Moncloa pidió tregua

Indra arranca una nueva fase tras la junta con la cúpula ejecutiva en el aire

La compañía tecnológica deja pendiente la configuración de la estructura ejecutiva, con Ignacio Mataix a la cabeza, ante algunas corrientes críticas entre los grandes fondos presentes en el capital del grupo.

Miembros del consejo de administración de Indra tras la celebración de la junta
Miembros del consejo de administración de Indra tras la celebración de la junta
L.I.

Indra ha salvado la ‘bola de partido’ de la gobernanza. La compañía sacó adelante la junta general extraordinaria con un amplio respaldo para reconstruir el maltrecho consejo de administración, ‘herido’ tras la oleada de salidas de consejeros independientes. El máximo órgano de decisión ya está levantado y con él arranca una nueva fase tras año y medio de sacudidas. Lo hace con un ‘debe’ en la agenda: la cúpula ejecutiva, con Ignacio Mataix a la cabeza. Algunas corrientes críticas entre los inversores con la gestión piden más cambios para afrontar esta fase.

Lo primero era la junta. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que sigue guardando silencio respecto a su expediente sobre lo sucedido en la asamblea de junio, había exigido que se reconstruyera el consejo, con el nombramiento de independientes contrastados. Y eso se ha producido en un periodo de cuatro meses. El proceso no ha estado exento de dificultades, como se encargó de subrayar el propio Marc Murtra, presidente de la compañía, durante su discurso. Ni tampoco de presiones internas y externas para elaborar esa lista.

Después de ese ‘tira y afloja’ y de lograr el beneplácito de los grandes fondos internacionales -muy críticos en el pasado- para validar las nuevas incorporaciones, todos miran a la cúpula de la compañía. Desde la salida de Cristina Ruiz hacia el Banco Santander hace unos meses, se mantiene una bicefalia: presidente no ejecutivo, sin apenas poderes y sin voto de calidad en el consejo, y un consejero delegado, cuyas relaciones con el Gobierno no han sido especialmente fluidas en el último año y medio. Esa estructura deja como uno de los ‘ganadores’ precisamente al propio Mataix.

Moncloa quiere calma, al menos por ahora. Así lo ha trasladado el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en varias ocasiones. La más clara fue al propio Joseph Oughourlian (Amber Capital), al que pidió una tregua para evitar más sacudidas. Indra es una empresa estratégica en un sector que no ha hecho más que ganar enteros en los últimos tiempos con la guerra de Ucrania y el incremento del clima bélico. La compañía debe ser uno de los puntales en el contexto de incremento del gasto de Defensa en España y de consolidación dentro de una industria especialmente fragmentada.

La posición de los fondos

Pero estos no son los mismos deseos de otros grandes fondos de inversión, entre ellos el propio Amber Capital. No se conforman con la situación actual. Señalan a la cúpula ejecutiva, pero también una cierta inacción de Marc Murtra en la presidencia, según explican fuentes conocedoras. El propio Oughourlian suspira por incorporar a un gestor como Abril-Martorell, quien fuera presidente ejecutivo con mano de hierro en el terreno financiero. “Para mí es un modelo, me gustaría hacer lo mismo o una décima parte de lo que él hizo en la compañía”, admitía hace unas semanas en un acto público.

Pese a ser señalado claramente, Mataix ha intentado hacerse fuerte. Primero tratando de tener voz en la elección de los consejeros independientes, sabedor de que quien controla el consejo de administración tiene mucho ganado. Después con las cifras económicas, que han acompañado en los dos últimos trimestres, y en el día a día de la compañía. Ha intentado limar asperezas con la SEPI, la misma entidad que empujó el cese del que era su valedor en la empresa, el antiguo presidente ejecutivo. Y ha ejercido el liderazgo como primer ejecutivo en varias ocasiones. Con Cristina Ruiz de salida en marzo, lo hizo para transmitir al equipo de Defensa que lideraría una consolidación para ganar tamaño, que fue reclamada precisamente por el presidente, Pedro Sánchez. Y también lo hizo en junio, con el estallido de la crisis de gobernanza, con una carta a los empleados para calmarlos y prometerles estabilidad con esta reconstrucción.

Por su parte, Murtra ha perdido algo de pie, precisamente por encarnar la figura que originó todo el enfrentamiento. La decisión de nombrarlo presidente no ejecutivo a mediados de 2021 y de quitarle ahora el voto de calidad contribuye a ello. Hoy por hoy mantiene un vestigio de esos intentos por ganar peso en el pasado: la Comisión de Estrategia, que servía para vigilar de cerca la gestión de los antiguos consejeros ejecutivos. Tras la reconstrucción lograda en la junta extraordinaria de este viernes, esa comisión seguirá presidida por él con Jokin Aperribay (Sapa) y Miguel Sebastián (SEPI) como dominicales y Francisco Javier García, Axel Arendt y Olga San Jacinto como independientes.

Los retos del equipo

Con este telón de fondo, la empresa tiene varios retos ejecutivos especialmente relevantes en los próximos meses antes de unas elecciones generales clave en noviembre de 2023. La potencial venta o ‘spin off’ de la división tecnológica Minsait (conocida como Indra Soluciones de Tecnologías de la Información) es una de ellas. Pero no es la única. También están el aprovechamiento de un mayor gasto militar de los países, entre ellos España; la incorporación de talento que permita abordar todos esos proyectos -hoy se están renegociando varios de ellos entre otra razones por esa falta de personal especializado-, y la consolidación del sector. Muchos miran a ITP Aero y la potencial entrada de la compañía española como inversor minoritario -y no con el control-. Para hacer esa operación deberán convencer también al propio Mataix que ha defendido que con los términos actuales no está sobre la mesa.

Esa, la operación de ITP Aero, podrá ser la primera prueba de fuego para el remozado consejo de administración, en el que sigue habiendo mayoría de independientes frente a dominicales. Los anteriores independientes, junto con el propio Mataix, eran contrarios a esta transacción. Ahora queda por ver si se mantendrá esa oposición. La nueva ‘jefa’ de esos vocales que representan a los inversores minoritarios, la histórica ejecutiva de PwC Virginia Arce, tendrá el primer examen.

Mostrar comentarios