Quejas en la plantilla

Ikea modifica las condiciones del ERTE y deja de complementar el 100% del sueldo

  • La cadena de muebles sueca ya prepara su plan de desescalada con medidas de seguridad que van desde exámenes médicos a cambios en la climatización.
IKEA
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Europa Press

El coronavirus ha dado al traste con los planes de muchas empresas de cara a este ejercicio 2020 y la palabra ERTE, casi desconocida hasta hace apenas unas semanas, se ha convertido en una de las más usadas. Ikea, la cadena sueca de muebles, se vio obligada a solicitar un ERTE para más del 80% de la plantilla como consecuencia de la obligación de cierre de las tiendas derivada del estado de alarma que entró en vigor el 14 de marzo. Tras enviar a casa a su plantilla y con las negociaciones abiertas con los sindicatos, la compañía decidió complementar la totalidad del sueldo y "lo vendió a bombo y platillo", confirman fuentes sindicales. 

En cambio, ese compromiso solo estuvo vigente durante el primer periodo del estado de alarma y la siguiente prórroga, y cambió a partir de entonces, confirman. "Desde el día 12 de abril solo complementan un 20% y eso está creando malestar entre la plantilla", subrayan las mismas fuentes. "Hemos adquirido el compromiso de complementar el sueldo de nuestros empleados hasta su práctica totalidad 100% al inicio y 90% en la continuidad del Estado de Alarma, de modo que no se resientan en sus obligaciones y necesidades personales y su día a día", salen al paso fuentes oficiales de la compañía. 

La firma sueca de muebles también señala que la crisis del coronavirus no implicará, "en ningún caso", despidos. "Aseguramos la vuelta de todos nuestros trabajadores a la plantilla una vez se recupere la normalidad", confirman fuentes oficiales. De los casi 7.000 empleados de la compañía que entraron en el ERTE al principio de la pandemia, Ikea ha ido rescatando pequeños grupos para llevar a cabo tareas concretas, pero estos representan una parte muy pequeña del total, según ha podido saber La Información

Es el caso de los trabajadores que empezaron hace poco más de una semana a preparar las clásicas albóndigas suecas y las no tan nórdicas lentejas con chorizo que se distribuyen a través de Just Eat desde uno de los céntricos locales del Barrio de Salamanca con los que cuenta la compañía. En cambio, el grueso de la plantilla sigue en las mismas condiciones e incluso muchos de ellos aún no han cobrado el subsidio del SEPE derivado de los retrasos que este organismo está teniendo. 

En este sentido, Ikea ha puesto en marcha un sistema de anticipo de salarios, según confirman fuentes oficiales, para evitar las hipotéticas dificultades a las que se puedan enfrentar las familias. "En cambio habrá que devolver ese dinero por transferencias bancarias una vez que se retome la actividad", señalan fuentes sindicales, aludiendo a la posibilidad de devolverlo porcentualmente en varias nóminas como solución "más lógica".

Plan de desescalada

Pese a las importantes incertidumbres que aún a día de hoy existen con respecto al plan de desescalada y teniendo en cuenta que las provincias en las que la actividad de Ikea es más potente, Madrid y Barcelona, no van a pasar de fase por ahora, la compañía sueca mantiene la vista puesta en el próximo día 25 de mayo para poder volver a abrir sus puertas siempre y cuando las autoridades sanitarias lo permitan. Además, las aperturas del sector de la distribución se harán de forma coordinada con Anged, la patronal de la distribución. 

Sea como fuere, Ikea ya tiene preparada su desescalada y ha empezado a llevarla a cabo desde su centro de distribución de Valls, en Cataluña, y con el pequeño porcentaje de empleados que siguen trabajando en las tiendas para la preparación de pedidos online. En este sentido, algunas de las medidas más importantes que se tomarán serán más allá del uso de mascarillas, los guantes y el distanciamiento social, la intensificación de las rutinas de limpieza y desinfección en todas las áreas, con hasta cuatro equipos diarios para ello y escalar las horas de entrada y salida para evitar acumulaciones de personas. 

Más allá de esto se han adaptado los sistemas de ventilación y climatización "para asegurar las mejores condiciones", si bien fuentes sindicales confirman que varios empleados de diferentes tiendas han indicado que estos se han apagado. Además, los empleados que se incorporan pasan un examen con el equipo médico para confirmar que no tengan patologías y que pueden trabajar de nuevo con seguridad y cada día les toman la temperatura antes de acceder a las instalaciones. 

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