Clamor en la 'familia' de la Guardia Civil por la ruina de los pisos en los cuarteles

  • Las asociaciones del Cuerpo denuncian que más del 40% de las 33.806 viviendas no tienen unas condiciones dignas para vivir 
Estado de una vivienda en 2017
Estado de una vivienda en 2017
Cedida por AUGC

En plenas negociaciones por la equiparación salarial, los derechos sociolaborales de los guardia civiles ha sido uno de los temas que más polémica ha causado. A pesar de que sus salarios para el mismo puesto son inferiores a los de sus compañeros de profesión como mossos o policías nacionales, tradicionalmente la Benemérita ha disfrutado, por su condición militar, de unas prebendas que no han compartido otros Cuerpos, entre ellas, el acceso a viviendas oficiales. Sin embargo, según denuncian sus asociaciones, y teniendo en cuenta la calificación realizada la Dirección General, solo el 57,1% de los pabellones tiene las viviendas en buen estado, mientras más de un 40% de las mismas presentan condiciones que no se pueden considerar dignas para que viva una familia. E incluso se denuncia que un 5,5% del total está definido como "inhabitable".

Por ello, critican, aproximadamente el 20% del total de agentes, tienen que optar bien por sufragar de su propio bolsillo los arreglos, bien por alquilar un inmueble con su sueldo, a menudo en poblaciones rurales donde la oferta es más bien escasa.

Es el caso de David. Cuando salió de la Academia y emprendió su primer destino como Guardia Civil estaba emocionado. Con veintipocos años iba a dejar toda su vida atrás y vivir su vocación en un pueblo de Huesca. Los 1.300 euros que cobraba entonces no eran problema, le habían dicho que tendría derecho a una vivienda oficial. El joven suspiró aliviado. A pesar de estar a algo más de 50 kilómetros de la capital, encontrar un piso en la zona era complicado. Además, pensó, su salario no le permitiría calentar adecuadamente su casa en una de las regiones más frías de España, mientras que en el pabellón oficial tendría que pagar únicamente unos 180 euros al mes en concepto de gastos. Cuando aterrizó en su destino comenzó el horror. "La vivienda, calificada como habitable, parecía 'el circo de los horrores': goteras, humedades y una calefacción que no funcionaba, cuya instalación se realizó en los 50", arranca.

"El interior era habitable... como concepto, pero la verdad es que daba pena. No le habían hecho una reforma en más de 30 años, y no solo en lo estético, también en cuanto a instalaciones o electrodomésticos. Lo peor es que este pabellón más o menos se mantenía porque continuamente pasaba por allí un comandante, pero de los ocho que estaban destinados a los guardias solo la mitad eran habitables y el resto eran una ruina. Te dan una casa, sí, pero las condiciones son penosas, unido a que vivir en una casa cuartel supone que estar en tu puesto las 24 horas del día. Nunca desconectas", cuenta David. Malvivió los meses que tardó en encontrar una casa que pudiera costearse. Su compañero Ramón no duró tanto, pudo alquilar una casa por 700 euros, gastos aparte, que, aunque se comía una gran cantidad de su salario, "al menos estaba en condiciones dignas".

Según los datos facilitados por la Dirección General de la Guardia Civil, existen 33.809 viviendas del Cuerpo para 76.806 miembros. Solo un 43% de los 64.262 cabos y guardias civiles rasos tiene acceso a un pabellón y, de ellos, el 76% vive en uno deteriorado. Tal y como se deduce de estos mismos datos, 1.689 de las 26.089 casas cuartel de la escala básica, esto es, un 6%, están catalogadas como inhabitables. Por otro lado, en la escala de suboficiales, un 63% de sus pisos asignados está clasificados como buenos. En la de capitán a alférez, el porcentaje sube hasta el 70%; en la escala de coronel a comandante suponen el 75%, y, por último, los generales, tienen un 89% de pisos asignados en buen estado.

Curiosamente, el Estado debe asumir los gastos de estas viviendas que no se pueden ocupar, unos 180 euros al mes por cada una. El deterioro llega hasta tal punto que no es raro que haya pisos, como algunas ubicados en Madrid y considerados habitables, que sufren plagas de distintos animales, denuncia la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), mayoritaria en España, que ha documentado gráficamente el problema y a cuyas denuncias se han sumado las otras asociaciones.

Como ejemplo, desde la AUGC, desvelan que a principios de mes, la cubierta de un aparcamiento exterior del acuartelamiento de la Guardia Civil en Ocaña (Toledo) se hundió atrapando a cuatro personas, dos menores y dos mujeres que sufrieron heridas de distinta consideración. "Para AUGC se trata de un nuevo ejemplo del deficiente estado en el que se encuentran numerosas casas cuartel en toda España. Es sabido que en las casas cuartel de la Guardia Civil viven los agentes con sus familias, en muchos casos integradas por menores que tienen libre acceso a zonas que deberían estar restringidas por seguridad", arrancan.

Estado en el que quedó la cubierta tras su hundimiento.
Estado en el que quedó la cubierta tras su hundimiento. / Cedida por AUGC

"Se trata ésta de otra circunstancia de riesgo añadida al ya de por sí lamentable estado de los pabellones destinados a los trabajadores y sus familias, afectados en demasiados casos por deficiencias como humedades, pésimo aislamiento térmico, sanitarios deteriorados o instalaciones eléctricas obsoletas", aseguran desde la organización.

Piden a Interior más medios

Las razones de este mal estado son variadas, circunstancia que sufren especialmente las escalas más bajas, pero fuentes de la Guardia Civil apuntan directamente al Ministerio del Interior: muchas de la viviendas son de medidos del siglo XX y la Benemérita no recibe fondos suficientes para su arreglo. Según la AUGC, se invirtieron 3.052.255 euros en 2016, últimos datos disponibles, en la rehabilitación de pabellones, cifra a todas luces insuficiente, dicen, para las necesidades reales del Cuerpo. Sin embargo, critican desde esta asociación, el reparto de este presupuesto no es uniforme, sino que mayoritariamente se dedica a viviendas ocupadas por oficiales.

"En tan solo tres años (entre 2012 y 2014) se gastaron más de 93.000 euros en la reforma de tres pabellones destinados al Coronel y Teniente Coronel: 45.000 en 2012; 8.349 en 2013; y 39.763,77 en 2014. Por desgracia, nunca parece haber presupuesto para reparar defectos y facilitar una vivienda digna a los agentes. El dinero siempre se acaba en la frontera que divide las viviendas de los mandos, para los que siempre llega generosamente, de los trabajadores de base", ponen de ejemplo.

También Aitor recuerda su paso por un pabellón oficial con horror. Recién ascendido a cabo fue destinado a una población cercana a Madrid. Como no le correspondía vivienda por cargo, se tuvo que apuntar a una lista, "completamente opaca, sin tener muy claro qué criterio de asignación se seguía y sin posibilidad de reclamar". Tras cinco años pagando un alquiler que apenas podía asumir, le informaron de que ya tenía derecho a ocupar una casa. Cuando entró por la puerta, no podía creer lo que veía. "Al menos estaba recién pintado", bromea. "El interior era deprimente. Las puertas y la cocina eran de los años 70. Estaba en muy malas condiciones. Tuve que invertir 4.000 euros de mi bolsillo solo para adecentar el suelo, cambiar el calentador... Normalmente, cuando tú alquilas una casa, esas cosas van a cargo del propietario. Aquí las asumimos nosotros", se queja.

"La AUGC considera que, en una situación en la que miles de guardias civiles se encuentran en lista de espera para ocupar una vivienda, con la dificultad añadida que supone hallar acomodo en poblaciones rurales pequeñas, unido a que los pabellones existentes se encuentren en un estado lamentable, se hace necesaria una urgente revisión de la norma que regula las viviendas para que ésas sean adjudicadas atendiendo a unos criterios donde se priorice las necesidades sociales, pues lo contrario fomenta irregularidades. Debemos mirar por los trabajadores que se encuentran destinados lejos de sus lugares de origen y que con sus sueldos apenas pueden costearse el alquiler de una vivienda", concluye.

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