6.724 millones en ventas

La industria de Defensa revive en busca de los 2.500 millones que costó el virus

Los últimos datos del propio INE (2019) demuestran que el sector TEDAE está entre los lideres industriales, con una aportación directa al PIB industrial por encima de la química, textil y farmacéutica.

Blindado 8x8 Defensa
Blindado 8x8 Defensa

Todos los sectores económicos han perdido mucho con la crisis provocada por el coronavirus. En el caso de la industria de defensa y aeronáutica española la cifra asciende a los 2.500 millones de euros. Esta es la diferencia entre los 14.101 millones facturados en 2019 y los 11.413 de 2020, según revela el informe de Impacto Económico y Social de la industria de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio, elaborado por KPMG y al que ha tenido acceso La Información.

Por sectores, las ventas generadas por la industria de defensa, incluyendo la aeronáutica, la terrestre y naval, ascendieron a 6.724 millones, frente a los 8.141 millones que sumaron sólo el subsector aeronáutico civil y militar. Cifras muy alejadas de las de 2019, pero que reflejan el sufrimiento por el que ha pasado la aviación, principalmente civil, durante los peores momentos de la crisis que llevó a cerrar prácticamente en su totalidad el espacio aéreo mundial durante unos meses.

Los datos muestran que el año pasado supuso un punto de inflexión en el crecimiento sostenido del sector. Después de cinco años de bonanza, la facturación consolidada de la industria de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio experimentó una disminución del 19% con respecto al año pasado. Como bien refleja el informe, hasta la crisis de la Covid, los sectores denominados TEDAE (Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio) eran uno de los grupos industriales con mayor crecimiento en España. Así, en comparación con otros y según las conclusiones del informe, los últimos datos del propio INE (2019) demuestran que el sector TEDAE está entre los lideres industriales, con una aportación directa al PIB industrial por encima de la química, textil y farmacéutica.

Su fortaleza se basa en ser un elemento tractor de la economía, ya que el crecimiento anual de la facturación de la industria es mayor que el VAB (Valor Agregado Bruto) industrial y el del PIB. El ‘desastre’ de 2020 se justifica en la debacle del subsector aeronáutico civil. El resto de la industria TEDAE ha mantenido un crecimiento incluso por encima del PIB, demostrando, por un lado, su carácter resiliente, pero, por otro, el excesivo grado de dependencia de la industria española con respecto a ella.

En palabras de Ricardo Martí Fluxá, presidente de TEDAE, “la pandemia sanitaria ha supuesto un dramático y repentino acontecimiento que ha afectado nuestra dinámica de trabajo. Nuestras empresas han tenido que hacer un esfuerzo extra para adaptar con agilidad su producción al nuevo tamaño del mercado, sin dejar de lado la apuesta por la innovación y la transición sostenible en la que estamos inmersos”.

Para Fluxá, “el resultado es que en 2020 la inversión en I+D+i generada por los cuatro sectores TEDAE se sitúo en 1.900 millones de euros. Nuestras empresas saben que esta inversión es precisa para mantener la competitividad y calidad de los servicios a nivel global”. Es este compromiso con la I+D+i el que llevó a la industria a mantener una inversión directa en esta partida de 1.030 millones de euros, a un nivel similar del esfuerzo realizado por otros sectores como el farmacéutico (1.028 millones) o el de la automoción (1.236 millones) en 2019.

Aun con una caída en inversión en I+D+i inferior a la caída de la facturación, el sector considera la investigación como una de sus principales prioridades y pala de crecimiento cara al futuro. El hecho de haberla mantenido durante la peor crisis de los últimos 50 años demuestra que el sector es plenamente consciente de la necesidad de inversión para salir reforzado de la misma.

En cuanto a la generación de empleo, es de destacar que se ha mantenido estable debido, en gran medida, a su alta cualificación. En la actualidad la industria cuenta con una fuerza de trabajo de 193.000 personas de forma directa, indirecta e inducida, con un salario medio bruto en 2020 un 82% superior al de la media española, situándose en los 41.493 euros. Otro de sus grandes pilares es la movilización del capital fiscal generado por la industria, que alcanza los 1.590 millones, de los que un 42% son recaudación directa, un 1% de acción indirecta y el restante 57% por el efecto inducido.

El futuro pasa por la colaboración público-privada

Las empresas englobadas dentro de TEDAE tienen claro su papel estratégico con respecto al conjunto de la economía nacional. Dentro de sus reivindicaciones cara al futuro, consideran que los próximos presupuestos serán clave para el desarrollo de una industria plenamente integrada y de valor añadido. El parón en la aviación civil se espera que pase pronto, como, por otra parte, ya está haciendo, y confían en que con el levantamiento paulatino de las restricciones a la movilidad aérea el próximo año su facturación crezca de manera exponencial, siempre que Ómicron respete los tiempos. Preguntado directamente por cómo ve el futuro del sector, Martí Fluxá se muestra optimista: “Los sectores de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio son estratégicos y tractores de la economía y ejercen un efecto positivo sobre toda la cadena de valor. Con esta base, debemos ser optimistas y, más aún, ante la perspectiva de la financiación europea unida al proyecto colectivo de recuperación económica de España”.

A este respecto su optimismo se centra en los nuevos proyectos financiados con los fondos NextGen. “Nuestras empresas están comprometidas y bien posicionadas para formar parte de los proyectos de futuro que favorezcan nuestro avance tecnológico y la consolidación del talento de nuestras empresas”. Tradicionalmente la industria de Defensa ha ido de la mano de la necesidad de consolidar las capacidades militares y de seguridad del país. La nueva dimensión europea de la seguridad proporciona un marco idóneo para la integración de sistemas e inversiones en programas como el NGWS/FCAS o los de desarrollo de vehículos de combate y transporte de personal como el polémico 8x8 Dragón.

Sin esta colaboración entre el sector público y privado, difícilmente la industria de defensa, y con ello el resto de la industria española, podrá superar el objetivo de aumentar su contribución del 15% sobre el PIB, tras más de 20 años en los que se han perdido cuatro puntos con respecto al 18,7% en los que situaban en el año 2000. Fluxá considera que “para avanzar en esta recuperación y en la consolidación de la industria española es fundamental la colaboración público-privada. Desde TEDAE queremos seguir colaborando para alcanzar este gran reto común”.

Pese al roto que parece estar dejando la evolución de la pandemia en la economía y las expectativas de recuperación, la industria de Defensa se consolida como un pilar en el que confiar el fortalecimiento de una Europa con capacidades suficientes para desarrollar su brazo armado de manera correcta.

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