantizadas

En su búsqueda de inversiones a largo plazo, la siguiente opción para IFM era la propia OHL México, con siete autopistas y un aeropuerto nada desdeñables, sobre todo cuando se conocen sus detalles. Al menos cuatro de sus siete concesiones de autopistas incluyen la suculenta cláusula de rentabilidad garantizada, que hace siempre viable, seguro y, sobre todo, rentable el negocio. El Circuito Exterior Mexiquense, el Viaducto Bicentenario, la Autopista Urbana del Norte y la Supervía Poetas, todas con concesiones de entre 30 y 40 años, cuentan con cláusulas en las que el Gobierno federal o estatal se compromete a pagar no sólo el capital invertido, sino “una tasa interna de rentabilidad anual garantizada, expresada en términos reales y neta de impuestos” del 10% (un 7% en el caso de Viaducto). No es baladí: según el informe de OHL Concesiones de 2016, los activos financieros enmarcados en esta cláusula superaron los 3.110 millones de euros. Y así será año con año hasta que finalice la concesión. “¿Quién no va a querer venir a México con estas rentabilidades y estas cláusulas?”, se pregunta Vergara.

Ante este panorama, IFM se dio a la tarea de hacerse con todo el negocio de OHL México. Con una amistad que parece se había convertido en noviazgo, OHL Concesiones (propietaria del 56% de las acciones de su filial mexicana) le allanó el camino a la australiana creando Magenta Infraestructura. Con esta sociedad participada por ambas empresas, lanzaron una OPA en junio de este año por el 42% de capital público de OHL México con el fin de sacarla del mercado bursátil. Pero, a 27 pesos la acción, la oferta fue calificada como un “robo” por algunos inversionistas minoritarios como Cooper Investors que pedían más de 40 pesos. Además de señalar “un comportamiento cuestionable” de Magenta, Peter Cooper, el propio fundador de este fondo también australiano, denunció en los medios "amenazas" y “repetidos intentos de los asesores de Magenta de crear una sensación de miedo entre los inversores minoritarios”.

Al final, por la reticencia de muchos accionistas, Magenta sólo logró hacerse con el 28,34% de la filial mexicana (por valor de 630 millones de euros), sin poder sacarla del mercado de valores, su objetivo principal. Pero IFM se quedó con esas acciones, previa inversión de 1.175,7 millones de euros en forma de ampliación de capital en Magenta. También prestó 400 millones de euros extra a la sociedad que se convirtieron en acciones, el 16,99% de OHL México. Una inversión millonaria que dos meses después se quedó pequeña…

Todos contentos

El 17 de octubre OHL anunció que IFM Investors compraría toda su división de Concesiones por 2.200 millones de euros. Así, en cuanto la venta sea aprobada en junta de accionistas, IFM se habrá hecho en un solo movimiento de las concesiones de 15 autopistas, 3 puertos, un ferrocarril y un aeropuerto de México, Perú, Colombia, Chile y España. Los primeros son cuatro mercados emergentes muy rentables que suman el 87,1% de la cifra de negocio de toda la división (66,4% sólo en México). Con más de 20 años de experiencia inversora, está por ver si el total de 4.700 millones de euros apostados en esta carrera no aleja a IFM de sus objetivos: lograr que sus fondos gestionados alcancen un rendimiento neto medio del 10% anual.

¿Y que hay para OHL? Después de estos años de relación, su matrimonio -aunque sea de conveniencia- parece que le cayó del cielo. Además de la constante inyección de capital y un respiro en sus cuentas, las inversiones de los australianos le han reportado otros beneficios. Como explica Abraham Vergara, “en el momento en que IFM decide invertir en OHL, le está dando certeza, seriedad, mandando una señal a los mercados de que sigue siendo atractivo. Además de subir el precio de su cotización, también le está ayudado a limpiar su nombre frente a los escándalos de corrupción”.

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