En pleno boom de defensa

Indra se resigna a perder el contrato de la F-110 y recuperar una parte mínima

La compañía asegura que tras meses de negociaciones tratan de recuperar parte de los 150 millones, pero admite que la cantidad final estaría “muy lejos”.

Indra
Indra perderá el contrato importante de las F-110 con Lockheed Martin.
CONTACTO vía Europa Press

“Es algo muy decepcionante”. Con estas palabras resumía ante los analistas el consejero delegado de Indra, Ignacio Mataix, la pérdida del contrato con el gigante estadounidense Lockheed Martin para suministrar la antena digital del radar para las cinco fragatas F-110 de la Armada Española. En la cúpula directiva admiten que se sigue en conversaciones para tratar de recuperar una parte mínima del dinero comprometido, que asciende a más de 150 millones de euros, después de que la estadounidense decidiera romper la relación a finales del año pasado.

Los problemas surgieron el pasado mes de septiembre. Lockheed Martin comunicó que había decidido diseñar y construir esas antenas y el resto de trabajos de manera directa y no subcontratándolo a la empresa semipública española. Esto dejaba en el aire un contrato relevante en cuanto a ingresos y duración -ocho años hasta el año 2027-. Implicaba la creación de un centenar de puestos de trabajo y un desarrollo tecnológico propio que, a la postre, generaría negocio de cara al futuro en otros contratos de este tipo. El Gobierno de España trató de implicarse directamente en las conversaciones. Pero finalmente no ha habido acuerdo.

El propio Mataix lo apuntó ante los analistas en la presentación de resultados y fuentes conocedoras lo confirman a La Información. Ahora trabajan para perfilar potenciales trabajos de fabricación -no desarrollo propio- de la antena durante lo que queda de año y el próximo para compensar una parte de esta rescisión. “No puedo decir cuánto vamos a ser capaces de recuperar; este ha sido un gran contrato para nosotros en términos de contribución, pero estará muy lejos de los 150 millones acordados en el contrato inicialmente”, apuntó. Esa precisión será la que se logre tras las conversaciones, en las que incluso se tocó la puerta del Gobierno de Estados Unidos.

Hay que tener en cuenta que en el seno de la división de defensa de Indra se lleva trabajando en este contrato durante los últimos meses, con todos los preparativos, según apuntan las mismas fuentes. El acuerdo acarreaba un estrechamiento de los lazos comerciales entre las dos compañías especializadas en defensa que llevan desde 2009 trabajando para el Ministerio de Defensa y la Armada Española en el desarrollo de la tecnología de radares. El radar banda S de guerra antiaérea que iba a desarrollar Indra para los buques es uno de los sensores clave de éstos.

En la compañía semipública tratan de contentarse con que este no es el único contrato que tienen abierto para la fragata F-110. Mataix insiste en que esta reducción importante del importe sólo se circunscribe al que tiene que ver con el radar subcontratado por Lockheed Martin. Indra también desarrolla y fabrica los sistemas de defensa electrónica y el radar de superficie en banda X de estos barcos. El dinero es similar al que ahora se va a perder: otros 150 millones de euros. En este caso, según apuntan desde la empresa, no hay riesgo de pérdida.

Este final del contrato de las F-110 con Lockheed Martin se produce en un momento delicado para la gobernanza y en pleno boom del gasto militar europeo

El contexto en el que se da esta pérdida del contrato es especial, con un mayor gasto militar. También se produce en un momento delicado para la gobernanza de la empresa, con un consejo de administración pendiente de remodelarse tras el cese o dimisión de seis de los independientes y bajo la lupa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Mataix es el consejero delegado y, pese a que la interlocución y relación con Defensa ha sido compleja en el último año, sale reforzado de la sacudida, pues Marc Murtra no será, al menos por ahora, presidente ejecutivo.

8x8, en juego

Hay otros contratos relevantes con el Ministerio de Defensa español en juego más allá de las F-110. Está la fabricación de los 348 vehículos de combate sobre ruedas (VCR) 8x8 Dragon. En agosto de 2020 se firmó un primer contrato por el que la compañía, a través de la ‘joint venture’ junto a Santa Barbara, Sapa y Escribano, dotará a estos vehículos de un avanzado sistema de misión de última generación y la arquitectura electrónica. Los ingresos previstos en una primera etapa del proyecto: 150 millones de euros. Más allá de esto se encuentra el futuro sistema europeo de combate FCAS, afectado por una nueva disputa entre la francesa Dassault y la alemana Airbus. Mataix apuntó a los analistas que la contribución prevista de este proyecto en la segunda parte de este año sería “muy, muy limitada”.

Sobre la afección de la guerra de Ucrania y el incremento del clima bélico, desde la compañía semipública esperan aprovechar el incremento del gasto de defensa de países vecinos como Alemania (100.000 millones de euros) o de la propia España (1.000 millones para 2022). Insisten en que estos crecimientos supondrán una oportunidad de nuevos contratos, especialmente en el área naval y aérea. Espera que haya más trabajos este año y el próximo para la fabricación de los 20 nuevos Eurofighter que sustituirán a los actuales F-18 que operan en Canarias.

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