Indra y Scytl batallan por el recuento del 10-N con el precio como gran baza

  • El Gobierno llamará a consultas a las compañías en los próximos días para que ambas presenten su oferta económica en una contratación exprés.
Evolución negocio del escrutinio
Evolución negocio del escrutinio

Empieza la cuenta atrás para las nuevas elecciones generales del próximo 10 de noviembre. Indra y Scytl se juegan de nuevo el contrato para la gestión y difusión del recuento de los votos. Ambas compañías tecnológicas se han visto las caras durante los últimos años. Ahora lo harán con el precio otra vez como principal arma. El Ministerio del Interior las llamarán a consultas en los próximos días para que ofrezcan sus precios para una adjudicación 'exprés', con el objetivo de que haya tiempo suficiente para todos los preparativos.

Las dos compañías llegan en momentos complejos. Indra fue imputada como persona jurídica a principios del pasado mes de septiembre en el 'caso Púnica', en el que se juzga la supuesta caja 'B' del PP de Madrid. No hay sentencia firme, por lo que no existe prohibición de contratar con la administración pública. Scytl, por su parte, salió magullada del recuento de las pasadas elecciones municipales, autonómicas y europeas, por los problemas causados en la presentación de los datos.

Pese a todo, ambas compañías son las únicas que hoy tienen las credenciales suficientes para la contratación de este trabajo en las elecciones. El Ministerio del Interior organizó hace justo un año un acuerdo marco al que acudieron las dos. El objetivo era la agilización en la tramitación de estos contratos durante un plazo de cuatro años. "La brevedad de los plazos y la imprevisibilidad con la que se pueden convocar justifica la elección de este procedimiento", apuntaba. Esta 'adjudicación' les permitía salvar el examen de su solvencia técnica una sola vez, para que en los siguientes contratos sólo deban presentar una oferta económica.

Así, en los próximos días, el Ministerio del Interior reclamará a ambas empresas que presenten sus propias ofertas económicas para hacer una adjudicación rápida, según confirman fuentes conocedoras. En este contexto, es obvio que el precio va a ser la gran baza. En los últimos años, el precio de salida de este contrato ha rondado los 10 millones de euros. El de las elecciones del pasado 28 de abril, en el que Indra se llevó el gato al agua, tenía un presupuesto base de licitación de algo más de 12,1 millones con impuestos (10 millones si se excluía el IVA).

Indra, de la que el Estado tiene una participación de casi el 18%, se encuentra especialmente necesitado de un contrato. En un momento como este, con una imputación sobre la mesa como entidad jurídica, busca dar un golpe en la mesa para lograr este nuevo espaldarazo. Y no sólo por esa razón sino porque otros grandes contratos internacionales de este segmento electoral, como el de Argentina (casi 20 millones de dólares). Ya en las elecciones del pasado 28 de abril tiró los precios y logró la adjudicación por 7,4 millones de euros, lo que, según precisan fuentes de este mercado, roza el umbral de rentabilidad.

El caso del Eurofighter es, en ese sentido, paradigmático. El Ministerio de Defensa eligió a la compañía tecnológica presidida por  Fernando Abril-Martorell como coordinador español del programa militar del futuro eurocaza, que cuenta con un presupuesto de unos 200.000 millones de euros para los próximos años. El Ejecutivo confió en la compañía española frente a Airbus.

Caída en los ingresos

Si en esta ocasión hay una nueva rebaja de precios no será ninguna novedad. En los últimos años se ha acumulado una rebaja continua de las cuantías por las que se han licitado este escrutinio. Esta caída ha sido especialmente significativa desde que a finales de 2015 la tecnológica Scytl, de la mano de Tecnocom (comprada posteriormente por la propia Indra), resultara adjudicataria por primera vez en la historia de la democracia. Desde esos comicios, ha caído de manera dramática hasta que en 2016 se tocó suelo. En esa ocasión, Indra tiró los precios hasta niveles nunca vistos y se hizo con estos trabajos por algo más de 4,7 millones de euros.

Ese fue el techo respecto a precios 'récord' que se alcanzaron en el año 2011: casi 17 millones de euros. Desde Scytl insisten en que ellos no van a acudir a precio de derribo, sino a niveles "razonables". "Al final, son proyectos que siempre tienen costes extra; los precios de las últimas elecciones han sido una locura y nadie ha ganado dinero", advierten desde la compañía, en la que Telefónica se estrenó hace meses como accionista y que acudirá a la licitación junto a la empresa de software con sede en Madrid Vector ITC.

Al margen del dinero, es evidente que los plazos van a volver a estar muy ajustados. Desde las compañías confirman que el mes y medio que tendrán por delante es suficiente, como ya se demostró en las del pasado 28 de abril. Desde que el Ministerio del Interior adjudica se inician todos los trabajos previos que desembocan en los simulacros técnicos, claves como preparación para la noche electoral. Tanto una como otra empresa se encargan de la obtención del escrutinio provisional (el recuento de los votos se llevan a cabo en las mesas electorales) y su difusión.

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