Autorización completada

El Gobierno da el plácet a Bain para que compre ITP a Rolls por 1.700 millones

Defensa da por fin la autorización en el último Consejo de Ministros. El Ejecutivo pone así fin a casi un año de espera por la falta de definición del consorcio, donde se esperaba que entrase Indra.

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Agencia EFE

Casi un año después de anunciar la operación de manera oficial, el Gobierno ha dado la autorización definitiva al fondo de inversión Bain Capital y sus socios para comprar a Rolls-Royce la compañía vasca ITP, una firma dedicada a la fabricación de motores y a su vez estratégica para España por su papel en tareas de defensa. La autorización se ha demorado en exceso, pero finalmente se ha llevado este lunes ante el último Consejo de Ministros, según explican fuentes oficiales del Ministerio de Defensa.

La autorización final la ha concedido tras ver los últimos flecos del anuncio que en 2021 hicieron Bain junto a JB Capital, de Javier Botín y SAPA Placencia, de la familia Aperribay, dueños de la Real Sociedad. Este acuerdo ha estado por completar por el sí del Ejecutivo final y se ha visto influenciado por la posible entrada de Indra, que no ha aparecido hasta el momento. Su consejero delegado, Ignacio Mataix, reiteró en la última conferencia con analistas que esta opción de no estaba sobre la mesa.

Dedicada a la fabricación de motores, ITP Aero es una firma estratégica para tareas ligadas a la defensa nacional, principalmente por su papel como socio en proyectos como el Eurofighter y el programa FCAS. La firma con sede en Zamudio (Vizcaya) tiene un fuerte perfil internacional, pues está presente también en 16 instalaciones de distintos países (Reino Unido, México, Malta, India y Estados Unidos, además de España) y cuenta con 4.000 empleados.

La transacción, que fue aprobada en septiembre del pasado año por el consejo de administración de Rolls-Royce, ha estado llena de especulaciones sobre quién iba a acompañar al fondo de inversión estadounidense para garantizar la españolidad de la compañía. Además de Indra, se barajó la opción de que entrara la vasca Sener, quien ya fue su propietaria, así como Sidenor y otros grupos empresariales vascos de relumbrón. Lo mismo sucedió con la opción de que entrara en el proceso el propio Gobierno vasco, quien siempre manifestó su voluntad. El acuerdo tenía como plazo final para su formalización el pasado 30 de junio, pero este calendario se suspendió mientras se finalizaba el proceso.

La venta es el broche final a la operación para que Bain tome el mando del consejo de administración y Rolls-Royce, por su parte, ingrese los 1.700 millones acordados por la compra. La compañía británica valoró el acuerdo como "un elemento clave del programa de desinversiones" y fundamental "para ayudar a mejorar su cuenta de resultados y apoyar su ambición por recuperar a medio plazo la calificación crediticia de grado de inversión". Su director ejecutivo, Warren Est, se mostró optimista el pasado mes de mayo, cuando confirmó tener encarrilada la autorización del Gobierno.

Las autorizaciones de la Comisión Europea en materia de Competencia llegaron mucho antes y a través de un proceso simplificado, en el que no se observaron problemas en el mercado tras la concentración. Distinto fue el proceso en 2017, cuando el fabricante de motores cambió de manos con la venta de Sener a la propia Rolls-Royce por 720 millones de euros. En aquella operación, Bruselas sí encontró posibles problemas de competencia y puso algunos requisitos como contraprestación.

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