Indra y Rolls-Royce ajustan la compra de ITP de la mano de Credit Suisse y Lazard

  • La multinacional británica quiere asegurar un valor mínimo de 1.400 millones en su filial y mantener un 30% tras la venta al grupo español
El Gobierno Vasco no quiere que Indra se quede con ITP
El Gobierno Vasco no quiere que Indra se quede con ITP

Indra y Rolls-Royce encaran la recta final de su alianza en torno a ITP Aero, el lider español en la fabricación de componentes y motores aeronáuticos. Los flecos del acuerdo, vinculados principalmente con el business-plan de la empresa, están siendo negociados a través de Credit Suisse, como lead-manager de Indra, y de Lazard, en calidad de asesor financiero de Rolls-Royce. La operación se estima en un importe de casi 1.000 millones de euros, financiados a través de un crédito sindicado y que permitirán la compra por parte del grupo español de la participación de control de ITP.

La multinacional británica ha fijado un suelo de venta en torno a los 1.400 millones de euros de valor total de empresa, teniendo como referencia el precio fijado hace poco menos de dos años cuando Rolls-Royce adquirió el 53% de ITP a sus antiguos socios españoles de Sener, el grupo de ingeniería de la familia Sendagorta. La compañía del Reino Unido pagó entonces 720 millones de euros por esta participación, con lo que pasó a controlar el 100% de la empresa. Poco después, el fabricante de motores decidió poner en venta su filial española dentro de una estrategia de desarrollo corporativo que venía obligada por razones de saneamiento financiero.

Rolls-Royce tuvo que provisionar el pasado año más de 600 millones de euros para solucionar los problemas operativos surgidos con los motores Trent 1000, habituales en la fabricación de los aviones de Boeing. Dicha cifra representa el 40% del flujo de caja estimado que necesita la compañía hasta el año 2022. El grupo anunció además en junio de 2018 un plan de reestructuración que contempla el ajuste de un total de 4.600 trabajadores. La crisis ha sido determinante para abordar ahora la venta de ITP en España.

No obstante, la intención de Rolls-Royce apunta al mantenimiento de una posición accionarial de referencia dentro de ITP, aunque sea en calidad de socio consorte de Indra. El marco de las negociaciones sitúa dicha participación en un 30% de manera que la empresa española que preside Fernando Abril-Martorell tendría que asumir una inversión de 980 millones de euros para hacerse con el 70% de la antigua Industria de Turbo Propulsores, con sede en Zamudio (Vizcaya) y que da empleo a casi 4.000 trabajadores.

Más allá de la distribución accionarial entre Indra y Rolls-Royce, la base fundamental del acuerdo que ahora se ultima reside en la capacidad de ITP para mantener su condición de empresa licenciataria de su actual accionista británico sin que ello limite la producción de componentes para otros fabricantes globales en el sector aeronáutico. La empresa vasca tiene entre sus referencias industriales clientes de primera fila en el mercado, entre los que destacan las estadounidenses Pratt & Whitney, Honeywell y General Electric-Aviation.

Acuerdo antes de finales de septiembre

La clave del futuro de ITP se resume en las palabras del presidente de Indra cuando señaló hace unas semanas que la compra tendrá un carácter 'transformacional' para su grupo. Bajo dicho enunciado subyace la necesidad de liberar a ITP de los compromisos directos que la vinculan comercialmente con Rolls-Royce pero asegurando en todo caso una cifra de negocio con la multinacional británica indispensable para la cuenta de resultados a medio plazo. De ahí la conveniencia de que Rolls-Royce se mantenga como socio minoritario una vez se materialice la transacción.

El planteamiento de las dos partes y sus respectivos bancos de inversión es cerrar el 'deal' a la vuelta del verano, previsiblemente a lo largo del mes de septiembre. La consolidación de ITP en el balance de Indra necesita todavía una cierta labor pedagógica ante los inversores, que a día de hoy no han demostrado mucha confianza en la operación a tenor de la evolución de estas últimas semanas en bolsa.

Desde que las negociaciones fueron reconocidas oficialmente hace ahora un mes el valor ha perdido un 12% de su cotización. La compañía no ha podido explicar todavía los detalles del pacto con Rolls-Royce ni desde el punto de vista financiero ni tampoco en materia industrial y los analistas están esperando que Abril-Martorell justifique de manera fehaciente las sinergias efectivas de esa 'metamorfosis' a la que está abocada Indra tras la adquisición de ITP.

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