Ya ha reabierto el 94% de sus tiendas

Inditex, en la recta final de su plan 2022: 2.700 millones para su canal digital

El gigante textil, que ha invertido desde 2012 más 10.000 millones en el cambio de modelo, quiere llegar al 25% de ventas totales a través de su web en los próximos tres años.

Pablo Isla
Inditex aprueba el reparto de dividendo a 0,35 euros por título, un 40% menos. Pablo Isla, presidente de Inditex.
INDITEX - Archivo

El plan estratégico de Inditex orientado a la omnicanalidad y la adaptación al negocio online iniciado en 2012 entra en su recta final con una inversión total de 2.700 millones de euros de aquí a 2022 (que se suman a los más de 10.000 millones destinados a este fin desde hace ocho años), tal y como ha explicado Pablo Isla, presidente de Inditex, en la junta de accionistas celebrada telemáticamente este martes. Una hoja de ruta que apuesta directamente por la digitalización tras los buenos resultados de la compañía, que vivió un crecimiento del canal online de en torno al 50% durante la pandemia, lo cual le ha permitido contener las pérdidas a pesar de que a 14 de julio aún hay un 6% de sus tiendas en todo el mundo que no han podido reabrir.

La idea es continuar con los buenos números de Inditex desde que comenzase el cambio de paradigma en la compañía, con un crecimiento acumulado del 56% en los últimos cinco años, tal y como ha revelado Isla durante su intervención. En ese período, "hemos generado mucha caja que nos sirve para reinsertar en el crecimiento de la compañía y en una política de dividendos atractiva", según el presidente de Inditex, que ha señalado que de aquí a 2022 se invertirán un total de 1.000 millones de euros directamente en "impulsar el canal online al 25% de las ventas totales" de la compañía, mientras que se destinarán otros 1.700 millones en la conversión de las tiendas y la logística a la omnicanalidad; una situación que ya se está dando en "más del 90% de la superficie de venta del mundo", según Isla.

De hecho, el presidente de Inditex ya lo advertía en la última cumbre empresarial organizada por la CEOE: "En este proceso de reconstrucción, tan importante como adoptar las medidas adecuadas es no desmontar lo que funciona". Se refería entonces el presidente de Inditex a las demandas al Gobierno en materia laboral, como la reforma de la era de Mariano Rajoy, la prorrogación de los ERTE o la flexibilización de los turnos de trabajo. Pero el mensaje también podía leerse en clave interna: Inditex, como empresa cotizada con mayor capitalización del Ibex, debe seguir siendo rentable para liderar la reconstrucción empresarial del país. Algo que concuerda con el reparto de dividendo aprobado en la junta de accionistas de este martes y que supondrá 0,35 euros brutos por título con cargo a reservas de libre disposición de 2019. 

"Continuamos con el desarrollo de la estrategia de desarrollo a largo plazo que iniciamos en 2012, centrada en tres ejes: flexibilidad, omnicanalidad y sostenibilidad", ha explicado Pablo Isla en la junta de accionistas, detallando que los objetivos a medio plazo de la compañía pasan por la integración del negocio en tienda y online, la implantación del sistema de RFID, aglutinando más de 2.500 millones de euros de inversión tecnológica desde 2012. Una hoja de ruta que pretende disipar las dudas que pudieran generarse durante la pandemia respecto al futuro de Inditex.

En especial, porque la compañía ha sufrido en sus carnes el efecto devastador de la crisis del coronavirus: durante el confinamiento, se vio obligada a cerrar el 90% de sus tiendas en España y solo el espectacular rendimiento de su canal online salvó parcialmente el primer trimestre de la compañía, limitando la caída de ingresos a 'solo' un 44% menos que en el mismo período del año anterior. Sin embargo, el balance fue tan negativo que Inditex registró por primera vez pérdidas (de 409 millones de euros) desde que saltase al parqué allá por 2001.

La caja de Inditex, clave para el futuro

En estas dos décadas, Inditex se ha convertido en uno de los mayores baluartes de la marca España, con más de 7.000 tiendas repartidas por 202 mercados en todo el mundo, multiplicando por ocho su capitalización bursátil y logrando disparar sus beneficios hasta los 3.639 millones de euros en 2019. Unas cifras de negocio que han situado a la compañía de Amancio Ortega como una de las más rentables no solo de España, sino del mundo. Por eso, la junta de accionistas de este martes ha servido para corroborar que los tropiezos de 2020 -se esperan caídas de ingresos similares en el segundo trimestre- son algo coyuntural y que Inditex seguirá siendo un valor seguro.

Porque no todas las empresas que cotizan en el Ibex disponen de la tranquilizadora caja de la matriz de Zara, que a pesar de la crisis se mantiene en 5.752 millones de euros, frente a los 6.660 de hace un año, lo que le ha permitido evitar el cierre de negocios o la aplicación de un ERTE a su plantilla. Pero también porque pocas compañías pueden aferrarse a un creciente negocio online como el de Inditex, que creció en el primer trimestre un 50%, amortiguando la debacle. Y son esas perspectivas de crecimiento sostenido a caballo entre el negocio físico tradicional -con limitaciones de aforo o higiene en aras de la salud pública- y una digitalización acelerada por los acontecimientos las que sostienen la confianza en la marca.

La euforia por Inditex es tal que cuando anunció pérdidas por primera vez desde que opera en Bolsa, el pasado 10 de junio, terminó el día siendo de los pocos valores en verde en el Ibex. De hecho, este mismo lunes, Inditex cerraba con una capitalización bursátil de más de 72.000 millones, el máximo histórico, con una cotización de 23,35 euros por título. Este martes, la aprobación del dividendo con cargo a 2019 supone, más allá del aspecto estrictamente económico, una bocanada de aire fresco para la compañía y una renovación de la confianza con sus accionistas. De cara a 2021, solo puede ir a mejor.

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