Poblenou, el barrio industrial que aspira a convertirse en el 'SoHo' de Barcelona

  • El Ayuntamiento apuesta por atraer a empresas de nuevas tecnologías en detrimento de la industria tradicional del barrio.
La Rambla de Poble Nou
La Rambla de Poble Nou

Poblenou, en el distrito barcelonés de San Martí, ha sufrido una profunda transformación en los últimos años. De ser un barrio industrial ha pasado a convertirse en una de las zonas con más demanda de vivienda y en una referencia para las empresas de nuevas tecnologías y para el sector turístico.

El cambio de este barrio comenzó con la denominada iniciativa Distrito 22@, aprobada en el 2000 y que planificaba la reconversión de Poblenou. “a través de la reutilización del suelo industrial por las "actividades @", es decir, aquellas relacionadas con las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, así como con la investigación, el diseño, la edición, la cultura, la actividad multimedia, la gestión de bases de datos y del conocimiento”, explica Isaac Marrero de la Universidad de Barcelona. 

Aunque el plan tenía prevista una duración de 10 años, a partir de 2007, con la llegada de la crisis, dejó de ser una prioridad para el Ejecutivo regional. Sin embargo, con la mejora del sector inmobiliario, el Ayuntamiento de Barcelona creó en marzo de este año una nueva comisión municipal del 22@ después de que, en el 2011, el gobierno de Xavier Trias desarticulara la sociedad pública que lo gestionaba para que la cartera que controlaba el teniente de alcalde Antoni Vives, Hábitat Urbano, asumiera el mando de los proyectos de Poblenou.

Desde que se reactivara el Plan para la zona, hace apenas unos meses, se ha puesto en marcha la construcción de cerca de 100.000 metros cuadrados de oficinas que estarán disponibles antes de dos años. Se prevé que en los próximos años, además, se incremente todavía más el suelo dedicado a ‘retail’ ya que la zona tiene la mitad del suelo (unas 100 hectáreas) por explotar.

Además, se han lanzado el Poblenou Urban District, una asociación para impulsar cultural, comercial y empresarial de la zona y promover el distrito como el nuevo centro del arte y la creatividad de Barcelona; y el Smart City Campus, una iniciativa para atraer talento y convertir a Barcelona en una Smart City.

1.300 millones de inversión

Tal es el éxito del nuevo plan que según cifras municipales, el distrito concentró el año pasado el 40% de toda la inversión en oficinas en Barcelona, con un volumen de 1.300 millones de euros. En perspectiva, el gasto durante el 2015, hace apenas dos años, fue de solo 180 millones de euros.

Sin embargo, esta mejora de la zona ha traído consigo un inevitable incremento de los precios de las viviendas. El precio medio por metro cuadrado en el barrio se sitúa en los 4.138 euros, por encima del madrileño distrito de Salamanca, el más caro de la ciudad, cuyo metro cuadrado se paga a 3.935 euros.

Las protestas vecinales no se han hecho esperar y acusan al Gobierno municipal de estar promoviendo la gentrificación, es decir, la expulsión de los vecinos de siempre, así como de perjudicar al tradicional sector comercial del barrio, que a duras penas consigue llegar a fin de mes ante la llegada nuevos negocios relacionados, ante todo, con el turismo que se ha hecho fuerte en el barrio y con satisfacer la demanda de los inversores y residentes internacionales. En este sentido, uno de cada cinco vecinos (20,9%) es de origen extranjero y la mayor parte de ellos, de origen europeo, sobre todo italianos y franceses.

Vivienda social y de lujo

Para satisfacer las demandas vecinales, el Ayuntamiento está planteando una serie de medidas específicas para la zona. Entre ellas, destaca una ordenación singular para las terrazas de la rambla del Poblenou, la única rambla de la ciudad que desemboca en la playa, con casi 400 mesas, para evitar que se masifique con el turismo.

Por otro lado, el Consistorio adquirió por 10 millones de euros tres parcelas del antiguo complejo industrial de La Escocesa para construir viviendas sociales. El propio concejal de Vivienda del Ayuntamiento, Josep Maria Montaner, calificó la compra como "una acción concreta contra los procesos de gentrificación en el barrio", pues los antiguos propietarios tenían prevista la construcción de alrededor de 81 viviendas de lujo. Un guiño a quienes optan por no pasar de ser el ‘Manchester’ al ‘Soho’ barcelonés.

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